La llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos puso de moda la lectura de 1984. No es casualidad que este alegato de George Orwell contra los totalitarismos del siglo XX se convirtiera en ese momento en un superventas. Pero la obra de Orwell, además de ser una luz frente a los nacionalismos radicales y sus métodos dictatoriales, es también un manual sobre los malos vicios de las sociedades que se perpetúan en muchas naciones. En el caso de Colombia, se trata de entender cómo la sociedad replica las faltas de gobernantes, delincuentes y personas al margen de la ley cuando tienen la oportunidad y la superioridad para hacerlo. Es lo que sucede con la corrupción: no es un problema exclusivo de las altas esferas, de la guerrilla o de ciertos exmandatarios. Las personas de a pie en su círculo más cercano también normalizan y reproducen su práctica. La corrupción permea todos los ámbitos de la sociedad.Relacionado: ‘La corrupción empieza en casa‘Se habla de un problema endémico que necesita de soluciones estructurales. De hecho, y de acuerdo al último Índice de Percepción de la Corrupción, que en esta ocasión midió el estado de 176 países de todo el mundo, Colombia ocupa el puesto 90 con una puntuación de 37, igual que Indonesia o Marruecos.Colombia necesita más ciudadanos y menos individualistas que, como expone la novela de Orwell, entiendan que “las consecuencias de cada acto están incluidas en el propio acto”. Personas íntegras, completas, con sentido crítico y compromiso cívico que, más allá de buscar el bien propio se cuestionen cómo sus actos corruptos, malintencionados y egoístas afectan al vecino, al compañero de trabajo, al hermano y al padre. Actos delictivos con mayor o menor incidencia en la vida de los demás, pero con un mismo resultado: perpetúan en las bases de la sociedad el flagelo de la corrupción y la desconfianza.¿Qué tipo de ciudadano estamos formando? ¿Qué modelo de ser humano estamos dejando como herencia? Las competencias, positivas y negativas, no son innatas; son una construcción del ser que comienza desde los primeros años de vida, se consolida en la niñez y la juventud y se cultiva con la adultez. Es en este contexto donde la figura de padres de familia y de las instituciones educativas se vuelve decisiva. De ellos depende formar a futuros ciudadanos honestos, justos y honrados que rompan con este círculo vicioso de la corrupción, del recelo y la malicia.Le puede interesar: ‘Estos países podrían ser las nuevas superpotencias en educación‘La voluntad política de los gobernantes debe ser un aliado en esta transformación del país que camina hacia un escenario de posconflicto. También es responsabilidad de los políticos poner en marcha iniciativas que apoyen este proceso de cambio. Medidas como el Código de Policía que, aunque es una norma correctiva y no de formación inicial, incluye pasajes pedagógicos con las que se puede completar esa formación desde la primera infancia.Este proceso de formar sujetos políticos desde la cuna implica enseñar que como ciudadanos el mundo no es de favores sino de deberes y obligaciones. Que uno como peatón no puede exigir respeto al resto de carros, si cuando va en la bicicleta arrolla a cualquier caminante porque está en una posición de superioridad. Que se deben respetar las señales, las normas de convivencia y la integridad del otro para poder luego exigir un trato idéntico Que conseguir una ventaja ilegítima desde una posición de poder, sin importar cuál sea, es igual de indignante que cuando lo hace un político corrupto a gran escala. Hay que comenzar por formar ciudadanos consecuentes con lo que dicen y lo que hacen. Por algo hay que empezar.El tema ‘¿Qué ciudadano queremos formar?‘ será el eje principal sobre el que girará la cuarta edición de la Cumbre Líderes por la Educación 2017, que se celebrará en el Cubo de Colsubsidio los próximos días 20 y 21 de septiembre. Para más información, acceda al siguiente link >> http://cumbrelideresporlaeducacion.comPara estar enterado sobre las noticias de educación en Colombia y el mundo, síganos en Facebook y en Twitter.