Las balas que por años mataron a millones de colombianos dejarán de tener pólvora y ahora tendrán la tinta con la que se escribirá el futuro de un nuevo país. “Las balas escribieron nuestro pasado, la educación escribirá nuestro futuro”, fueron las palabras que acompañaron el momento en el que el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, entregó hoy al máximo líder de las FARC, Timoleón Jiménez, el ‘balígrafo’ como símbolo de la terminación del conflicto armado.Y es que el 23 de junio del 2016 será un día que no se olvidará porque hasta esta fecha llegó un conflicto armado de más de 60 años. Al medio día Colombia dio un paso hacia la esperanza de tener un país en paz. Y el ‘balígrafo’ representa esa transición de la violencia, el odio y el rencor, hacia a la paz, la equidad, la tolerancia y el perdón. El ‘balígrafo’ es un casquillo de bala calibre 50 al que le fue extraída la pólvora, y que fue creado entre el Ministerio de Educación y la agencia Mc Cann Worldgroup, y tiene como objetivo cambiarle el rostro a la guerra y darle identidad a la paz que está por llegar.De acuerdo con la ministra de Educación, Gina Parody, este gobierno está convencido de que la educación será el legado más valioso que podrá dejar a las nuevas generaciones porque será en las aulas donde se comenzará a reescribir la historia de Colombia. “Este es el símbolo del cambio, de la transición que Colombia vivirá en pocos meses, de un país donde las balas serán el pasado y la educación se convertirá en el presente y el futuro”.Con el silencio de los fusiles y un arma más poderosa que cualquier otra, la educación, Colombia pasa la página y empieza a escribir el capítulo de la paz y la equidad con el ‘balígrafo’ para que las nuevas generaciones vivan siempre en un país en paz.