El Gobierno de Enrique Peñalosa alcanzó logros significativos en materia de educación. Pero todavía en Bogotá hay mucho por hacer en temas como la jornada única, los entornos escolares y la Universidad Distrital, entre otros. La importancia de la jornada única radica en que quienes estudian en esta modalidad reciben 8 horas de clase al día, mientras que quienes lo hacen por la tarde o por la mañana solo tienen 5,5 horas. Para que exista equidad entre los estudiantes es necesario aumentar la infraestructura escolar. Por eso este Gobierno se propuso construir 30 colegios nuevos en lote nuevo y 34 reconstruidos. De los nuevos entregaron 8 y 20 reconstruidos. Prometen que al finalizar año se dejarán entregados terminados un total de 39, 15 en obra y 10 en diseño. En este momento hay más de 785.176 estudiantes de colegios públicos y, según cifras de la Secretaría de Educación, de 4 por ciento en jornada única, la ciudad pasó a tener 17,6 por ciento. La meta inicial era alcanzar el 30 por ciento, aunque por un decreto del gobierno nacional quedó en 17 por ciento. Relacionado: Candidatos a la Alcaldía de Bogotá: ¿hacia dónde van sus propuestas de cultura? La capital también tiene el desafío de garantizar entornos más seguros para los jóvenes. La ventaja de tener una infraestructura y una jornada única se pierde si los jóvenes están expuestos después de clases a los vendedores de droga y a las pandillas. La Alcaldía ha propuesto prohibir el consumo de alcohol y sustancias psicoactivas en el espacio público, lo que podría ir en contra de lo que ya ha dicho la Corte Constitucional al respecto. Sobre la educación superior, Juan Carlos Flórez, concejal de Bogotá, se preguntó en entrevista con Semana Educación “¿por qué la Universidad Distrital, con todos los recursos que tiene la ciudad, no puede ser la mejor del país? ¿Por qué nos contentamos con que no esté en quiebra?”. Agregó que hoy la universidad debe abrir nuevas líneas de investigación, contratar más profesores de planta mejor preparados, crecer en infraestructura física y tecnológica, y aumentar su oferta académica. “Para los últimos alcaldes la Universidad Distrital ha sido algo residual en su programa. Debería ser el eje de una política educativa de calidad global”, dijo. Respecto a otros asuntos como el embarazo adolescente, uno de los motivos por los que muchas jóvenes dejan de estudiar, el Gobierno de Peñalosa ha tenido resultados importantes: la gestación en mujeres entre los 15 y 19 años pasó de 15.379 en 2015 a 10.675 en 2018. Sin embargo, no hay que descuidar ese fenómeno. Lo mismo sucede con la deserción escolar, que pasó de 3,6 por ciento a 1,67 por ciento, la cifra más baja que ha tenido la ciudad. No obstante, cerca de 300.000 niños no van a jardines infantiles, por ejemplo. Y en cuanto al Programa de Alimentación Escolar, fuente de corrupción en otras ciudades, Bogotá se ha convertido en uno de los pocos lugares en los que funciona, y esto habría que mantenerlo y blindarlo. Frente a este panorama, los candidatos hacen varias apuestas. Claudia López quiere garantizar los ocho derechos fundamentales hasta los 5 años de vida y reforzar el trabajo con las familias. Espera crear al menos 20.000 nuevos cupos más de educación superior gratuita en programas pertinentes con las exigencias del mercado para que no haya más jóvenes endeudados con el Icetex. Con respecto a la Universidad Distrital, promete avanzar en su fortalecimiento para que se consolide como un centro educativo de excelencia e innovación. En cuanto a entornos seguros, dice enfocarse en combatir a los narcotraficantes. El dinero para lograr sus metas saldría fundamentalmente de los recursos propios del Distrito. Carlos Fernando Galán promete aumentar la cobertura en jornada única hasta un 30 por ciento mediante la construcción de nueva infraestructura. Pero se enfocará en desarrollar un modelo educativo que permita que los estudiantes accedan a formación en áreas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, a la oferta cultural y deportiva y a una formación técnica para los grados décimo y once. También: Tamal, gallina y piquete con los candidatos a la Alcaldía de Bogotá Con respecto a los entornos escolares, asegura que va a desmantelar los 142 grupos delincuenciales identificados por la Policía Metropolitana y reforzará las estrategias de prevención del consumo en los colegios. Frente a la Universidad Distrital, promete apoyar la formación doctoral de los docentes, así como financiar proyectos de investigación y emprendimiento de base tecnológica. Para lograr estas metas, el presupuesto de educación sería el más grande de todos los sectores, destinaría parte del dinero de regalías y haría alianzas público-privadas con el ámbito empresarial. Referente a la ampliación de la jornada única, Miguel Uribe propone construir 55 colegios nuevos. Para mejorar el entorno de los jóvenes promete fortalecer la presencia policial alrededor de escuelas y colegios, parques, comercio y estaciones de transporte público. Además, apoya la estrategia del alcalde Enrique Peñalosa de prohibir el consumo de drogas y alcohol en el espacio público. Asimismo propone acabar con cuatro ollas de microtráfico de cada localidad. Y con respecto a la Universidad Distrital, apoyaría la creación de la Facultad de Artes y la de Ciencias de la Salud en la nueva sede de la universidad en Bosa. Haría una nueva sede en Suba y llegaría a 20.000 nuevos cupos. Para hacer realidad su plan en educación, la plata saldría de los recursos de la ciudad, del Sistema General de Participaciones (SGP), de préstamos y de convenios. Hollman Morris es uno de los más ambiciosos en cuanto a la Universidad Distrital. Para el final de su Gobierno promete entregar 250.000 nuevos cupos en educación superior y habría logrado que 300 Instituciones Educativas Distritales tengan jornada única. También reabriría los jardines infantiles de Integración Social de la Alcaldía de Petro para que más niños puedan iniciar su educación. Con el propósito de generar espacios seguros para los jóvenes en las calles, se enfocará en fortalecer la oferta deportiva y cultural. La plata saldría de los recursos propios del Distrito y de un reordenamiento de los gastos de la Secretaría de Educación –pasando algunos a otras carteras–. Además, promete que todo aumento de los ingresos tributarios, producto del crecimiento del PIB generado por la construcción del metro subterráneo, se destinará a la educación.