Los estudiantes no dejan de ver sus celulares durante las clases. Chatean con sus compañeros del salón, revisan las redes sociales durante las clases, toman fotos, en vez de prestarle atención, por ejemplo, a los pasos de la multiplicación celular.Las medidas que toman los profesores suelen ser, dependiendo de la severidad del maestro y de las políticas de la institución, regañar, decomisar, o simplemente seguir la clase y enseñarles a los que quieran aprender.Más cuando los maestros salen del aula, comentan la situación con los otros profesores, hablan con el director de grupo y, si la situación es recurrente, con el coordinador de disciplina. Sin embargo, “por más regaños, sanciones, o reflexiones, los estudiantes siguen usando los celulares”, según lo afirma un profesor de sociales.Pero lo más grave de luchar contra los dispositivos electrónicos no es lo inútil que resulta, sino que desaprovechan una herramienta con enorme potencial para el aprendizaje. Así lo sostuvo la doctora en Educación Tessa Jolls, en una conferencia sobre Ciencia y Tecnología en la Universidad Icesi de Cali, en el evento de Edukatic. (También le podría interesar: Aplicaciones para tomar apuntes en clase)Pero para no plantear una guerra, hay que renovar los métodos de aprendizaje. Según Jolls, antes, los profesores supuestamente poseían los conocimientos necesarios, y los transmitían casi que dictados, mientras que los estudiantes hacían lo posible por anotar. Después, eran evaluados y calificados por sus capacidades memorísticas.Sin embargo, ahora las fechas, los procesos químicos, o las fórmulas matemáticas están a un clic. Entonces, aunque la memoria sigue siendo fundamental en el aprendizaje, la educación no se puede agotar en ella, afirma Jolls. También es necesario formar el pensamiento crítico, y en especial, las capacidades para analizar y seleccionar la gran cantidad de información que tienen a la mano en Internet. Sin embargo, los nuevos métodos de enseñanza requieren mucho más de los maestros. Según Jolls, los profesores deben ser guías que permitan hacer conexiones con otras disciplinas y enseñar en contexto.Si enseñan sobre la multiplicación celular, no deberían hacerlo de manera aislada, sino relacionado con la trasmisión de enfermedades como el ébola, para que los estudiantes asocien los conocimientos con problemas reales.Si van a enseñar las leyes Newton, es más enriquecedor entender su contexto y las preocupaciones místicas y divinas que lo hicieron replantear los conceptos de la física moderna.Desde luego, no es una tarea fácil renovar los métodos. TessaJolls le afirmó a Semana Educación en una entrevista en la Universidad Icesi que su país enfrenta dificultades similares a las colombianas. Por ejemplo, “en Estados Unidos tenemos un alto nivel de deserción en bachillerato, cerca del 30 % de la población total”.Además, los profesores no siempre están muy bien preparados para dictar sus clases, y aun así, deben lidiar con problemas de violencia, drogas y pandillas en los colegios. Y mientras tanto, “el gobierno quiere resolver la situación con estadísticas, que demuestren que los resultados en los exámenes internacionales y nacionales de selección múltiple han mejorado”, según afirma.Sin embargo, para Tessa Jolls, las dificultades no deberían ser un obstáculo para renovar los métodos de enseñanza, sino un aliciente que sirva, entre otras cosas, para frenar la desmotivación de los jóvenes.La tecnología es una herramienta que tienen para impulsar los procesos de aprendizaje, pero es necesario, en primer lugar, que los maestros aprendan a buscar en Internet, a conocer las revistas académicas, los videos, y tutoriales disponibles en línea. Luego, podrán enseñar cómo buscar, qué información es útil, para que los estudiantes con dispositivos contribuyan durante la clase. Por otra parte, según Tessa Jolls, es necesario que los profesores le enseñen a entender los discursos que transmiten los medios de comunicación.Aprender a usar la tecnología, para Jolls, es también adquirir una postura crítica. Es necesario que los jóvenes se preparen para discernir, por ejemplo, por qué “un medio de comunicación apoya implícita o explícitamente a un gobierno, una política, o a una empresa”.El alfabetismo en medios, difundido por TessaJolls y traducido por la Universidad Icesi, sirve de guía para que la tecnología se convierta en una herramienta, y da pistas para que los jóvenes no sean consumidores pasivos.