¿Usted es de los que odia ahora el trabajo que alguna vez amó?No se preocupe, no es el único. De hecho, es lo más probable que pase, según las estadísticas.Cerca de dos tercios de las los trabajadores, con oficios o profesiones en todo el espectro, desde obreros hasta médicos o pilotos, ha sufrido alguna vez falta de compromiso y un alto nivel de insatisfacción con su labor.¿La razón principal? Muchos sentimos que somos infravalorados, que perdemos tiempo en proyectos sin sentido en los que rara vez podemos disfrutar de lo que hacemos.Le sugerimos: Modelo etnoeducativo para rescatar la cultura afrocolombianaPero hay buenas noticias: usted puede darle una vuelta al problema y revertir los sentimientos de desencanto y desilusión.Claro, siempre y cuando esté dispuesto a ser proactivo y hacer algunos cambios.Con unos cuantos pasos cuidadosos, un poco de autoanálisis y una conversación con su jefe, usted puede transformar un trabajo que desprecia en uno que ama o que, al menos, puedes tolerar.Aquí le ofrecemos algunas claves:1. Acepte su realidadSi ya está en el punto que odia su trabajo, lo primero que debe saber es que no es su culpa. Bueno, no del todo.Parte del problema está en que la sociedad ha construido una especie de ideal sobre lo que el trabajo debe ser, explica el doctor Paul White, un psicólogo y coach estadounidense.Y claro, de ahí vienen después los desencantos.Fin de las recomendaciones"La gente comienza a trabajar y cree que de una vez puede salvar al mundo o usar todos sus talentos creativos para resolver problemas", asegura White.Pero la realidad es otra (y más triste): hay pocos puestos de trabajo que requieren toda la energía creativa del empleado.Por eso, el primer paso para cambiar las cosas, dice White, es la aceptación.Considere si sus expectativas son demasiado altas, al menos para la posición que ahora ocupa, y trata de adecuarlas entonces a las funciones concretas de su trabajo.Si algunas áreas de su trabajo se han vuelto corrientes y automáticas, concéntrese en lo que puede controlar.¿Hay tareas que puede evitar o asignar a otra persona?2. Piense por qué está ahíUna segunda clave es pensar las cosas con cabeza fría.Pregúntese: ¿por qué le ha dejado de gustar su trabajo? O vaya más al fondo del problema, a sus orígenes.Le puede interesar: "La violencia es más que un golpe": Natalia Ponce"No pienses que vas a volver a amar tu trabajo de un día para otro. Pero a veces basta con volver a tener un 20 o 30% de satisfacción con lo que haces para luego buscar algo mejor": Scott Eblin, coach y autor.Según Scott Eblin, coach y autor de Overworked and Overwhelmed: The Mindfulness Alternative ("Abrumado y con exceso de trabajo: la alternativa de la plena conciencia") una buena reflexión en estos casos es pensar por qué aceptó ese trabajo y las cosas que le gustaban cuando empezó ahí.Eso le ayudará a darse cuenta de las áreas que le motivaban y, a partir de ahí, podrá tener la medida de lo que necesita para cambiar su trabajo o para encontrarle un sentido a quedarte allí."No pienses que vas a volver a amar tu trabajo de un día para otro. Pero a veces basta con volver a tener un 20 o 30% de satisfacción con lo que haces para luego buscar algo mejor", asegura Eblin.3. Atrévase. ¡Acepte los riesgos!Es cierto: arriesgarse, cuando se trata de un trabajo, puede dar vértigo. Pero no se trata de que usted se lance de un puente o de un rascacielos.George Elfond, director ejecutivo de Rallyware, una compañía de software con sede en San Francisco, asegura que a veces para arriesgarse basta con permitirse pequeñas cosas."Puede haber pequeños detalles que hagan una gran diferencia para tu felicidad en tu centro de trabajo", asegura.Para Elfond, un primer riesgo podría ser escaparse a dar un paseo o a tomar un café por la tarde, o trabajar en algún lugar fuera de la oficina.Una vez que usted se permita a cosas pequeñas, podrá abordar riesgos mayores. En definitiva, ya ha aprendido a no valorar tanto el trabajo, así que podrá asumir riesgos mayores para tratar de resolver el problema."¿Qué vas a perder si ya odias el trabajo que estás haciendo?", concluye Elfond.4. Hable con su jefeSé proactivo y no se quede callado.Thomas Calvard, profesor de recursos humanos de la Universidad de Edimburgo, asegura que en la mayoría de los casos, el jefe no está al tanto del descontento o la insatisfacción de sus empleados.Le recomendamos: El urgente llamado de David Barguil frente al desequilibrio en universidades públicas y privadasA veces una conversación con su superior puede ser la solución. Sé sincero. Di lo que siente y trata de, entre los dos, encontrar una forma de solucionarlo.Tu jefe puede volverse tu enemigo o tu aliado, todo está en la forma en que enfoques la conversación"Thomas Calvard, académico"Estamos hablando de personas que tienen, en cierto sentido, horizontes profesionales y metas laborales semejantes. Tu jefe puede volverse tu enemigo o tu aliado, todo está en la forma en que enfoques la conversación", afirma Calvard.5. Piense que el mejor día en su trabajo puede ser todos los díasAnita Bowness, jefa de una consultoría de negocios para la empresa Saba Software en Canadá, propone una sencilla receta que, asegura, le ayudará a volver a amar su rutina y su profesión."Piensa en tu mejor día en el trabajo, la vez que has sido más feliz allí. Entonces, plantéate cómo puedes hacer que eso vuelva a ocurrir todos los días", propone.Bowness asegura que esto fue lo que la ayudó cierta vez, cuando comenzó a sentir que se había desinteresado del trabajo que hacía todos los días.Su jefe la llamó en una ocasión y le preguntó por qué estaba tan desconectada de todo. Fue entonces cuando se dio cuenta de que necesitaba un cambio.Se preguntó cuál había sido el mejor día que recordaba haber pasado en su trabajo, qué cosas le hicieron feliz, qué disfrutó.Luego, pensó cómo podría hacer para conseguirlo de nuevo.De alguna manera, su trabajo a partir de entonces también se convirtió en encontrar los motivos para ser feliz allí."Muchas personas sienten que el trabajo no les satisface. Pero la clave es que no tiene por qué ser así. Podemos encontrar la forma de hacer que las cosas que nos hacían felices allí, vuelvan", asegura.