De acuerdo con el Banco Mundial, el colombiano promedio hoy en día tiene un ingreso real aproximado de 7.000 dólares al año (con base en el año 2015) que equivale a cerca de 600 dólares al mes. En 1960, el ingreso anual de un colombiano promedio era de 2.000 dólares, o cerca de 170 dólares al mes. En Colombia, el ingreso real se ha más que triplicado en los últimos 65 años.

Si no hay una crisis existencial o una catástrofe, es casi seguro que en un futuro el colombiano promedio logre alcanzar el ingreso actual del chileno promedio, cerca de los 15.000 dólares al año; del sur coreano promedio, alrededor de los 35.000 dólares, y del estadounidense promedio, alrededor de 60.000 dólares al año. La pregunta que los economistas que estudiamos el crecimiento económico nos hacemos es: ¿cuándo?, ¿cuándo?, ¿cuándo?

Si Colombia mantiene el patrón de crecimiento del 2 por ciento anual, que la llevó de los 2.000 dólares a los 7.000, sería posible alcanzar estas metas en el 2060, el 2100 y el 2130, respectivamente. Es decir, si continuamos con el ritmo de crecimiento actual, pasarán más de 100 años para que el colombiano promedio alcance el ingreso que tiene un estadounidense hoy en día.

Si Colombia logra una tasa de crecimiento del 4 por ciento, la brecha entre estas metas se reduciría a la mitad. En los 65 años que le tomó a Colombia pasar de 2.000 a 7.000 dólares, sería posible pasar de 7.000 a 88.000 dólares por año. No es necesario ser un especialista para reconocer que el patrón de crecimiento económico que Colombia siga en las próximas décadas es crítico para asegurar el desarrollo del país.

Contemplar un crecimiento sostenido del 4 por ciento no es inconsistente con la experiencia histórica del país o con los patrones de crecimiento de países similares a Colombia. En los últimos 65 años, el país ha experimentado nueve años con crecimiento superior al 4 por ciento, de los cuales seis han ocurrido en el presente milenio, caracterizado por una bonanza global de materias primas asociada al encadenamiento global de suministros.

De hecho, un crecimiento del 4 por ciento es menos ambicioso que el crecimiento del 5 por ciento de Corea del Sur desde 1960, o del 8 por ciento de China en las últimas décadas, y es similar a la tasa de crecimiento que Polonia ha experimentado desde la caída del muro de Berlín. ¿Qué factores permitieron a estos países tasas de crecimiento superiores al 4 por ciento, y qué barreras le han impedido a Colombia alcanzar esta meta de una forma sostenida?

Cada nación tiene características únicas, pero el crecimiento económico de países, alguna vez comparables a Colombia, como Polonia y Corea del Sur, ha estado impulsado por las exportaciones y el encadenamiento con los mercados internacionales. Incluso Chile, el país de mayor crecimiento en la región, ha logrado una integración a través de exportaciones, principalmente de materias primas, a China, que hoy en día es su mayor socio comercial.

De acuerdo con el Observatorio de Complejidad Económica (OEC), que permite visualizar los patrones de comercio global y la complejidad económica, Colombia está aún lejos de alcanzar el nivel de exportaciones de países similares.

Las exportaciones de bienes generadas por un colombiano promedio en el año 2021 fueron tan solo de 820 dólares, inferiores al valor de las exportaciones de bienes por habitante de Costa Rica (3.100 dólares), Perú (1.700 dólares) y República Dominicana (1.100 dólares), por no mencionar las exportaciones de bienes desde Chile, Polonia y Corea del Sur, que estuvieron alrededor de a los 5.000, 9.000 y 13.000 dólares por habitante, respectivamente.

Colombia podría impulsar su crecimiento económico desarrollando sus capacidades exportadoras y buscando una mayor integración con los mercados internacionales. No existe una política que por sí sola tenga la clave para integrar al país a las cadenas productivas de la economía global.

El encadenamiento requiere un compromiso de largo plazo, con objetivos claros, y con una visión realista que reconozca las ventajas comparativas del país, así como las barreras actuales asociadas a la baja productividad de los factores, la baja competitividad y el bajo dinamismo empresarial. Mantener o reducir el ritmo actual de crecimiento económico en Colombia sería condenar a las estirpes a un destino desprovisto de oportunidades.

Para profundizar más estas reflexiones, el próximo 23 de enero llega el Gran Foro Colombia 2024: ¿para dónde va el país? Este evento es organizado por SEMANA y Dinero, con el apoyo de la Asociación Colombiana de Minería (ACM), Cámara de Comercio de Bogotá (CCB), Coca-Cola FEMSA Colombia, Compensar, Coomeva, Grupo Energía Bogotá (GEB), Grupo Trinity, Telefónica, TGI y Wom.

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