Una de las conclusiones que más se oyen durante el 4° Congreso Internacional de Innovación Educativa que se lleva a cabo en Monterrey, México es que las personas necesitan pasar más tiempo de sus vidas en la universidad. Pues esta etapa ocupa solo el 5 por ciento de la vida y los aprendizajes que se obtienen se van volviendo obsoletos cada vez más rápido.Por eso uno de los cuestionamientos más profundos del congreso es ¿cómo será la universidad del futuro?Seguramente los campus de las universidades serán 20 o 30 veces más grandes de lo que son ahora. La razón es que la educación no solamente se democratizará favorablemente para la sociedad, sino que los humanos vivirán más tiempo. Lo que quiere decir que no alcanzará un pregrado o una maestría para vidas que superarán los 100 años. “Probablemente la primera persona que vivirá 150 años ya nació, eso quiere decir que si lo comparamos con el tiempo que hoy se pasa en la universidad esa persona solo estará el 5 por ciento de su vida en la academia y trabajará al menos 100 años”, dijo Amar Kumar, vicepresidente senior de Efectividad e Investigación en la Oficina del asesor en jefe de Educación en Pearson.Puede leer: La luz de Prometeo: una reflexión sobre la Universidad“Habrá que hacer tres grados y tres MBA por la expectativa de vida y por los cambios tan drásticos que veremos”, dijo Santiago Iñiguez, decano de la IE Business School University de Madrid.Con base a la anterior tesis, habrá una gran demanda de profesores, por lo que el gremio será uno de los que más va a crecer en el futuro.Iñiguez cree que el reto fundamental de la universidad del futuro es formar ciudadanos que se preocupen por los problemas de la sociedad y tengan, sobre todo, el criterio para identificar noticias falsas. “Que son abundantes y se confunden con las noticias contrastadas”, opinó. Además recalcó la importancia de aprender historia en cualquier programa académico.El rector de la Universidad del Desarrollo de Chile, Federico Valdés, afirmó que el desafío más complicado es convencer al mundo de que tiene que existir un cambio en el tiempo de preparación, puesto que la competencia es un ámbito global que muta constantemente y ha rezagado los tiempos cortos de la vida universitaria.Salvador Alva, presidente del Tecnológico de Monterrey, universidad que organiza el evento, dijo que las universidades deberían otorgar una membresía de por vida cuando la persona se gradúa. Javier Arango, vicerrector de Desarrollo Institucional del Politécnico Grancolombiano, comparte la idea de Alva: “La universidad del futuro debe continuar con el proceso de transformación de realidades, avanzando en el mejoramiento de la calidad de vida, donde se tenga por ejemplo, una “membresía universitaria” que garantice la preparación permanente de sus estudiantes. Esta combinación les permitirá a los futuros profesionales disfrutar de una capacitación constante, tener éxito y ser felices, de esta manera la sociedad tendrá mejores seres humanos”, comentó.La presidenta de Babson College Kerry Healy lanzó la idea de afianzar mejor el mercado con la academia. “La relevancia para mí tiene que ver con volver a conectar las artes liberales con el mercado y así tendremos una educación más especializada”, dijo.Le sugerimos: Cuatro jóvenes que le están cambiando la cara al oriente de CaliPor su parte el rector de la Universidad de los Andes, Pablo Navas, estuvo presente durante el Congreso y dijo que desde su perspectiva el reto está en encontrar formas para financiar la educación. "Es un tema que no está solucionado y toca buscar los mecanismos", afirmó Navas."No hay que pensar que el cambio está en aprender por sí solos. Todo, absolutamente todo es cuestionable. Nos dieron la idea de que el profesor tenía el conocimiento absoluto, todos tenemos un lente, algunos lo tienen más abierto y otros muy cerrado. Hay que abrir esos lentes y se nos ha olvidado que el profesor también tiene uno", dijo Salvador Alva.InvestigarUno de los temas que más preocupa es el de la investigación. Hay universidades que se declaran a sí mismas como de investigación y otras formativas, pero ahora el 80 por ciento de investigaciones que se hacen en el mundo se concentran en las empresas. El siglo pasado el 60 por ciento de las investigaciones le correspondían a la academia."Las universidades somos más adversas al cambio. Hay un cómic que tiene dos viñetas: en la primera sale un rector preguntándole a los estudiantes ‘¿quién quiere el cambio?’ y todos levantan la mano, y luego pregunta ‘¿quién quiere cambiar?’ y nadie la levanta", dice el rector de la Universidad de los Andes.Respecto al tema Federico Valdés dijo que desde la Universidad del Desarrollo de Chile están tratando de que sus investigaciones publicadas en papers no terminen referenciadas en revistas especializadas de ciencia, sino que estos conocimientos se apliquen de una ve en la práctica clínica de medicina, uno de los fuertes de esa institución.Le recomendamos: La astrofísica a la que no le dieron el Premio Nobel por ser mujer y estudianteInterdisciplinariedad Todos están de acuerdo en que hay que mantener el contacto con “el mundo real”, y obedecerle a este cuando algo malo se hace desde la academia. El trabajo en conjunto entre diferentes áreas del conocimiento se tiene que fortalecer. “Hay que obligar a los ingenieros a trabajar con los arquitectos, con los agrónomos o los diseñadores”, dijo Valdés.Además, este sistema interdisciplinar tiene que funcionar con una base sólida de poder. “Nos hace lentos el hecho de que las instituciones sean tan jerárquicas, hay que empoderar al binomio maestro-estudiante para que tome el 99 por ciento de las decisiones en la universidad”, opinó Alva.El rector de la Universidad de los Andes fue persistente con su idea de que hay que fortalecer la cooperación entre universidades, para darles a los estudiantes un contexto global más completo que se nutra de la experiencia internacional. El rector dejó un pensamiento interesante sobre el reto de volver más interdisciplinar la academia “si no duele, no es interdisciplinario”.