En diferentes espacios en los que hablo con gente muy joven veo su ímpetu y su gran conocimiento tecnológico, sumado a su increíble impaciencia (porque todo es inmediato hoy), pero a la vez siento que se está perdiendo la magia en algunas cosas, como el conocimiento histórico.

Las historias dejan aprendizajes, las vivencias dejan reflexiones y a veces pasamos por encima de esto sin importar en realidad cuántos años tenemos cronológicamente. Y en un mundo tan lleno de incertidumbre, me puse en la tarea de buscar algún ejemplo de cómo se manejaba la vida y las decisiones estratégicas antes de estar sobre informados.

La incertidumbre es una constante en la vida humana. Desde decisiones personales hasta políticas globales, la capacidad de manejar lo desconocido es muy relevante para el éxito de todo lo que se emprende. A lo largo de la historia, son evidentes los ejemplos de líderes y sociedades que han enfrentado la incertidumbre con valentía y sabiduría. Quisiera compartir uno de los ejemplos, que encuentro fascinante: la gestión de la crisis de los misiles en Cuba en 1962.

Este hecho fue un enfrentamiento de 13 días entre Estados Unidos y la Unión Soviética, que llevó al mundo al borde de una guerra nuclear. En octubre de 1962, el presidente estadounidense John F. Kennedy fue informado de que la Unión Soviética estaba instalando misiles nucleares en Cuba, a solo 90 millas de la costa de Florida. Esta situación creó una incertidumbre extrema, no solo para los líderes involucrados, sino para toda la humanidad.

Kennedy y su equipo de asesores enfrentaron esta incertidumbre con una combinación de firmeza y diplomacia. En lugar de optar por una respuesta militar inmediata, que podría haber desencadenado una guerra nuclear, Kennedy decidió imponer un bloqueo naval a Cuba para evitar la llegada de más misiles. Esta decisión fue arriesgada, ya que no estaba claro cómo respondería la Unión Soviética. Y obviamente no se tenía IA ni ningún tipo de red social o inmediatez que permitiera tener más datos. Estas si que eran decisiones estratégicas.

Y así fue como durante días la tensión aumentó a medida que ambos lados intercambiaban mensajes y amenazas. Sin embargo, Kennedy se mantuvo firme en su enfoque de buscar una solución diplomática. A través de canales secretos, se comunicó con el líder soviético Nikita Khrushchev, proponiendo un acuerdo: Estados Unidos levantaría el bloqueo y no invadiría Cuba, a cambio de que la Unión Soviética retirara sus misiles.

Este manejo de la incertidumbre por parte de Kennedy y su equipo es un ejemplo de cómo la paciencia, la comunicación y la disposición a buscar soluciones pacíficas pueden prevalecer en situaciones de alta tensión. La crisis de los misiles en Cuba finalmente se resolvió sin un conflicto armado, y se considera uno de los momentos más críticos de la Guerra Fría.

La lección que podemos aprender de este episodio histórico es que, en tiempos de incertidumbre, es vital mantener la calma y evaluar todas las opciones antes de tomar decisiones precipitadas. La comunicación abierta y honesta, tanto interna como externamente, puede ayudar a encontrar soluciones que minimicen los riesgos y maximicen las oportunidades de éxito.

En el contexto actual, donde enfrentamos desafíos globales y locales como el cambio climático, pandemias y conflictos geopolíticos; el manejo de la incertidumbre sigue siendo una habilidad esencial. No diría que habilidad blanda, sino lo que hace un líder para inspirar a que lo sigan, no necesariamente a que llegue al resultado soñado. Los líderes de hoy pueden inspirarse en ejemplos históricos como la crisis de los misiles en Cuba para navegar por aguas turbulentas con sabiduría y determinación.

Hoy la incertidumbre es una parte inevitable de la vida, pero no tiene por qué ser paralizante. Al estar sobre informados, cada vez dudamos más de cómo tomar decisiones y ahí si siento que puede perderse la magia. La historia nos muestra que, incluso en los momentos más oscuros, hay caminos hacia la paz y la estabilidad si estamos dispuestos a buscarlos.

Cuando sintamos miedo ante lo desconocido, el peligro o la simple incertidumbre. La primera de las estrategias que podríamos emplear sería la de no enfocarnos en lo que podemos perder, sino en lo que podemos llegar a ganar (Mario Alonso Puig).