Muy pocos lo conocen, pero este millonario, con 25 años y una fortuna de 2.400 millones de dólares, podría ser la piedra en el zapato de Elon Musk. Comparten muchas cosas en común. Así como Musk, Austin Russell es un genio. A los 2 años recitaba la tabla periódica, a los 7 absorbía todo tipo de información como una esponja, a los 10 trabajaba como programador y a los 11 construyó un celular con su Nintendo DS.
Pero también tienen sus diferencias por cuenta de Luminar, una compañía de 400 empleados cuya meta es que los vehículos autónomos vean como un ser humano y sean 100 por ciento seguros. Russell lo logra a través de sensores LiDAR (light detection and ranging), que emiten pulsaciones de luz invisibles al ojo humano: miden cuán lejos van y regresan tras encontrar un objeto.
Millones de esos impulsos en un segundo reúnen una cantidad de datos, procesados en una nube para formar un mapa en 3D que le muestra al carro lo que hay alrededor. Así, el auto corrige su dirección en tiempo real.
Los sensores calculan la distancia y la velocidad de los objetos en movimiento mucho mejor que los ojos y el cerebro humanos. El sistema de Luminar, por ejemplo, ve sombras de automóviles, edificios, así como las señales de tránsito a unos 500 metros de distancia. Además, se apoya en radares, cámaras de video y otros sensores, y, según le dijo Russell al diario británico The Times, será la pieza clave para los vehículos autónomos.
“Hay 1.300 millones de vidas que se pierden cada año en accidentes de tránsito”, dice el genio multimillonario, para quien un carro puede llegar a ser 99 por ciento de las veces más seguro. El 1 por ciento restante es lo más difícil, pero marca la diferencia entre la máquina y los humanos.
Este innovador se ha dedicado a desarrollar en los últimos ocho años sensores más baratos y casi invisibles, lo que le ha granjeado negocios con Volvo para sus vehículos en 2022, al igual que con Daimler Truck y otros fabricantes.
Ahí es donde choca con Musk. El creador de Tesla no ha tenido ningún problema en decir que esos sensores no son eficientes y que cualquier compañía que invierta en ellos será un fracaso. Según Musk, lo ideal es una tecnología conocida como computer vision, con la cual el vehículo autónomo ve el mundo por medio de radares, sensores y, sobre todo, cámaras digitales y un software avanzado que le ayuda a ver como un humano. En este escenario, Musk asegura que los láseres no serían necesarios.
No obstante, según Russell, todo depende de lo que se quiera lograr. Si se habla de conducción asistida, como sucede con el sistema de autopiloto de los Tesla, en el cual el conductor debe ser avisado para tomar el control del vehículo en algún momento, Russell admite que Musk está en lo cierto. Pero no lo está si lo que quiere es un carro que se maneje de manera autónoma. “Es como comparar manzanas y naranjas”, dijo a The Times.
Para saber quién tiene la razón se requerirá de tiempo. Por ahora, Russell camina confiado con Luminar, pues para él es suficiente que 50 socios comerciales hayan preferido su sistema al de Musk. El millonario californiano espera que en 2025 LiDAR sea una exigencia estándar en la industria y que en 2030 esté presente en todos los vehículos. Para 2040, las calles, tal como él las visualiza, estarán llenas de carros sin conductores, solo pasajeros trabajando o tomando un tiempo libre mientras llegan al sitio deseado.