Esta semana se hizo viral una historia absurda sobre una cura al coronavirus. Una instagramer aseguró que la supuesta cura de la covid-19 se encontraba en la mitad de la Biblia: "Vas a encontrar un pelito y ese pelito lo vas a poner a hervir y las personas que tienen coronavirus se van a curar y a las personas que no lo tengan no les va a dar". 

Las cifras del coronavirus siguen en aumento desde su aparición en diciembre del año pasado y este tipo de historias, que carecen de toda evidencia y que en la red y en grupos de WhatsApp se propagan con facilidad, han puesto en alerta a la comunidad científica y académica del mundo, que ve en la desinformación y las fake news otra pandemia.

Sobre esta situación, el secretario general e la ONU, António Guterres, pidió solidaridad global y confiar en los científicos y en las instituciones que siguen "un liderazgo receptivo, responsable y basados en evidencias". Al mismo tiempo, Guterres lanzó una nueva iniciativa que busca "inundar internet con hechos y ciencia" para combatir el reguero de desinformación sobre la enfermedad. "Su objetivo es combatir los peligros que entraña otra peligrosa epidemia que está íntimamente relacionada con la pandemia del coronavirus: la de la desinformación", dijo.

En un mensaje en video publicado esta semana, António Guterres indicó que, en un escenario mundial marcado por las incertezas y el miedo, las personas necesitan "saber qué hacer y a dónde acudir en busca de consejos". "Este es el momento de la ciencia y la solidaridad. Sin embargo, se extiende a nivel mundial una epidemia de desinformación. Proliferan los consejos de salud perjudiciales y los falsos tratamientos médicos. Las ondas radiales se llenan de falsedades. Las descabelladas teorías conspirativas contaminan internet. El odio se vuelve viral, estigmatizando y vilipendiando a personas y grupos", recalcó. " />

Debido a esto, decenas de científicos y académicos publicaron en el diario británico The Lancet una declaración en apoyo a las personas que están tratando directamente con el brote y plantar su posición contra la desinformación y los rumores que presumen que el virus de la covid-19 tuvo un origen fabricado. Los académicos se pronunciaron contra la diseminación de datos no comprobables que no vengan directamente de la comunidad científica: "Científicos de múltiples países han publicado y analizado genomas del agente causativo, síndrome respiratorio severo agudo coronavirus 2 (SARS-CoV-2), y concluyen por unanimidad que el coronavirus se originó en la naturaleza, como muchos otros patógenos emergentes”.

A esta declaración se ha sumado el esfuerzo de muchas universidades e investigadores, que debido a la pandemia han abierto sus repositorios y bibliotecas para que las personas tengan acceso a la información de primera mano.