En medio de las festividades, es muy frecuente la preocupación ciudadana frente a la inseguridad vial que, hoy por hoy, tiene muchas caras: fleteros, pésimo estado de las vías, imprudencias varias de todos los actores viales, trancones en las principales ciudades, el tránsito vehicular a alta velocidad, y hasta la ira del conductor que desata desde un disgusto hasta heridas entre los involucrados.
En plenas fechas que coinciden con la consignación de las primas para muchos trabajadores, las personas perciben que son muchos los delincuentes que se alborotan y se mantienen al acecho. De hecho, así lo advirtieron las empresas colombianas de Seguridad Privada (Ecos) quienes han afirmado que para épocas decembrinas los índices de inseguridad aumentan hasta 20 %, pero más de un colombiano podría sentir que se incrementa mucho más.
Diciembre 2021 ha sido considerado como el más seguro de los últimos 18 años dada la reducción de homicidios, hurtos y delitos de impacto. Por otra parte, al evaluar el Anuario Nacional de Siniestralidad Vial del año pasado, se registraron 7.238 personas fallecidas por cuenta de algún siniestro vial, siendo una cifra superior al promedio de los últimos diez años (6.094). Es sorprendente que casi el 60 % correspondió a usuarios de motocicleta.
Asimismo, diciembre fue catalogado como el mes con más fallecidos por siniestros viales. De igual manera el sábado y el domingo fueron los días con mayor mortalidad y el horario desde las 6:00 p. m. hasta las 8:59 p. m. fue la franja en la que más se presentaban estos terribles sucesos.
Durante los fines de semana es muy fácil encontrarse con diversos tipos de accidentes de tránsito, pero entre semana la situación no es que varíe mucho. Son bastantes las personas que se tienen que movilizar, por ejemplo, en las ciudades por cuestiones de trabajo o estudio y el estrés, la contaminación auditiva y los embotellamientos son algunos de los factores que hacen de las suyas para afectar la cultura vial.
No es posible salir, sea manejando su propio vehículo o como pasajero en algún medio de transporte, sin encontrarse con al menos una imprudencia vial por la dificultad de cambiar de carril cuando otros conductores no facilitan el paso, por los conductores que aún hacen cruces prohibidos, por vehículos estacionados en vías principales que empeoran los trancones, por los ciclistas que transitan por la mitad de las calles, por la enorme cantidad de motos que “culebrean” entre las calles, por los vehículos que usan las bermas para adelantar, por las personas que no usan los puentes para cruzar calles, en fin.
Hay una desafortunada cultura vial que se ve afectada por un montón de personas que “se las dan de vivos”, donde ciertas medidas que algunos catalogan como ineficientes, buscan reducir la accidentalidad, tal y como la restricción de velocidad a índices muy bajos en vías principales, el exceso de semáforos en algunas zonas que son el patrocinio de diversos trancones, pero reduce accidentalidad en zonas residenciales o de alto tráfico peatonal, o el más reciente aumento de cámaras de velocidad, en más puntos dada la irresponsabilidad de los conductores para acatar las normas que ya estaban establecidas. Vale la pena aclarar que todas estas son medidas que han tenido un buen resultado ante la situación actual, pero hay que admitir que, si tuviéramos una buena educación vial, muchas de ellas no serían necesarias.
La dificultad de que actores como las motocicletas entiendan que deben ocupar y transitar por un solo carril, o que los vehículos le deben dar el debido uso a las direccionales y a aprender a ceder el paso, o que los peatones eviten el uso de puentes (o hasta de semáforos en algunos casos), o que los ciclistas adopten el uso de los semáforos y únicamente del uso del carril derecho, son un rápido ejemplo de medidas que pasan desapercibidas todos los días y que son la consecuencia de un gran número de riñas que pueden evitarse.
Al momento, las motos no han registrado una baja en el índice de accidentalidad o de siniestralidad como para lanzar la alternativa de bajar el valor del Soat al 50 %, por más que el foco sean las motocicletas de bajo cilindraje. Es muy bueno para el bolsillo de los usuarios porque lo sentirán como un alivio, pero estos actores viales siguen costando bastante al sector salud, y no se ve a la vista alguna propuesta para incentivar la buena cultura vial en este segmento.
Ahora, hablando de todos los actores viales, las épocas decembrinas aumentan los siniestros viales provocados por cuenta de conductores en estado de embriaguez o bajo los efectos de sustancias psicoactivas. Y el dilema es que es muy complejo dar con una buena alternativa para evitar este tipo de irresponsabilidades.
Pero un principio muy básico que debe cambiar es la judicialización sobre los accidentes de tránsito que, como se ha visto, deja en la impunidad a más de un irresponsable al volante. Si no se aplica la justicia en los casos más siniestros, los actores viales no se van a tomar en serio ni siquiera el cumplimiento de las más básicas normas de tránsito. Es un trabajo de todos mejorar la cultura vial y el acompañamiento institucional será trascendental. Por lo pronto, solo puedo desear que puedan disfrutar de estas festividades en armonía y pensando siempre que alguien les espera en casa.
Esfuerzos incesantes de entidades, como la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV), han potenciado la educación y sensibilización a los actores viales con respecto a seguridad vial, pero el proceso es largo y difícil, lastimosamente nuestra cultura de avivatos gana; es una lástima que se sigan perdiendo vidas por las imprudencias y el desconocimiento u omisión de las normas.