Estamos ad-portas de las elecciones de octubre donde se elegirán los mandatarios regionales. Seguramente habrá una gran puja en muchas regiones donde medirán fuerzas los caciques regionales frente al gobierno Petro. Posiblemente se recuperará Medellín, pero, sin duda, el premio mayor es Bogotá, ciudad que ayudó en gran parte a la elección presidencial.
Los bogotanos llevamos tres años muy complicados. La alcaldesa Claudia López demostró una vez más que la ciudad no se puede manejar con ideología y sin conocimiento, aunque tiene todavía la excusa de la pandemia. La realidad es que se raja en todos los indicadores.
La inseguridad de la ciudad está desbordada. Ya no hay localidad que no sufra este flagelo, independientemente que exista un menor número de policías de los que debería haber. La alcaldesa no ha tenido una buena relación con la fuerza pública. De hecho, los ha atacado fuertemente y ellos sienten que no tienen el respaldo. Acordémonos cuando llamaba y defendía como los niños de su corazón a los integrantes que hacían terrorismo y desmanes por la ciudad.
Otro de los grandes problemas de la ciudad es la movilidad. Bogotá volvió otra vez a quedar como la primera ciudad con más tráfico y problemas de movilidad del mundo. Se ha propuesto disminuir vías cuando lo que se necesita es hacer vías. La cantidad de ciclorrutas que no se utilizan, pero que quitaron parte de vías, es grande y la mala gestión de las obras que se realizan tiene a la ciudad vuelta un caos. El corredor verde que planea por la carrera séptima termina quitando el carril norte sur que es muy necesario. Ojalá no alcance a dejar ese esperpento licitado.
El manejo de basuras, de recicladores y de aseo en general de la ciudad está hecho un desastre. No existe sitio donde o se encuentren arrumes grandes de basura, o que los recicladores hayan tomado para su operación como alrededores de puentes y vías, dejando a la ciudad con muy mal aspecto, sin contar la cantidad de grafitis y suciedad en general en la que se encuentra.
El paro en seco de Transmilenio dejó a la ciudad sin el pan y sin el queso. Este sistema debió seguir creciendo en kilómetros. Adicionalmente poco se ha hecho en las estaciones donde los colados son el pan de cada día. Se habla de más de 300.000 colados diariamente. Ahora la pelea por el cambio de las condiciones del Metro entre el gobierno nacional y la alcaldía puede dejarnos otra vez sin la obra que llevamos esperando más de 70 años.
Bogotá es apetecida por ser el segundo cargo más importante del país. Su presupuesto es enorme, mayor que el de muchos países centroamericanos. Sus finanzas son buenas. Tiene un buen recaudo de impuestos y ha sido en muchos casos un escalón para después llegar a la presidencia.
Durante los últimos veinte años, a excepción de la alcaldía de Enrique Peñalosa, ha sido manejada por la izquierda; en su mayoría malas administraciones, incluyendo obviamente la de Petro que no dejó nada. Por primera vez la elección de alcalde tendrá segunda vuelta. Esperemos que la ciudad escoja bien y no se siga deteriorando la ciudad que alcanzaron a llamar la Atenas sudamericana. El candidato hoy de la izquierda es el mismo que ayudó a armar a la primera línea durante los eventos de terrorismo ocurridos en el 2019. Esperemos que ese no sea el camino.