Este martes, el presidente Iván Duque anunció que las clases presenciales permanecerán suspendidas en junio y julio: "Colegios y universidades, en lo que tiene que ver con prescolar, básica y media, seguiremos con estudio o trabajo en casa. En junio y julio nos mantenemos en casa; lo propoio pasará en las universidades", dijo Duque. Debido a esto, los padres deberán seguir apoyando de primera mano a sus hijos con la educación en casa. Por eso, el psiquiatra y pedagogo Guillermo Carvajal da algunos consejos a los padres. SEMANA: ¿Qué afectación en salud mental tienen los niños encerrados con colegio en casa? Guillermo Carvajal (G.C.): Las queja de los niños es que los padres están muy abrumados con ellos en casa porque tienen, por un lado, sus obligaciones de trabajo y de manejo de la casa, y por el otro, funcionar como maestros con los niños. Cuando hablamos que están haciendo de maestros se trata de acompañarlos, jugar con ellos, estimularlos, contenerlos, etc., función que ellos no están acostumbrados a cumplir todo el día. Esto ha puesto a los padres ansiosos y tensos, y eso sí tensiona y pone ansiosos a los niños. Pero si los padres están tranquilos y llevan esta cuarentena con estoicismo y buen humor, tendremos niños en paz y tranquilos.
SEMANA: ¿A todos les afecta igual la educación en casa? G.C.: No, obviamente depende de la franja de la cual estemos hablando. Una cosa son los niños hasta los 9 o 10 años y otra los adolescentes. Los niños pequeños nos están diciendo continuamente que quieren regresar al colegio. Lo añoran mucho y les hace mucha falta. En cambio los adolescentes son otra cosa: están relajados, contentos, tranquilos de que no los están molestando con la presión escolar; hacen lo que quieren y juegan toda la noche y se han acomodado mejor a la situación. Al fin de cuentas ellos estaban en un mundo virtual y continúan en él, y la escuela les importaba siempre un carajo. Ahora la pueden evadir más fácilmente.
SEMANA: ¿Y cómo ve a los universitarios? G.C.: En la universidad he visto una recarga monstruosa para los muchachos, a unos maestros queriendo continuar con los métodos y las técnicas presenciales en lo virtual y no queriendo entrar en un nuevo modelo pedagógico activo, sino insistiendo en una persecución enorme con notas y exámenes SEMANA: ¿Con el colegio en casa como están los maestros? G.C.: Lo que nosotros hemos visto en el trabajo pedagógico que estamos haciendo y viendo qué hacen otros es que habría dos tipos de adultos: los padres, por un lado, y los maestros por el otro. Los maestros con frecuencia están queriendo tener el mismo modelo represivo consistente en abrumar a los niños y los adolescentes con tareas en casa, lo que está angustiando y poniendo ansiosos y molestos a los menores. SEMANA: Entonces, ¿ninguno se salva? G.C.: Nosotros hemos visto un gran esfuerzo en los maestros del colegio que están mejor preparados y hay que aplaudir su actitud. Distinto a los maestros universitarios que no tienen preparación pedagógica ni tecnológica adecuada. Al fin de cuentas ellos no se forman como maestros, sino que son expertos en una materia y eso no los hace maestros de entrada. Ser maestro es un estado mental particular que se adquiere con la experiencia.
SEMANA: ¿La respuesta es paciencia? G.C: Sí. Que sean padres. Es que estaban acostumbrados a que otros los reemplazaran en muchas de sus funciones. Ojalá hubiesen vivido, y muchos lo hicieron, los padres anteriores, ante todo las madres, que tenían que aguantarse 10 mocosos en casa manejándolos... claro que con látigo colgado de la cintura.
SEMANA: ¿Cree que el colegio en casa es sostenible por mucho tiempo? G.C.: No es cuestión de que se quiera o no, sino que toca. Lo que tendríamos que hacer de alguna manera es una difusión para tratar de concientizar a los padres para que tengan paciencia, pero por otro lado darles instrumentos para que puedan manejar mejor a sus niños en casa y eso no lo veo posible y claro. No estábamos preparados para esta situación.
SEMANA: ¿El sistema educativo debería aprovechar la coyuntura para cambiar? G.C.: Sí, este es un momento crucial para aprender una nueva actitud pedagógica en donde prime el disfrute y no la letra con sangre entra, que es el modelo tradicional. Sería muy triste que se perdiera esta oportunidad de aprendizaje. Yo estoy en plan de comenzar a hacer unos videos para guiar y acompañar a padres y maestros. Hay que hacer una mención especial de agradecimiento a la ministra y al Ministerio de Educación, que han hecho plataformas formidables como instrumento de ayuda para maestros y padres.