En un mundo de permanentes cambios, colmado de nuevas tecnologías y puesto a prueba por una pandemia que generó distintas formas de gestionar los negocios y de aprender, se hace necesario reinventarse y mirar de qué manera encarrilar el modelo empresarial y la forma en que se debe impartir la formación profesional.

Las nuevas dinámicas obligan al sector de la educación a replantear objetivos, metas y compromisos. Así lo considera el experto en transformación del ecosistema educativo en América Latina Fernando Valenzuela, quien advirtió que las universidades necesitan darle un vuelco a su razón de ser y aliarse con la tecnología. “Hay plataformas digitales con millones de estudiantes en línea, lo que muestra que estar en las aulas ya no es una necesidad. Sin embargo, el espacio físico no puede aferrarse a ser sólo un salón de clase. Debe inspirar a crear, descubrir y reflexionar; pero también se necesitan experiencias formativas online, en el campus y hasta en el metaverso, con flexibilidad”.

El CESA dio a conocer L³UNA, un sistema de aprendizaje impulsado por IA, con rutas de formación personalizadas de acuerdo a las necesidades de cada alumno. | Foto: CESA

Un ejemplo de esta evolución es el Colegio de Estudios Superiores de Administración (CESA) que, en su interés por estar a la vanguardia y garantizar la pertinencia y sostenibilidad, hace un año inició un proceso de transformación profunda que coincide con la conmemoración de sus primeros 50 años de historia. Emilia Restrepo, rectora de la institución, enfatizó en que las grandes tendencias mundiales como el auge tecnológico, el decrecimiento demográfico, los cambios en las competencias requeridas en el mercado laboral, entre otras, los impulsaron a evolucionar para fortalecer su esencia y crear nuevas y mejores formas de educación que promuevan, faciliten y enriquezcan el aprendizaje.

En este propósito, la institución dio a conocer este año L³UNA, “un sistema de aprendizaje impulsado por IA, con el que se crean rutas de formación personalizadas que evolucionan con las necesidades de cada alumno, en los diferentes momentos de vida”, precisó Restrepo.

Un aspecto revolucionario es su sistema de homologación, que reconoce las microcredenciales obtenidas como créditos académicos dentro de los programas formales del CESA. Esto brinda a los estudiantes una flexibilidad sin precedentes para personalizar su educación, y asegura que cada logro tenga un valor tangible en su carrera.

Esta apuesta del CESA se suma a otras iniciativas que, soportadas por IA, buscan mejorar la educación y potenciar el desarrollo profesional de la comunidad académica.

*Contenido elaborado con apoyo del Colegio de Estudios Superiores de Administración