La transformación de los negocios financieros avanza a velocidades muy rápidas. La incorporación de las fintech, el auge de los criptoactivos y hasta las consolidaciones de jugadores están acaparando la atención en el futuro cercano. La Superintendencia Financiera avanza en la construcción de herramientas para tener una mejor y más efectiva protección al consumidor financiero. El sector se está moviendo hacia una mayor flexibilización de productos y omnicanalidad. “El sistema financiero se va a transformar en uno que va a administrar mucha información, más que plata”, dice Jorge Castaño, superintendente Financiero. Sin embargo, todos estos ajustes se están dando en una coyuntura complicada, donde la economía no alcanza su crecimiento potencial, la cartera corporativa tiene señales identificadas de riesgo y el entorno internacional empieza a enrarecerse. ¿Cuáles son los 4 temas clave hoy en el sector? 1. Conglomerados Recientemente S&P le cambió el outlook de negativo a estable al sistema financiero por dos razones: la ley de conglomerados y por la tarea de la Superfinanciera en la gestión de riesgo de crédito y el decreto de Basilea III. Recomendado: ¿Cómo funcionan las demandas de los usuarios al sistema financiero? Para ajustarse a los cambios, la entidad ha venido incorporando normas referentes a conglomerados para hacer una supervisión comprensiva y consolidada. Temas como la solvencia –cuánto necesita para operar, pero cuánto debe tener (la razón va a ser en promedio entre 140% y 150%)–, jurisdicciones –operaciones y estructuras– y revelación de información han venido ajustándose. Por una parte, los conglomerados están moviéndose en ventas, fusiones, organización de activos para crear estructuras más livianas y transparentes. Por otra, se empezaron a conocer los datos fuertes de los conglomerados, por ejemplo, el patrimonio técnico con corte a 2017: en Grupo Bolívar asciende a $12,9 billones; en el caso de Sura-Bancolombia es de $24 billones; y para Grupo Aval llega a $23 billones. El indicador mínimo de solvencia en Colombia es 9, este capital debe mantenerse en esos niveles, pero por los compromisos con las calificadoras y los inversionistas internacionales, deben tener una solvencia de 13,5. “No espero nada diferente a que en los próximos años los bancos vayan a tener que optimizar mucho su capital y meter plata para crecer”, señala Jorge Castaño, superintendente Financiero. Sin embargo, una de las grandes dudas en el mercado ha sido la operación entre vinculados. “El decreto de vinculados lo que hace es definir unas reglas del juego nuevas para las operaciones no solo de crédito sino de toda clase, gestionando de mejor forma el conflicto de interés”, dice Castaño. La norma establece un límite del 8% del patrimonio técnico en las operaciones entre vinculados. La ley de conglomerados tiene dos fechas de entrada: una, en febrero del año entrante para lo relacionado con nivel de capital adecuado, y otra, la de vinculados, el 6 de febrero de 2020. 2. La Misión La misión del mercado de capitales está tomando forma. Para Castaño, los diagnósticos van a conducir a una realidad muy compleja: cómo incentivar la demanda de la financiación, pues las empresas no están demandando crédito ni haciendo emisiones, y no son necesariamente los costos ni las dificultades. “Es que el ajuste en el ciclo económico y la necesidad de diversificar nuestra economía para traer más emisores es una tarea que parece fácil decirla, pero es muy compleja. Mientras no tengamos un sistema productivo que requiera recursos para continuar en su desarrollo, el mercado no va avanzar. Nuestro mercado está concentrado en títulos de deuda pública –entre 80%-85%–; 10%-12% son acciones y la deuda privada tampoco funciona”. Una de las preguntas clave es si pasamos a un mundo más flexible en el régimen de inversiones de los administradores institucionales. “Es moverse a darles más flexibilidad a los fondos de pensiones, pero también necesitamos más competencia”, dice. Puede interesarle: La Superfinanciera tiene en la mira a los conglomerados financieros 3. El rol del sector en la contratación pública Decisiones que se han tomado o escenarios que no estaban contemplados están poniendo en jaque la participación del sector en la contratación pública. La liquidación del contrato de Ruta del Sol II ha sido un verdadero galimatías jurídico y, aunque está a la espera del tribunal de arbitramento, la transformación que se hizo a la Ley de Infraestructura para darles seguridad jurídica a los bancos está hoy en el limbo por una demanda de constitucionalidad y por la presentación de un nuevo proyecto para modificarla. Entretanto, el sector fiduciario y el asegurador están en alerta por el fallo de la Contraloría en un caso de basuras en Bogotá en el que sancionó a los operadores e incluyó a las fiduciarias –que a juicio de su gremio, habían cumplido con el contrato en el manejo de los recursos– y los aseguradores tuvieron que actuar como garantes. Y esto abrió la puerta para vincularlos: ya algunas reaseguradoras internacionales se han quejado de la falta de certeza jurídica y en casos como el de Reficar el valor de las pólizas inicialmente contempladas aumenta y las aseguradoras entran en los procesos de responsabilidad fiscal. El escenario es dramático: sin créditos, ni pólizas de cumplimiento, ni fiducia pública. El proyecto de ley que radicó la Procuraduría sobre responsabilidad penal de las personas jurídicas en corrupción, dice –por ejemplo– que las compañías de seguros pueden ser responsables y les pueden aplicar hasta tres veces el valor de la multa. “Uno de los grandes retos es cómo lograr que la industria financiera pueda destrabar las dificultades para efectos de hacer su tarea”, dice Castaño. 4. Los chicharrones La buena noticia en el sector es que se está dando una desaceleración en la cartera vencida que tuvo ‘velocidades’ hasta de 50% y hoy está por encima de 10%. Gran parte de ella ha estado impulsada por casos icónicos: Electricaribe, Ruta del Sol y gran parte de los sistemas de transporte masivo. Sin embargo, en la Superfinanciera han puesto los ojos sobre dos sectores que podrían generar una preocupación mayor: construcción y salud. En el primero, el total de deuda de los constructores con el sistema financiero asciende a $14 billones y la difícil coyuntura está haciendo que los ciclos en el proceso de construcción y venta de los proyectos sean más largos y aumenten los desistimientos. En el segundo, se identificó otro riesgo emergente en IPS. Cerca de 5 se están colgando en el pago de sus deudas y ya concentran unos $700.000 millones. Es importante contener esta situación para que no haya restricción de crédito en el sector. Lea también: Fiduciarias: las nuevas estrellas del sector financiero Según Castaño, “nunca en la historia hemos tenido un nivel de provisiones tan alto como el que tenemos, unos $27,6 billones, y ese es un indicador de cobertura del 125%. El más bajo en toda la década fue 105%. Creo que el sistema financiero ha gestionado bien el riesgo. Necesitamos que la cartera crezca y el crecimiento económico crezca”.