Si bien muchos sectores tuvieron que parar a raíz de la pandemia, el mercado laboral, la contratación, la gestión, retención y posicionamiento del talento, no lo hizo. Al contrario siguió en marcha, con grandes desafíos para las áreas tecnología y las áreas de talento humano, las cuales se vieron obligadas a adaptarse con velocidad frente a los fenómenos, las restricciones y los cierres que se han presentado continuamente durante esta coyuntura, que aún no toca fin.

En el estudio El Reinicio de la Revolución de Habilidades: las 3 R - Renovar, Reaprender, Reorganizar de ManpowerGroup se muestra claramente el impacto en estas áreas: “En 2018, los empleadores no tenían planes de aumentar la plantilla en funciones de recursos humanos, y algunos se reducirían. En tan sólo dos años vemos que los empleadores invierten en tecnología de recursos humanos y también contratan a más personas: un aumento neto del 15 % en la plantilla de aquellos empleadores que planean automatizar más”.

La forma en que conocíamos la fuerza laboral se transformó y abandonó las oficinas para dar paso al trabajo remoto o híbrido, acelerando procesos que venían caminando en las organizaciones e impactando los cambios demográficos, la autonomía del empleado, la creciente sofisticación del cliente, la revolución tecnológica y las tendencias emergentes. Todas alienadas a la transformación digital a una escala sin precedentes como resultado de la crisis mundial sanitaria, económica y social.

En uno de nuestros últimos papers, precisamente llamado ‘21 Tendencias para el 2021: Transformar el Talento y el Futuro del Trabajo’ detallamos cada tendencia y sus características. Por ejemplo, con respecto a los cambios demográficos, se habla de escasez de habilidades, transformación de la fuerza laboral, polarización y tensión social y el rápido crecimiento del trabajo por la alta demanda de fuerza laboral capacitada en ciertas industrias, pero en todos los mercados del globo.

En el aumento de la elección individual, los empleadores son responsables del bienestar físico y emocional; aquellos que cuentan con la habilidades requeridas tendrán más autonomía, poder de decisión y podrán elegir hasta las condiciones en las que desean trabajar. Los lugares de trabajo híbridos y los hogares multifuncionales, seguirán creciendo, así como el nuevo equilibrio de las responsabilidades de cuidado.

Sobre la sofisticación del cliente, la gestión y la planeación estratégica del trabajo y el talento, junto a la incorporación de análisis de datos e Inteligencia Artificial y la resiliencia de la cadena de suministro, se da lugar a que las organizaciones evolucionen como plataformas y ecosistemas conectados creando mayor valor a toda la línea de negocio.

Y en el caso de la revolución tecnológica, la coevolución humano-máquina, el aumento de los disruptores digitales, la digitalización de la experiencia del cliente y la nueva revolución de la educación, están creando y crearán una relación en la que los seres humanos aprenderán de las máquinas y la tecnología y viceversa. Según el World Economic Forum, para 2025 el tiempo empleado en las tareas actuales en el trabajo por las personas y las máquinas será igual, con una tendencia, posterior, a duplicarse por parte de las máquinas en menos de una década.

Finalmente, las tendencias emergentes en el mundo laboral, relacionadas con esta coyuntura que marca la transición 2020-2021, a tener en cuenta son, primero, una recuperación con el aumento de la tecnología sanitaria, la tecnología educativa, la tecnología ecológica y la actualización de la atención médica; una movilización para progresar; consumo ampliado del trabajo; y el resurgimiento del empleo con objetivos más responsables.

Frente a la incertidumbre y la aparición de nuevas necesidades y tendencias, las organizaciones necesitan transformar su fuerza de trabajo para asegurarse que tienen las habilidades y competencias necesarias para retener y reacondicionarse para un futuro cambiante.

Las compañías pueden prepararse mejor para las próximas tendencias del 2021 que impactarán el talento y el nuevo orden global de trabajo, de la siguiente forma: creando una mayor flexibilidad de la fuerza laboral, fortaleciendo la sostenibilidad del talento y el bienestar de los trabajadores, impulsando las transformaciones digitales.