No conozco al ministro de Comercio, Industria y Turismo, Germán Umaña. Tengo entendido que es un hombre competente, serio y comprometido con el alto cargo que desempeña. El propósito de este artículo es señalar la importancia que puede tener para Colombia que invierta en el país el gigante automotriz BYD, que celebró hace unos días la producción de su vehículo eléctrico número cinco millones, veinte años después de su primera incursión en el sector.
Al contrario de lo que muchos creen, la empresa más innovadora en el mercado de los vehículos eléctricos no es Tesla, sino BYD, que no solo tiene la ventaja de tener en su portafolio vehículos híbridos, sino que produce anualmente 1,8 millones de vehículos, incluyendo buses y furgonetas. No en vano, uno de los principales accionistas en BYD es el magnate Warren Buffett, tal vez el inversionista más astuto y reputado del mundo. Con una fuerza laboral de 600.000 personas (cinco veces mayor que la de Tesla), incluyendo 90.000 ingenieros, BYD fabrica internamente el 75 % de sus componentes, lo cual le da una ventaja en costos del 25 % frente a sus principales competidores. BYD es el líder en el sector chino de los eléctricos y sus ventas prácticamente se han duplicado (+88 %) durante los primeros siete meses de este año.
Según el portal Bloomberg, la industria automotriz mundial va a experimentar cambios drásticos a lo largo de los próximos diez años. Encabezados por BYD los productores de vehículos de China prácticamente doblarán su participación del mercado para capturar el 33 % de aquí a finales de la década. Aparte de su presencia en China, BYD lleva años invirtiendo con fuerza en Latinoamérica, donde recientemente confirmó un acuerdo para construir un complejo de tres plantas en Brasil. Según informes de prensa, BYD tiene hoy los ojos puestos en Colombia: “A pesar de que completó más de una década acá, a donde ha traído su línea de vehículos eléctricos (taxis, buses y algunos modelos particulares), ahora analiza la posibilidad de montar una planta de producción de estos y convertir al país en otro punto de exportación en Latinoamérica. Sus directivas ya se han reunido con tres viceministros colombianos, a quienes les han planteado esta idea para ver las condiciones que se requieren para que un proyecto de esta envergadura pueda ser una realidad”.
Si yo fuera el ministro de Comercio Exterior, en compañía de varios viceministros, de Lara Zhang, la gerente regional y de Juan Luis Mesa, el gerente general para Colombia, estaría montado en un avión rumbo a la China para convencer a los altos jerarcas de esta empresa de montar su planta en Colombia. Creo sinceramente que convencer a BYD de invertir en el país, un logro de una magnitud y dimensión inimaginable, podría ser de lejos el principal hito de este gobierno, al que bien le hacen falta logros. El tener a BYD en el país no solo le daría un enorme impulso a la transición energética, sino que crearía directa e indirectamente centenares de miles de empleos, fomentaría el desarrollo de centenares de empresas en el sector y contribuiría a mejorar la balanza comercial. Respetuosamente, le recomiendo al ministro empacar maletas y embarcarse rumbo a China. De lograr éxito, que no pongo en duda, el ministro Umaña lo puede lograr, ¡el país le estará eternamente agradecido!
*El autor de esta nota se desempeña profesionalmente en el sector agroindustrial y no tiene vínculo alguno en el sector automotriz, mucho menos con la empresa BYD.