Durante siglos, nuestra sociedad funcionó con energía física. Medíamos la potencia en vatios y caballos de fuerza, conceptos basados en la transformación de la energía en movimiento.
Un vatio representa la potencia necesaria para mover un kg por un metro en un segundo. 745.7 vatios equivalen a un caballo de fuerza, una unidad de la era industrial, cuando la clave era impulsar la locomoción.
Pero hoy, el juego ha cambiado. Ya no movemos objetos físicos, ahora procesamos información. Y este cambio está impulsando una transformación profunda en la forma en que concebimos la energía. Estamos convirtiendo la energía física en energía monetaria.
La nueva economía energética
Observa a los grandes jugadores de la tecnología. Los modelos de inteligencia artificial como GPT-4 requieren enormes cantidades de potencia computacional. Google DeepMind y OpenAI consumen miles de megavatios - hora solo para entrenar estos sistemas.
Y no termina ahí. La minería de Bitcoin es quizá el ejemplo más claro de la conversión directa de energía física en valor monetario. En Texas y China, las instalaciones mineras más grandes consumen más de 100 MW por hora, transformando electricidad en oro digital. Esto es energía convertida en valor, kilovatios en dinero.
De carbón a gas: la transición oculta
Nuestras ciudades son ahora centros de datos consumiendo energía a tasas sin precedentes:
⦁ Tokio: 32.4 MW por hora
⦁ Shanghái: 18 MW
⦁ Pekín: 16 MW
⦁ Nueva York: 5.8 MW
A medida que pasamos de una economía basada en el movimiento de materia a una centrada en el procesamiento de información, las fuentes de energía que impulsan esta transformación están cambiando. Aquí un vistazo a la generación global de electricidad en 2023:
⦁ Carbón: 1,186 GW
⦁ Gas Natural: 759 GW
⦁ Hidroelectricidad: 514 GW
⦁ Nuclear: 331 GW
⦁ Renovables: 411 GW
⦁ Petróleo: 20.5 GW
La transición no es lo que muchos piensan. No se trata de saltar directamente de combustibles fósiles a renovables. En cambio, estamos pasando de carbón y petróleo a gas, nuclear y renovables. El gas está tomando la delantera, impulsando la economía de datos mientras se construye la infraestructura renovable.
Bitcoin: Energía convertida en dinero
Si hay una tecnología que encarna la idea de convertir energía física en energía monetaria, es Bitcoin. Para producir solo un Bitcoin en una hora, se necesitan 167.77 megavatios - hora de energía. En esencia, Bitcoin es una batería, almacenando energía física en forma de valor monetario.
Cuando la gente pregunta: “¿Qué respalda a Bitcoin?”, la respuesta es simple: electricidad.
¿Por qué debería importar a Wall Street?
La historia de la energía siempre ha sido la historia del poder, literalmente y en sentido figurado. Se libraron guerras por el carbón durante la Revolución Industrial, y por el petróleo en el siglo XX. Pero en el siglo XXI, la batalla es por la electricidad, y los recursos más críticos ahora son el gas y el uranio.
Entender este cambio es la clave para entender hacia dónde se está moviendo el poder económico. El futuro pertenece a quienes controlen la energía que impulsa el mundo digital. Y ahora mismo, la infraestructura que alimenta la IA, el cripto y los centros de datos globales está convirtiéndose en el nuevo campo petrolífero.
De energía física a energía monetaria
Estamos siendo testigos de la conversión definitiva. Lo que antes era carbón y petróleo, ahora se convierte en electricidad, y esa electricidad se está transformando en energía monetaria. Ya sea la IA, Bitcoin o las enormes granjas de servidores que impulsan nuestra vida diaria, la nueva riqueza del mundo no se extrae, se procesa.
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