El 14 de diciembre, la Reserva Federal de Estados Unidos tomó la decisión por última vez este año de subir la tasa de interés de referencia en 50 puntos básicos (0.50%), totalizando 4% (7 veces el nivel inicial). Un incremento relevante, con el cual parece que esta entidad ha cumplido con su responsabilidad de contener la inflación.
A diferencia de lo que muchos piensan, bajar la tasa de inflación no es el propósito final de la Reserva Federal, es conseguir estabilidad en precios de una economía, dado que esto fomenta las bases sólidas para un mercado laboral eficiente y sólido.
Acorde al libro denominado Valor, de la firma de consultoría Mckinsey, los pilares de la creación de valor en las empresas radican en la implementación de estrategias empresariales que generen un aumento en las ventas y en el flujo de caja. Pero para que los líderes empresariales y de las entidades financieras puedan construir valor, estos necesitan un flujo eficiente y constante de capital, sin él, caemos en recesión.
Al generarse valor, refiriéndose al concepto definido por Mckinsey, se pueden crear nuevos puestos de trabajo en una economía, permitiendo que los habitantes de la misma cambien de trabajo fácilmente y puedan tomar decisiones de inversión, ahorro pensional y esparcimiento de manera consistente durante largos periodos de tiempo. Estas características construyen esas cuatro palabras que conforman el objetivo principal de la Reserva Federal de los Estados Unidos… un Mercado Laboral Eficiente y Sólido.
De ser así, ¿por qué se da tanta batalla al final de cada año para incrementar los salarios de las personas a un nivel mayor al objetivo del banco central de cada país? Y adicionalmente, ¿por qué no se dan mayores beneficios a las empresas e industrias que tienen el potencial para crear puestos de trabajo?
En Colombia, por ejemplo, al final de cada año, el gobierno nacional negocia con los líderes de los sindicatos de trabajadores el incremento del salario mínimo de referencia para la economía, tomando múltiples puntos de discusión.
Consistentemente, durante las últimas dos décadas, se ha incrementado el Salario Mínimo en un 45% más a la inflación del año inmediatamente anterior.
Si bien para los líderes que toman una posición en estas mesas puede considerarse como un gran logro, al beneficiar a las personas que ellos representan y servirles como herramienta de mercadeo para sostener sus posiciones en dicha mesa, la realidad es que sus logros impactan negativamente a todas las empresas que ven un incremento significativo en los costos y gastos, desbalanceado su estructura de capital y obligándolos a tomar una decisión importante en su planeación presupuestal para la creación de valor.
Al enfrentarse a esta situación, las empresas pueden tomar dos caminos. Por un lado, pueden reducir la capacidad de aumentar la oferta laboral y por el otro, pueden verse en la necesidad de incrementar los requerimientos de capital a precios mayores.
Cualquiera de los dos caminos que escojan, desafortunadamente impacta negativamente al mercado laboral, dado que se reduce la creación de nuevos puestos de trabajo, dejando a las personas con menores opciones.
El actual gobierno desde su llegada al poder ha tenido fuertes batallas para aumentar el gasto social, el cual comenzó con una reforma tributaria que impactó negativamente a las empresas y a las personas que tienen ahorros para invertir en nuevos proyectos y emprendimientos. El efecto de dicha reforma se consolida en $20 billones de pesos adicionales estimados para 2023, que acorde al ministro de hacienda en la presentación del plan financiero, dichos recursos serán destinados a gasto social.
Adicionalmente, el interés de aumentar los aranceles a varias industrias de la economía hace ver que el gobierno actual está tomando una posición paternalista que limita el libre mercado, contrario a proveer incentivos tributarios, educativos, de costo de capital para las industrias que quisiera volver más competitivas.
Pero sobre todo, resalta el bajo interés en fomentar la inversión en infraestructura. El único cambio relevante que ha sido presentado recientemente es sobre una política de inversión en proyectos de infraestructura, en los cuales las empresas financian parte de ellos con una exención de impuestos.
Joseph Stiglitz, en su libro Freefall, deja claro que cada gobierno de turno debe realizar gasto público en inversión de infraestructura y empleo, dado que de esa manera la estabilidad financiera de la economía no se ve afectada y construye un círculo virtuoso en el cual se reducen las tasas de interés y la reputación de la misma se fortalece.
Por lo cual, es preocupante que la sostenibilidad de largo plazo de la economía Colombiana no se encuentre en el centro de la discusión económica más importante del momento, sino que el gasto social lidere la discusión económica hacia solo eso, un gasto que difícilmente pueda construir un Mercado Laboral Eficiente y Sólido.