En diciembre de 2019, cuando la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde) entregó los resultados de las pruebas Pisa, en las cuales Colombia participaba por quinta ocasión: los resultados fueron decepcionantes. El país obtuvo el puntaje más bajo de los miembros de la organización, y además desmejoró en los resultados de ciencia y lectura, mientras que en matemáticas se estancó.
Por esto, diferentes actores del sistema instaron a trabajar desde ese momento para mejorar en la calidad y para que en los resultados de las pruebas del 2021 -se hacen cada tres años- se notara alguna mejora. Con la llegada de la pandemia, la Ocde determinó aplazar la presentación un año, y una de las principales preocupaciones de los profesores comenzó a ser la calidad que pueda generar el cierre de prolongado de colegios.
Un informe publicado recientemente por la Ocde indica que durante 2020 Costa Rica y Colombia fueron los países donde los alumnos se quedaron durante un periodo más prolongado sin clases presenciales. En el caso de nuestro país, en total fueron 150 días, por detrás de los 180 días sin clases de los centroamericanos.
De acuerdo con el informe, hay una fuerte relación entre los países cuyos obtuvieron peores resultados en la evaluación de lectura en el ejercicio de PISA de 2018 y el número de días de clase perdidos en 2020 por el cierre de colegios por la pandemia, lo que generaría pocas posibilidades de mejora.
Teniendo en cuenta la pérdida prolongada de clases, analistas de la organización presentaron las proyecciones sobre qué tanto influiría el cierre de colegios en los resultados de las pruebas, las cuales presenta un grupo de jóvenes de 15 años de 79 países (37 de la Ocde y el resto invitados o en proceso de ingresar).
De acuerdo con el informe, en promedio, los países tendrán un retroceso de 49 puntos en su rendimiento en las tres materias que evalúan en las PISA. En el caso de Colombia, los analistas indican que el retroceso podría ser superior a los 50 puntos.
El panorama es oscuro, teniendo en cuenta el bajo rendimiento en las pruebas pasadas, donde se desmejoró respecto a 2015, incluso en condiciones de educación normales. Para 2015, Colombia obtuvo 425 puntos en la prueba de lectura, sin embargo, para la más reciente edición, se evidenció un retroceso importante al obtener 412 puntos, mientras que el promedio Ocde es de 487 puntos.
En el caso del área de ciencias, en la prueba de 2015 el país tuvo una mejora sustancial, al pasar de una calificación de 399 en 2012 a 416. Los resultados de 2018 muestran que el país no pudo mantener ese ritmo de mejora y, por el contrario, bajó su calificación a 413 puntos, lejos del promedio Ocde, que es de 489 puntos.
En matemáticas, los estudiantes colombianos obtuvieron un puntaje promedio de 391, una leve mejora frente a los 390 puntos obtenidos en 2015, pero aún alejados del promedio de los otros países Ocde, que es de 489 puntos.
Las proyecciones de la Ocde respecto al retroceso en el rendimiento escolar de los estudiantes colombianos es similar al que se evidencia en el histórico de las pruebas de Estado que aplica el Icfes.
En 2020, el puntaje promedio global en el país para calendario B fue de 309 y para calendario A de 248, sobre 500 puntos máximos. Estos resultados corresponden a 11.068 sedes educativas de calendario A y 337 de B. Es decir, los estudiantes del primer grupo, en el cual estudian más de 75 por ciento de estudiantes en el país, no obtienen ni siquiera la mitad del puntaje posible.
En 2019, la media del puntaje nacional de los 567.000 estudiantes que presentaron las pruebas fue de 248, mientras que en 2018 el promedio de respuestas correctas fue de 252.
Además, solo 18,2 por ciento de los jóvenes colombianos logra desarrollar adecuadamente las cuatro competencias de las pruebas Saber 11. Esta situación representa un retroceso a nivel nacional, ya que en 2016 el porcentaje de estudiantes que lograron desarrollar adecuadamente las cuatro competencias era de 24,9 por ciento.