Por Cristina Castro* SEMANA: Cuando usted vio venir estos periodos de aislamiento, ¿qué pensó en ese momento? Tiene a su cargo una universidad enorme... Padre Jorge Humberto Peláez: Sentimos que se nos venía Monserrate encima. Yo sentía que había decenas de experiencias que no se pueden suplir a través de la tecnología. También que muchos profesores no se iban a adaptar. Pero con este reto, no había opción de decir que no. Nos tocó echarnos al agua. Entonces ofrecimos una serie de herramientas virtuales, una serie de talleres y tutoriales. Y me ha sorprendido cómo se creó una red de solidaridad para poder tener una experiencia muy positiva. No para hacer educación virtual, eso es un concepto mucho más sofisticado, sino para tener actividades conectados de manera virtual. Hemos visto en estas semanas cosas maravillosas. Yo espero que al salir de la pesadilla del coronavirus esto nos haya enseñado a trabajar de una manera diferente.
SEMANA: El papel de una universidad en la vida de los estudiantes va mucho más allá de las clases. ¿Cómo acompañarlos desde la distancia? P. J.H.P.: Esto ha generado una maravillosa forma de ser como comunidad. Nos hemos preocupado por dar acompañamiento psicológico, espiritual, deportivo... En la misma plataforma donde tenemos clases de materias tradicionales, tenemos yoga, ejercicio en casa. También hacemos un acompañamiento desde la facultad de psicología para que la gente que está sola se pueda desahogar y pueda conversar. Imagínese que son casi 20 mil estudiantes de pregrado en Bogotá y muchos más de posgrados, maestrías, cursos. Hemos tenido 12 mil personas conectadas al tiempo. SEMANA: En esta pandemia muchos colombianos han sufrido por las consecuencias económicas, la falta de trabajo, la caída de los ingresos. Sus estudiantes no serán la excepción a esa dura realidad. ¿Qué ha pensado? P. J.H.P.: Ha sido una preocupación desde el inicio de la cuarentena. Y tomamos en ese momento decisiones rápidas. Por ejemplo, apoyamos a los alumnos que todavía viven del programa Ser Pilo Paga. Tenemos más de mil estudiantes. Nos organizamos para poder apoyarlos con sus refrigerios. Se vienen dos semestres que van a ser supremamente duros. Tenemos que tener todas las flexibilidades del mundo con nuestros estudiantes y asegurar como más podamos el empleo de nuestros trabajadores. Desde Ascun le escribimos una carta al presidente Duque para que nos dé un respiro con los parafiscales porque se vienen épocas muy difíciles. En este momento no tenemos una fecha de nada, no sabemos qué vaya a pasar. Nadie puede decir hoy en el mundo que sabe cómo va a terminar esto. El presidente Duque, que para mí está manejando bien este momento, tendrá que pensar cómo abrir este país con sabiduría. SEMANA: ¿Cómo han pensado evaluar los estudiantes? P. J.H.P.: Nosotros tenemos un enfoque un poco distinto a otras universidades. Es verdad que, por un lado, hay profesores que se sienten tremendamente angustiados porque no pueden aplicar los estándares académicos que ha tenido tradicionalmente la universidad. ¿Pero hay una sola manera de evaluar? Yo pienso que no. Entonces, creo que estamos llamados a la creatividad y que es posible evaluar los resultados del aprendizaje de muchas maneras. Por ejemplo, a través de resolución de problemas. Creo que lo haremos a nuestro modo confiando en nuestros alumnos y nuestros profesores. SEMANA: Todas las universidades están haciendo aportes muy valiosos al manejo de la pandemia. En temas de investigación, en el manejo de las pruebas, ¿cómo ha aportado la Javeriana? P. J.H.P.: Trabajamos sin protagonismo. Sin hablar en Twitter. Sentimos que no es el momento para eso. Han surgido muchas iniciativas maravillosas. Pienso que las universidades debemos apostarles a unas alianzas muy focalizadas para evitar caer en la dispersión de recursos. Nosotros estamos trabajando muy de la mano con el Instituto Nacional de Salud y la Secretaría de Salud de Bogotá. Estamos trabajando en dos grandes frentes. Trabajamos, por ejemplo, con el apoyo de los finlandeses para el tema de respiradores. El trabajo del hospital San Ignacio, que dirige César Castellanos, es fantástico. Estamos conectados con el ministro Fernando Ruiz, que es javeriano. Hace pocos días, el Ministerio de Ciencia y Tecnología abrió una convocatoria sobre proyectos de investigación relacionados con el coronavirus. En total, se presentaron 531 proyectos; finalmente, fueron seleccionados 25, que tendrán financiación del Gobierno nacional. De estos 25 proyectos, cuatro fueron presentados por la Javeriana Bogotá y uno por la Javeriana Cali. Nos sentimos muy contentos de poder hacer este aporte en un momento tan delicado de la vida nacional. Vamos a poner lo mejor de nosotros. SEMANA: ¿Usted, antes de esto, qué tan tecnológico era? P. J.H.P.: Modestamente tecnológico. Ahora ha sido muy simpático porque me mantengo en reuniones a través de diversas plataformas. Por ejemplo, voy a reuniones del Hospital Universitario San Ignacio, al comité de inversiones de la Universidad. Realmente esas plataformas son muy amigables. Eso sí, al principio yo comencé con temor y temblor. Y yo soy un adulto mayor. Tengo 74 años. No soy propiamente un cibernauta. SEMANA: ¿Ha salido alguna vez? P. J.H.P.: No, pero tengo la fortuna de vivir en una comunidad religiosa con personas extraordinarias. Siento que la soledad puede ser muy difícil. SEMANA: ¿Y cómo ha sido este confinamiento? P. J.H.P.: Creo que lo importante es poder tener una estabilidad y una rutina. Yo, personalmente, necesito rutinas. Entonces he fijado mi hora de levantada todos los días. Luego, hago 30 minutos de ejercicio en una caminadora. Después 10 minutos de estiramiento. Tengo también un rato de oración, de vida espiritual, que es muy importante para lo que llamo el “psicólogo interno”. Y luego pienso ya en entrar a reuniones. Todas mis citas siguen igual. Hay una serie de cosas muy sencillas que yo hago personalmente. Uno no puede estar hiperconectado en este momento, estar las redes sociales todo el tiempo, porque se enloquece. Me veo un noticiero. Siento que uno solamente es suficiente. Hay que buscar un momento para no más coronavirus. Nosotros hemos encontrado, por ejemplo, a la Ópera de Nueva York. Ponemos un video beam por las noches y pasamos momentos importantes juntos. Hay que crear un ecosistema propio de salud mental y emocional. SEMANA: Esta pandemia ha dejado ver también expresiones muy conmovedoras de los colombianos, mucha solidaridad. ¿Usted lo ha visto así? P. J.H.P.: Realmente sí. Ha salido lo mejor de los colombianos: generosidad, tolerancia, creatividad. SEMANA: ¿Qué papel tiene la espiritualidad en este momento? P. J.H.P.: Creo que en este momento todos podemos hacer un trabajo muy lindo por otros. Y es estar en comunicación telefónica permanente con nuestro entorno, con nuestros seres queridos. Hay que volver a llamar a esos amigos con los que uno no se habla desde hace rato. Los sacerdotes, por supuesto, hacemos a veces videomisas. Y así estamos conectados. SEMANA: ¿Qué consejo les podría dar a esas personas que pasan por momentos de mucha angustia: que perdieron el trabajo, que tienen un familiar enfermo? P. J.H.P.: Me han parecido muy lindos los mensajes del papa Francisco. Los consejos que ha dado sobre cómo superar la tempestad. El dijo que “al igual que a los discípulos del Evangelio, nos sorprendió una tormenta inesperada y furiosa. Nos dimos cuenta de que estábamos en la misma barca, todos frágiles y desorientados; pero, al mismo tiempo, importantes y necesarios, todos llamados a remar juntos, todos necesitados de confortarnos mutuamente”.
Creo que es el momento de la generosidad. Generosidad para pasar tiempo con otros, para compartir conocimiento, para ayudar. Creo que hay unos valores básicos de la humanidad: la tolerancia, el amor, el respeto. Y que hoy, afortunadamente, la humanidad puede hacer actos hermosos a través de un simple mensaje de WhatsApp. Creo también que aportamos cuando no replicamos la estupidez de las redes sociales, ni caemos en esa tiranía de los likes. La ponderación importa en momentos como este. *Editora General Revista SEMANA