Lo que hemos vivido y aprendido en estos últimos años ratifica que seguiremos enfrentando grandes retos y que abordamos una era con prioridades inéditas y zonas de enfoque en las que debemos concentrarnos en el ámbito empresarial y concretamente en el comercial.
No basta sino pensar en las expectativas respecto al trabajo remoto y a la adopción tecnológica acelerada que no hacen otra cosa que invitarnos a preguntarnos: ¿cómo proceder para seguir siendo pertinentes para los grupos de interés que atendemos?, ¿cuáles serían nuestras principales ventajas distintivas en una etapa pospandemia?, ¿cómo diferenciarnos y ofrecer siempre el mayor valor?, ¿qué es lo esencial en este instante para el desempeño del negocio?
La inversión en las nuevas tecnologías es uno de esos aspectos y logra hacer distinguir a los que son ágiles y competitivos frente a los que no lo son (https://www.ibm.com/thought-leadership/institute-business-value/c-suite-study/ceo). Esta particularidad tiene altas implicaciones en la teoría y en la práctica del marketing y las ventas, y es por eso que se debe tener en cuenta la forma en que las mismas proporcionan innovaciones en las técnicas, herramientas y estrategias de esta primordial especialidad. ¿Cómo tiene que funcionar esta de ahora en adelante?
Al hablar de “tecnologías”, esto supone muchas cosas, no obstante, es clave destacar que se trata de conocimientos científicos que tienen aplicaciones para propósitos útiles dentro de cualquier campo de actuación. En cualquier caso, pueden referirse a productos o servicios (como los chatbots, avatares, drones, plataformas, etc.) o a la tecnología propiamente dicha (la inteligencia artificial, realidad aumentada, machine learning, IoT, etc.).
Estas evoluciones se llaman “nuevas” cuando recientemente empiezan a ser aprovechadas realizando así innovaciones, o bien en el momento en que se producen las “adopciones tempranas”, y ellas son incorporadas en diversos procesos, productivos o comerciales. A nivel mundial y a la hora actual, son bastantes las empresas que ejecutan con éxito estos adelantos, otras son conscientes de su incorporación, llegan a tener los recursos para acometerlas, pero no están muy seguras de cómo proceder y ser competentes con su empleo.
Tienen un papel importante pues influyen íntegramente en la actividad y los procesos que lleva a cabo la organización para generar y entregar valor a sus diferentes públicos empezando por sus compradores, usuarios o consumidores. En este orden de ideas no hay que confundirse con su acogida y utilización en las acciones que se emprenden para tener mejores resultados de ventas y ser muy conscientes de que impactan el área correspondiente muy ampliamente y de forma interconectada:
- Facilitan palpablemente la interacción y las relaciones. Se desarrollan, por ejemplo, plataformas digitales para promover vínculos entre distintas comunidades interesantes, la IA permite el reemplazo de agentes humanos con máquinas para brindar mayor celeridad a los intercambios entre compradores y vendedores, el reconocimiento facial ayuda a una venta personal efectiva al llevar a cabo transmisiones en vivo con los clientes, etc.
- Propician nuevos datos y suscitan novedosos métodos de análisis de los mismos. La selección de clientes y la creación de productos vanguardistas se ven favorecidos al disponer de información “small and smart”.
- Vuelven eficaz la promoción de bienes y servicios al contar con nuevos instrumentos que se constituyen en innovaciones de marketing.
- Conllevan el desarrollo de modernos marcos estratégicos y modelos de negocio. Pensemos tan solo en el manejo intenso de plataformas digitales que posibilitan el crowdsourcing, la economía colaborativa, el “freemium”, la suscripción, SAAS, el uso de datos genéticos para tener un claro entendimiento del comportamiento del consumidor, etc.
Al poner en marcha nuevas tecnologías, las empresas pueden mejorar la riqueza y el volumen de datos que tienen, manejar procedimientos productivos para tratarlos, tomar decisiones comerciales acertadas y transformar eventualmente sus esquemas de operación para ser cada vez más sólidas y relevantes, esencialmente en un entorno que se modifica visible y reiteradamente.
No se debe entonces introducir tecnologías per se, es obligado reflexionar detenidamente su incorporación y, sobre todo, saberlas organizar convenientemente para que generen los logros que se persiguen.