La educación sexual en la niñez vuelve a ser un tema de discusión en el Caribe. Todo empezó en Santa Marta, cuando la Secretaría de Educación y la empresa caleña Mavex S.A.S suscribieron un acuerdo para distribuir diez “maletas Mavex” que contenían materiales educativos y didácticos sobre sexualidad, para ser trabajadas con estudiantes de 11 grado, según le afirmó a Semana Educación Edilmer la Torre, secretario de educación de Santa Marta.Antes de la entrega se hizo un proceso de orientación a los docentes, con capacitaciones previas, sin embargo, el 31 de agosto, las diez maletas Mavex fueron devueltas a la secretaría de educación. Precisamente el día en el que empezó el debate nacional sobre las cartillas del Ministerio de Educación. Entonces, “motivados por la campaña de desinformación, devuelven el material a la Secretaría de Educación a la espera de una valoración”, sostuvo Torres. Desde entonces, quedaron en la entidad a la espera de un estudio de expertos.Sin embargo, esta semana, Lila Palacios directora nacional para Educación y Familia de Cedecol, una asociación cristiana, denunció en la W que el material entregado a niños menores de cinco años estaba lleno de contenido sexual explícito. Desde entonces, se ha reavivado el debate sobre educación sexual. Semana Educación entrevistó a Martha Trujillo, gerente de Mevex, para conocer su posición sobre el tema.Según Trujillo, es importante destacar que el debate sobre la educación sexual, la salud sexual y reproductiva tiene un entramado religioso, con  transfondo moral, sexofóbico. Muchas de estas asociaciones cristianas, ven al cuerpo marcados por la vergüenza y pecado. Y lo que han hecho es descontextualizar. Por ejemplo, afirman que los materiales entregados son para niños de cinco años, sin tener en cuenta que “nosotros elaboramos los contenidos específicamente para cada edad, con un grupo de especialistas en ciencias sociales, sexología, medicina, y psicología. Y desde luego, tenemos en cuenta la edad para definir la pertinencia y la gradualidad”. “Lo que ha ocurrido es que las imágenes difundidas en los medios son para jóvenes y adultos, no para niños de cinco años”. Así empieza la desinformación y la descontextualización, afirmó Trujillo.Desde hace 18 años, Mevex ha entregados materiales didácticos como parte de los programas de los entes gubernamentales, con el Ministerio de Educación, Ministerio de Salud, con el Gobierno Nacional, el ICBF, y entidades diversas internacionales, como UMPA. Cada material didáctico explica a quién está dirigido, tanto en las cajas como en los materiales que están adentro. Por ejemplo, “un material ha causado revuelo en los medios, en el que se hace un mapa genital, tiene uso exclusivo para personal médico, enfermeras, enfermeros, licenciados en biología, con amplios conocimientos en fisiología”.Sin embargo, en las ilustraciones que hacen alusión a las diferentes violencias sexuales, lo hacen de una manera explícita en todas las edades. La explicación, según Trujillo,  es que si no lo hacen así, el abuso seguirá siendo confuso para los niños. “En los talleres, algunos adultos afirman a los 40 años que solo en la adultez, se  dieron cuenta de que los habían abusado de niños; sólo años después entendieron que lo que les obligaban a hacer sus tíos, padrastros no era natural”. Es importante que esto no ocurra, que la detección se haga de manera temprana. Cuando no se da educación sexual, los niños están amordazados.La desnudez es otro tema que ha sido descontextualizado por los grupos religiosos, según Trujillo. No trabajamos esos desnudos con niños de cinco años. Los trabajamos con mujeres adolescentes, “porque para trabajar anatomía, y salud sexual, es necesario mostrar los genitales, si no lo hacemos sería imposible”, sostuvo. “Si no se puede mostrar la desnudez tenemos que quemar todos los textos escolares que existen en el país, porque muestran partes del sistema reproductivo, los ciclos vitales, los cambios corporales”. Los materiales insisten en el cuidado del cuerpo, en la responsabilidad. Pero no podemos seguir pensando, que en nuestro cuerpo hay algo malo, sucio, feo, vergonzoso. Porque lo que vemos, “en especial con las mujeres, es que llegan a la etapa adulta con infecciones de transmisión sexual y no se han dado cuenta, porque no lo identificaron de manera temprana, y todo porque no se han atrevido a mirarse”.