Además de definirse como un “desarrollador personal e investigador del comportamiento humano”, Armando Martí asegura que una de sus habilidades es predecir el futuro. Dice que por eso, en julio de 2005, sabía que el próximo fiscal sería Mario Iguarán, como en efecto sucedió. Cuando el nuevo fiscal comenzó su periodo, casualmente conoció a Martí, quien se convirtió en su ‘desarrollador personal’. Y una de sus primeras tareas fue la de ayudarlo en la selección del personal que lo acompañaría en su cargo. Con base en unos informes que Martí presentó, el fiscal y su equipo cambiaron a algunos funcionarios. Con la sospecha de que una especie de brujo estaba tomando decisiones trascendentales en la institución, periodistas de SEMANA contactaron a Martí para entrevistarlo. La revista publicó el artículo bajo el título ‘El Rasputín de la Fiscalía’, y desató un gran escándalo. Después vino la portada ‘El brujo acusa y el fiscal se defiende’, y todo el país se fue contra Martí. La Fiscalía le abrió una investigación penal por peculado por apropiación, falsa investidura y falsedad en documento. Sin embargo, él comprobó que llevaba 14 meses trabajando con autorización de la entidad. El proceso precluyó en julio de 2011.Lo cierto es que las revelaciones de SEMANA lo obligaron a tomarse un año sabático y a aplicar en su vida diaria las técnicas de control mental que les había enseñado a otros. “Sentí la presión del país, de la Fiscalía. Me dio una gastritis muy fuerte y adelgacé 20 kilos. Estuve hospitalizado por estrés”. Pero Martí aprovechó ese periodo para, según él, trabajar con éxito en sus predicciones. Así que para bien y para mal, SEMANA le cambió su vida.