En 1991 todos los miembros de la familia Riascos Monroy se vieron a un paso de la muerte. Juan Carlos, Margarita y Luciana se enteraron de que eran portadores del VIH. Juan Carlos se casó sin saber que había adquirido el virus tras una aventura sexual cuando era estudiante. Juan Carlos, administrador de empresas, tenía 32 años; Margarita Monroy, con 27, trabajaba como gerente de una aseguradora. Y la hija de la pareja, Luciana, apenas tenía seis meses de edad. Dos años después, Margarita murió en Miami por un tumor cerebral originado por las bajas defensas. Pero la pérdida no hizo desfallecer a Juan Carlos y a Luciana quienes siguieron adelante con sus vidas. En 2002, él publicó el libro En el laberinto de la esperanza: memorias de una familia seropositiva. Se convirtió en la quinta publicación más vendida durante la Feria del Libro de ese año. Y su estremecedora historia mereció portada en SEMANA. Juan Carlos y su hija están bien: "Al virus lo tenemos enjaulado y no lo dejamos salir". A sus 53 años, vive en Miami con Luciana, que ahora tiene 21, y con Margarita Abello, su segunda esposa. "Mi hija es completamente sana. De los 21 medicamentos que teníamos que tomar en 1996, la dosis se redujo a dos". Juan Carlos hoy trabaja como gerente de asuntos para la comunidad de un reconocido laboratorio de los Estados Unidos y dicta conferencias a personas con VIH. Su hija estudia Moda.