El mundo desarrollado avanzó hace rato hacia un esquema de open banking: esto es, toda la regulación y habilitación tecnológica que permita la interacción entre todos los actores del sistema financiero sin mayores obstáculos.
Es claro que el desafío parece inicialmente tecnológico: ¿cómo habilitar los protocolos y las regulaciones que permitan, por ejemplo, que un usuario del sistema migre sin mayores problemas y de manera digital entre un banco y otro?
Pero todo indica que este es el menor de los desafíos. Así lo entiende Marcelo Fondacaro, CCO de Veritran, multinacional de tecnología.
Según el experto, la verdadera revolución se tiene que expresar en un cambio de mentalidad: “Ese cambio de mentalidad tiene que ver con que hoy la data, la información financiera, pertenece a la institución bancaria. Y cuando quieres pasarte del banco A al banco B tienes muchos problemas, porque todo tu historial de crédito lo tiene el banco anterior”, explicó.
Es lo mismo que ocurre con el sistema de salud, donde las instituciones fungen como las propietarias de la información y cada vez que una persona cambia de médico o de institución prestadora, prácticamente tiene que volver a empezar su historia clínica.
“La revolución tiene que ver con eso: la información financiera como la de salud es tuya. La persona pasa a ser la dueña de sus datos”, explicó Fondacaro.
Actualmente, ese cambio de mentalidad está más avanzado en los países desarrollados.
“Eso del tratamiento confidencial de la información no es tan riguroso en nuestra región como en otros países del mundo. El tratamiento de la información financiera debe trasladarse en función de la decisión del usuario que va con sus datos a donde quiere”, comentó.
Aseguró que muchos países están avanzando hacia regulación que facilite el open baking, aunque todavía falta mucho terreno por recorrer. En el caso de Colombia se está trabajando en la configuración de un sandbox donde muchos actores del sistema financiero plantean sus ideas sobre lo que debería ser la regulación y la operatividad de un sistema de este estilo en el país.
Para el experto, junto con Colombia se destacan en su estrategia hacia este concepto países como México, Chile y Brasil.
“México arrancó con el programa ‘Codi’, un proyecto para unificar medios de pago y lograr mejoras en el cobro digital, transferencia entre cuentas, etc. Ese fue un primer paso y luego sacaron la ley fintech que apunta al open banking”, explicó.
Aquí en Colombia el sandbox trata de integrar la idea de tener más participación de las fintech y los actores que no son los bancos tradicionales, en un esfuerzo por lograr mayor inclusión financiera.
“Chile lanzó la portabilidad financiera que no es un proyecto puro de open banking, pero es el primer paso en esa dirección”, comentó. La portabilidad es el mismo concepto del sector de las telecomunicaciones: la capacidad de migrar de una institución financiera a otra, con un simple trámite y sin barreras para el usuario.
Igualmente, en Brasil están trabajando en el proyecto PIX, que es un sistema de bancos interoperables. El Banco Central de Brasil trabaja también en el sistema de interacciones de pagos con diferentes actores de la industria directos e indirectos.
Allí la meta es tener un contexto de open banking para el año 2022.
En el caso de Argentina, el experimento de open banking se llama “Transferencias 3.0”. “En una primera etapa lo que plantea es simplificar los conceptos, porque al final del día las transferencias bancarias o interbancarias, los pagos entre personas y comercio son solo el débito en una cuenta y la acreditación a otra. La idea es que esto permita abrirles el campo a nuevos actores en el sistema”, dijo.
Desde el punto de vista estrictamente tecnológico, Fondacaro destacó que ya varios bancos están ofreciendo opciones que permiten ilustrar hacia dónde va el sistema en materia del servicio a los usuarios.
“La semana pasada presentamos en Brasil el servicio de pago a comercio con biometría facial: una persona que ha tenido su enrolamiento biométrico, puede pagar en cualquier comercio solo con poner su cara. El sistema verifica y se acepta su pago en el comercio”, explicó.
Veritrans ha desarrollado sistemas de enrolamiento digital o incluso con biometría facial para bancos en México, Argentina y Brasil.
Actualmente la plataforma tecnológica de esta compañía cuenta con unas 50 instituciones bancarias como clientes en la región, unos 25 millones de usuarios y más de 25.000 millones de operaciones en el año.
La compañía tiene un Centro de Desarrollo y soporte en Pereira, Colombia, donde Veritran ha atendido a clientes como BBVA, Bancoomeva y Ding, la sede de Credibanco.