Decía Cicerón: “cuanta mayor dificultad, mayor será la gloria”. Esta frase aplica a la realidad del mercado de valores colombiano, que recibe con beneplácito la noticia de que por fin, después de 20 años, el sector contará con una hoja de ruta o Misión del Mercado de Capitales promovida por el actual gobierno. La buena nueva llega en momentos en que esta industria enfrenta nubarrones como la reducción en la cantidad de emisores, menor número de firmas y tímidos volúmenes de negociación en activos como las acciones y las consiguientes ventas de inversionistas extranjeros. Sin embargo, es inevitable desconocer que episodios recientes en el mercado no dejan de hacer ruido: hace apenas unas semanas, la comisionista Valoralta solicitó ser inactivada tras conocerse que uno de sus empleados habría incurrido en un fraude por $10.000 millones y en el que se habrían afectado cerca de 12 clientes; un miembro de la junta directiva de Global Securities enfrenta un proceso de extradición y, por otra parte, el Autorregulador del Mercado de Valores (AMV) sancionó a BBVA Valores por operaciones en ventas de CDT. Hay algo claro: ninguna de estas historias tiene similitud alguna con los casos Interbolsa o Proyectar Valores, no compromete la integridad del sector y han sido atendidos de manera rigurosa por la Superintendencia Financiera de Colombia, en cabeza de Jorge Castaño. Recomendado: AMV mejora su imagen con los agentes del mercado en primer trimestre de 2018 A pesar de estos recientes casos, no tiene sentido satanizar un sector porque los fraudes existen en cualquier tipo de negocio, así como quienes hacen un trabajo ético y profesional. Se reinventa el sector Más allá de los casos que comprometen más la actuación de personas y no de empresas, la radiografía del sector muestra que la bolsa ha perdido 24 comisionistas y 57 emisores en los últimos 20 años, mientras que las utilidades de las firmas distan de los números que se observaban cuando el negocio de posición propia era el ‘rey’ en las mesas de dinero. También el número de personas naturales no va más allá de 600.000 y las ruedas accionarias oscilan entre $80.000 millones y $100.000 millones, cifras vistas hacia 2006. Hoy existen 20 sociedades comisionistas, de las cuales cuatro son independientes y el resto o son bancarizadas o pertenecen a una holding. A ello se suma el frente de tarifas, que a pesar de las anunciadas rebajas por parte de la Bolsa de Valores de Colombia (BVC) y Deceval, aún siguen siendo muy altas, lo cual dificulta la competencia y promueve negocios menos ‘caros’ y atractivos en rendimientos para pequeños y medianos inversionistas como son los fondos de inversión (Fics), el activo de moda en el mercado, como en su momento fueron las acciones, pero cuyos costos operativos son menores. “Si se bajaran más drásticamente los costos, podríamos tener más retail y por eso vemos en los Fics el sustituto orientado a pequeños inversionistas”, comenta el presidente de Asobolsa, Jaime Humberto López. La discusión de los costos, contrasta con un proyecto que la Superintendencia Financiera sometió a consideración del mercado: se trata de una iniciativa en torno a las microinversiones, que permitirían que a partir de bajos montos y costos transaccionales menores, las personas naturales puedan participar de manera más activa en el mercado de valores. El proyecto definitivo aún no se conoce. Otra traba para el sector y por cuenta de los errores del pasado de otros tiene que ver con el exceso de regulación.

Foto: Jaime Humberto López, presidente de Asobolsa y Leopoldo Forero, presidente de Afin. “Se trata de entidades muy pequeñas, con una carga regulatoria muy alta: 3.355 obligaciones legales. Solo para hacer una asamblea se requieren 66 procedimientos legales”, comenta Luis Humberto Ustariz, abogado experto en mercado de capitales. Aún así, las firmas de tradición siguen dando la pelea en el mercado. Un caso típico de democratización es el de Afin, un tradicional puesto de bolsa pequeño e independiente, que decidió someterse a una ‘liposucción’ al transformar su antigua estructura tradicional a una fintech 100%digital que distribuye fondos de inversión colectiva (Fics) y cuenta con Alianza Fiduciara (Advent), Credicorp Capital, BTG Pactual, Old Mutual y Larrain Vial. en la gestión de activos. Puede interesarle: Cómo comprar y vender acciones por Internet “Luego de mucho debate, reconociendo que había prácticamente una nula disponibilidad de productos de inversión para clientes inversionistas retail por el alto costo de vincularlos y atenderlos, Afin, Pronus y Banlinea entablaron una alianza formal. En conjunto decidieron explorar si desde el punto de vista financiero, regulatorio, operativo y legal era posible dar acceso a productos de inversión mediante un asesor digital”, relata Leopoldo Forero, presidente de la comisionista, quien contribuyó a darle vida a Ualet, un producto que ‘democratiza’ las inversiones y que tiene la aprobación de la Superintendencia Financiera desde septiembre de 2017. También en el marco del Congreso de Asobolsa, el regulador anunció que se aprobó el primer proyecto piloto para profundizar el mercado de Fondos de Inversión Colectiva. Es el primer proyecto que recibe el aval y fue presentado por la comisionista de bolsa Acciones & Valores y la fintech Tpaga. Permitirá que se use el canal de la billetera virtual de la fintech para atraer clientes al FIC de la comisionista, por medio de un trámite simplificado para bajos montos. Si bien la innovación es un elemento determinante en un mercado con tantas transformaciones, es importante que de la mano de la creatividad realmente se creen estímulos y mucha educación financiera al inversionista, castigos ejemplares para los que se dejan llevar por la ambición desmedida y contribuir a que el mercado de capitales colombiano sea un escenario de verdadera democracia en materia de inversión. Recomendado: En Colombia se podrá invertir en notas estructuradas desde $5 millones