Es usual que algunos economistas denigren a quienes se arriesgan a predecir el precio del dólar. En foros, columnas y entrevistas repiten frases como: ‘solo hay dos idiotas, aquellos que predicen el dólar y los que creen’ o ‘yo soy economista, no futurólogo del dólar’.
Claro. Intentar predecir el comportamiento de una moneda y no acertar representa un alto costo a nivel reputacional. Como los que se aventuraron a predecir un peso colombiano fuerte, cuando Duque ganó las elecciones, basados en un modelo multifactorial, que incluía el riesgo-país, precio del petróleo y una variable dummy, donde los gobiernos de derecha aparentemente favorecen más al peso colombiano. Y es que parecía sensato jugársela al ciclo político…
Dicha predicción falló notablemente, quedando en entredicho cualquier persona que se atreviera a vaticinar el precio del dólar.
Esto nos recuerda al filósofo griego Tales de Mileto, en el siglo VII A.C. A él sus conciudadanos lo veían como un brujo cuando predecía eclipses. Sin embargo, Tales no usaba magia ni brujería y mucho menos era suerte. En realidad utilizaba la astronomía.
No obstante, a pesar su inteligencia, Tales de Mileto no era un hombre adinerado. Esto quedó consignado por Aristóteles en su libro Política. Allí narra los reproches que le hacían: “¿de qué sirve cultivar la virtud si vives como un pobre?”.
Como respuesta, Tales empleó su conocimiento para demostrarles lo contrario. Retomó sus cálculos y determinó las fechas de la próxima cosecha de aceitunas, algo que los agricultores locales desconocían. Luego, alquiló todas las prensas de aceite Mileto y de las ciudades vecinas. Estos instrumentos eran clave para la producción de aceite. Al llegar la cosecha, todos los granjeros buscaron las prensas de Tales, quien se las realquiló a un precio mayor. Esto lo convirtió, quizás, en el primer trader de commodities de la historia. Regresando al siglo XXI, los economistas que trataron de predecir un peso colombiano fuerte apostaron en contra de la corriente, contra el evento que sería más probable. Ese fue su error.
La distribución de probabilidad del peso colombiano vs. el dólar (USDCOP) muestra una asimetría hacia la derecha. Es decir, es más probable que exista un dólar fuerte.
Hoy, aquellos que predicen un dólar fuerte están señalando en la misma dirección del viento. Están jugando del lado de las probabilidades.
Como las presas de Tales. Hoy el dólar es escaso. Bancos centrales, compañías, ciudadanos de países emergentes quieren dólares. La puerta es angosta y todos quieren salir en busca de la moneda de reserva.