Mientras las universidades privadas tienen menos estudiantes inscritos en cada semestre (entre 2016 y 2017 cayeron en 56.905 para un total de 444.331, segun el Snies), en la primera universidad para modelos webcam ubicada en Medellín, ocurre todo lo contrario. La semana pasada, Juan Bustos, su fundador, anunció que este año llegaron a las 1.000 jóvenes graduadas en los más de 100 cursos que ofrecen para quienes planean hacerse profesionales, y todo parece indicar que seguirán creciendo. Se calcula que en Colombia hay unas 40.000 modelos web: mujeres —en su mayoría— que atienden a un cliente de cualquier parte del mundo que quiere satisfacer su deseo voyeur por medio de una cámara. Por la cantidad de mujeres que han llegado a este oficio, no es suficiente la belleza. Esto explica que quienes planean vivir como modelo webcam, buscan continuamente información y formación para atraer más clientes. También buscan aprender sobre las leyes que rigen su trabajo y sobre cómo manejar las grandes sumas de dinero que reciben. Para ofrecer esa información que escasea en un oficio aún tabú en Colombia, Juan Bustos inició ofreciendo cursos en línea y conferencias sobre seducción. Sin embargo, solo hace tres años decidió apostarle a un proyecto más grande. Dice que la idea de crear la primera universidad para webcamers se le ocurrió después de que conoció de cerca el caso de una modelo webcam que se suicidó a sus 19 años, porque no soportó los comentarios negativos de su familia y amigos cercanos. Para evitar que otras mujeres hicieran lo mismo, inició cursos sobre cómo enfrentar el bullying. Hoy ya cuenta con más de 100 cursos en psicología del cliente, idiomas, leyes, educación financiera, entre otros. Relacionado: Modelos webcam ahora pagarán impuestos, conozca cómo funciona este oficio “A través de estos procesos educativos, las modelos deben entender que ser modelo webcam no es un trabajo de prostitución, no es un trabajo de pornografía vulgar, sino que es un trabajo artístico. Entendí que esa sería la única forma en la que iban a aceptar lo que son sin sentir vergüenza”, dice Bustos. Linda Suárez, sexcouching, escuchó lo que necesitaban e ideó el pénsum. “Esto no es solo sexo. Las modelos top tienen poco contenido sexual explícito, en realidad son las que más hacen performance y shows. Para lograr que las modelos webcamer de Colombia entiendan esto les enseñamos sobre psicología y emociones, es decir, entender al usuario, cuándo escuchar, cómo complacer, cuándo exigir. También nos concentramos en las emociones de la modelo, hablamos de bullying, de acosadores, entre otros temas que les preocupan a ellas”, dice Suárez. Aunque el tema es muy criticado y genera en ciertos casos burlas, este proyecto de formación es más complejo de lo que parece. Bustos asegura que muchas eligen este oficio cuando después del colegio no tienen cómo pagar un semestre en una universidad de calidad. Aquellas que podrían pagarlo, lo piensan dos veces, porque en caso de encontrar trabajo, saben que van a tardar mucho tiempo en recuperar lo invertido en su carrera. “Las chicas de hoy crecieron con un teléfono, con una tablet, han visto contenido sexual en internet sin restricción, son de mente más abierta, no les importa ser conocidas como modelos webcam. Por eso creo que cada vez vamos a tener más gente interesada en este tema”, explica Bustos. Un fenómeno que claramente impacta la educación tradicional y genera un fenómeno social. Aunque no ha sido medido, es evidente que podría acarrear consecuencias negativas al incentivar a las jóvenes a abandonar el deseo de ingresar a una universidad y pagar 3 millones por un curso para ser modelo webcam, en donde se obtienen mínimo 6 millones de pesos mensuales. También: ¿Cuáles son las carreras con más demanda laboral en Colombia? Es el caso de Juanita Fox, quien se graduó del curso de la Universidad Juan Bustos. Hace dos años tomó la decisión de convertirse en modelo webcam porque necesitaba dinero para pagar su carrera de Ingeniería Industrial. Sin embargo, a mitad de camino, se dio cuenta de que no tenía sentido seguir en la universidad. Durante el primer año como modelo webcam ganó 100 millones de pesos, una suma que, según ella, jamás recibiría como ingeniera en Colombia. “Las carreras tradicionales no son rentables. No vale la pena poner esos esfuerzos tan grandes en algo que solo me va satisfacer personalmente y no económicamente. Ahora no quiero desviarme de mi objetivo de ser modelo webcam profesional, porque una vez me retire, sueño con viajar por el mundo y disfrutar de lo que me gusta hacer: dibujar, tomar fotografías y diseñar, sin preocuparme por el dinero”, cuenta Juanita Fox. Sin embargo, para Bustos no existe ningún efecto negativo en que una mujer prefiera ser modelo webcam que docente titulada de una universidad. Para él la educación actual está perdida. “Solamente la crema innata de la sociedad se puede dar el lujo de estudiar en los mejores colegios y universidades. Los demás se deben conformar con lo que el Gobierno les da: una docente que se mató estudiando en la Nacional y que tiene que atender a 50 niños en un salón, ¿cómo les va a enseñar algo? Aquí los niños ni saben qué es una tableta, entonces la solución no es la educación tradicional colombiana”, expresa. Precisamente esos desafíos del sistema educativo colombiano se reflejan en los problemas de aprendizaje con los que llegan muchas mujeres a sus cursos. “Por la mala educación que recibieron en sus colegios, escriben muy mal, entonces manejar una segunda lengua les cuesta un montón. El proceso con ellas es más lento, porque nos ha tocado reeducar su español para luego enseñarles inglés. Lo mismo nos pasa cuando les enseñamos cómo aprender a manejar los programas. Pero resulta que esto no le pasa solo a las mujeres modelos webcam, esto le pasa a mucho gente en Colombia, esto es un problema más profundo”, concluye Bustos.