La Revolución Francesa fue consecuencia de la inmensa tensión social creada por el absolutismo y la Inquisición. Las ideas de los revolucionarios franceses permearon todos los estamentos del mundo occidental: inspiraron la independencia de Estados Unidos (1776), Haití (1804) y la gesta de Simón Bolívar en América del Sur.
Con el tiempo, algunos estados maduraron con gran éxito, tal fue el caso de Estados Unidos, mientras que otros se quedaron atrapados en las mismas estructuras autocráticas del pasado. Esto último fue lo que ocurrió en Latinoamérica.
Para un historiador de principios del siglo XIX hubiese sido imposible imaginar que la Revolución Francesa mutaría en una versión más radical del absolutismo con Napoleón Bonaparte. Con él llegaron las guerras al viejo continente, las cuales debilitaron por completo los bastiones del orden geopolítico dominante: el imperio español y su enroque con la Iglesia católica.
Los sistemas más centralizados colapsaron (la monarquía española y el imperio de Napoleón). De este caso emergió un nuevo orden mundial liderado por la monarquía parlamentaria de Reino Unido, cuyo brillo sería eclipsado por la democracia descentralizada en Estados Unidos, el poder hegemónico del siglo XX.
Sobre estos procesos y cómo entender el auge y la caída de los imperios es el más reciente libro de Ray Dalio, CEO de Bridgewater Associates —tal vez el fondo de inversiones más exitoso de los últimos 30 años. En este libro, llamado Principios para enfrentar un orden mundial cambiante, se conectan la evolución de los imperios y los ciclos de deuda junto con la historia de las monedas de reserva.
Ray Dalio explica cómo los imperios surgen de un nuevo orden mundial, al cual le sigue una época de prosperidad y endeudamiento. Este ciclo de endeudamiento trae consigo un gran aumento en la competencia tanto social como geopolítica. En este punto comienza el descenso: primero ocurre una crisis de deuda, a la que le sigue una era de estímulos monetarios que aceleran la desigualdad y las tensiones geopolíticas.
Dalio sostiene que en este periodo las guerras y revoluciones tienen una alta probabilidad de ocurrir. La parte final del ciclo de los imperios corresponde a una reestructuración de la deuda del mundo y el nacimiento de una nueva arquitectura geopolítica. Son procesos que Francia, España y Reino Unido experimentaron en el pasado.
La rivalidad entre Estados Unidos y China es abordada desde el ámbito cultural. El primero promueve los derechos del individuo sobre el colectivo, mientras que para el segundo priman el confusionismo y la armonía sobre las libertades individuales.
El nuevo libro de Ray Dalio nos hace preguntarnos por los regímenes autocráticos que existen hoy. Estos son altamente centralizados y se encuentran en Arabia Saudita, Turquía, Catar, Irán, Rusia, entre otros.
En un contexto propicio para la guerra y las revoluciones, son estos los países en donde podrían ocurrir las próximas crisis. Son los que tienen un mayor riesgo geopolítico.
Macrowise Director
@GMacrowise