En Estados Unidos existen dos jornadas para los jardines infantiles: una completa y otra hasta medio día. Chloe Gibbs, profesora de la escuela de política pública y educación de la Universidad de Virginia, hizo una investigación en la que encontró pruebas de que los estudiantes que asisten a la jornada completa tienen más avances en sus habilidades lectoras que quienes asisten hasta medio día. Además, la investigadora afirma que dentro del primer grupo, los niños hispanos lograron un salto mucho más significativo en comparación son sus compañeros. Para hacer el estudio, Gibbs escogió cinco distritos escolares en el Estado de Indiana que no podían ofrecer la jornada completa a todos sus estudiantes. La subvención que asignaba el Estado durante el periodo 2007-08 para estos era insuficiente para la cantidad de niños matriculados. La salida de los jardines consistía en realizar un sorteo para determinar quienes podían asistir todo el día y quienes debían conformarse con media jornada. Gibbs encontró en esta situación una oportunidad para tener grupos de control y grupos de estudio para analizar los contrastes entre los alumnos que podían asistir todo el día al kínder y los que no. Según los resultados de la investigación, los niños que se quedaron el día completo en el jardín avanzaron un 31 por ciento más que quienes solo asistían a media jornada. Pero los logros más significativos se evidenciaron en la población de hispanos. Gibbs estima que gracias a los aportes de la jornada completa, al final del kínder los niños hispanos redujeron la brecha en competencias lectoras con respecto a sus compañeros en un 70 por ciento. Para llegar a estas conclusiones, la investigadora de la Universidad de Virginia comparó los datos suministrados por el Departamento de Educación de Indiana, los distritos escolares y los resultados de dos pruebas de lectura que se aplican al final del kínder: los Indicadores Dinámicos de Habilidades de Lectura Básicas Tempranas y la Evaluación de Diagnóstico de Lectura de Indiana (DIBELS e IRDA, respectivamente, por sus siglas en inglés). La investigadora resalta que su interés en este tema radica en la importancia que tienen las políticas públicas dedicadas a la primera infancia para buscar más equidad en la sociedad. “Por otra parte, la inversión en primera infancia tiene un horizonte a largo plazo sobre el cual evidenciar sus beneficios”, señala Gibbs en su estudio. Para la investigadora, este tipo de esfuerzos son una estrategia para equilibrar la balanza desde el punto de partida. El trabajo por mejorar las capacidades de lecto-escritura durante la niñez se traduciría en mayores oportunidades en el futuro y por eso para ella resultaron tan interesantes los resultados obtenidos en la investigación. Gibbs observa que en general los niños que asisten a la jornada completa obtienen mejores resultados que los que están en el jardín hasta medio día. Sin embargo, para la profesora de la Universidad de Virginia es evidente que este horario resulta más beneficioso para unos estudiantes que para otros. Por eso, a pesar de que se cambiaron las políticas de inversión en el Estado de Indiana, Gibbs considera pertinente identificar las estrategias en primera infancia que son efectivas para cerrar la brecha entre distintos grupos de población que tienen más desventajas frente a otros. Para ver la investigación completa haga click aquí. Si quiere saber de otras investigaciones y políticas públicas para la primera infancia, síganos en Twitter @SemanaEd.