Estar con los niños en la casa. Sonaba hace mucho tiempo como algo imposible con el mundo andando a mil, el trabajo, las ocupaciones. Sin embargo, llegó la pandemia. El colegio cerró. Y desde hace meses, millones de pequeños en el mundo entero están confinados. Podrían ser meses extraordinarios para que muchos padres tengan tiempo de calidad con sus hijos. Pero también puede ser un tiempo donde el estrés -que resulta de la angustia de lo que sucede, del miedo a la enfermedad, del trabajo en casa o la pérdida del trabajo o los negocios- sobrepase cualquier límite.
A pesar del conocimiento que pueda tener cada quien, hay una verdad: Nadie estaba preparado para trasladar los siglos de experiencia de las instituciones educativas a la sala de la casa. Tampoco para convertir a los papás en hábiles maestros ni para reemplazar el recreo, los juegos y las risas con los amigos por una clase virtual en Zoom. Todas las familias, sin importar el estrato o la condición en la que viven, sienten de alguna manera lo mismo. Por mucho empeño paterno o materno, la educación desde la casa no es la misma y sí, aunque resulte bochornoso decirlo en público, puede llegar a desesperar a muchos. Ahora que las actividades laborales se han mezclado con las del hogar y la rutina, se duplica el gasto de energía. Sumar esa condición de resolverlo todo desde el hogar, más cuidar a los niños por meses y explicarles el por qué de esta situación puede resultar difícil y agotador para muchos. Son varios padres de familia los que han empezado a cambiar sus hábitos para mejorar su vida en el aislamiento, pero otros aún no se acostumbran a la nueva realidad por cuenta de la pandemia. A pesar de las recomendaciones de amigos, familiares e incluso el internet, el desespero sigue al alza, afectando la salud mental de las personas. Para la psicóloga Martha Rocío González, decana de la Facultad de Psicología de la Universidad de La Sabana, “El cambio en las reacciones de los niños durante el aislamiento puede variar y, por tanto, incrementar el estrés de los padres, dependiendo de la edad de los niños, la situación socioeconómica de la familia, la cantidad de hijos, la edad de los padres, su resiliencia frente a situaciones de crisis, las condiciones físicas del hogar, entre otros factores”. ¿Cómo es el examen para el que jóvenes chinos estudian 12 horas diarias? SEMANA recogió consejos para padres que atraviesan por este momento para que puedan llevar una vida más feliz en estos tiempos de encierro. Estos son ocho. 1. Realizar un horario: Un artículo de el diario El País de España sostiene que “mantener horarios y la rutina habitual. Acostarse y levantarse a la misma hora, establecer rutinas para las tareas y horarios de juego”. En algunas ocasiones se puede acomodar para que los niños colaboren y se tengan en cuenta. Según Cristina Barvo, de Empower Kids for Life, "en cuarentena, los ritmos de la casa cambiaron, al igual que las actividades que hacemos en ella. Háblales a los niños de días de trabajo en casa y de días de descanso en casa (o fin de semana). Esta distinción podrá ayudarlos a entender tu disponibilidad en estos días. Para niños de 3 a 5 años usa un calendario y marca los días de trabajo con un punto. Crea rituales de conexión durante el día, tales como marcar el calendario, leer un libro, jugar o dar las gracias juntos al final del día. Estos son importantes, aunque estemos juntos todo el tiempo en el mismo lugar, especialmente si estas trabajando".
2. Tenga contacto físico: Según la psicológa Lupi Herrrera, "los seres vivos y en especial los humanos estamos diseñados para hacer que el tacto sea una experiencia placentera. Cuando tocamos la piel, el sistema nervioso se desacelera, baja la presión sanguínea, el ritmo cardíaco se desacelera y las ondas cerebrales muestran relajación. También disminuyen los niveles de las hormonas del estrés y de los neurotransmisores como el cortisol, mientras que los niveles de oxitocina (neurotransmisor del amor y la felicidad) se incrementan.
La carencia de caricias y de contacto afecta a seres gregarios como lo son los humanos, lo que puede derivar en depresión y ansiedad. Tomar la mano de un ser querido nos hace sentir seguros y apoyados desde la infancia; genera una sensación de alivio inmediato, gracias al aumento de oxitocina en nuestro cuerpo. De allí la sensación de bienestar de una palmadita en la espalda, o tomar la mano de quien nos cuida mientras sentimos malestar o de un ser amado". Lea el texto de la sicológa Lupi Herrera 3. Escuche música y si puede aprenda: “La música estimula el cerebro, lo que a su vez ayuda a aliviar el dolor, reduciendo el estrés y la memoria. Un estudio de Harvard ha demostrado que la música relajante puede reducir la presión arterial y la frecuencia cardíaca después del esfuerzo físico”, asegura Andy Smith, compositor, director musical, educador y panelista de BBC Teach Bring The Noise. En Colombia, la cantante Inés Gaviria, participó en el proyecto Niños Héroes, que busca darle herramientas a los papás para pasar un tiempo de calidad con sus hijos. "Cuando tú aprendes música, el cerebro desarrolla habilidades matemáticas y a relacionar unas cosas con otras. Además de esto, los mensajes transmitidos a través de la música llegan mejor y de manera más clara. El cerebro se abre y está más dispuesto a recibir el conocimiento cuando la música está en medio. Por otro lado, la música ayuda a expresarse de manera más amplia y a aprender a escuchar". Lea la entrevista 4. Haga ejercicio con ellos, en las horas que se puede: “Según un estudio, sus resultados indican que, durante tiempos difíciles de prueba, los beneficios del ejercicio se extienden más allá de lo físico y quizás refuerzan nuestras psiquis”, indica The New York Times en su artículo ´A Possible Remedy for Pandemic Stress: Exercise´.
En Colombia, el Gobierno estableció que los niños pueden salir en unos horarios, tres veces por semana. Aproveche ese tiempo para quemar energías. En este artículo de SEMANA le compartimos seis ejercicios para mejorar la motricidad de los niños. Según un artículo de Europa Press, es clave que este ejercicio se haga en el aire libre pues hay estudios que demuestran que pasar determinado periodo de tiempo en la naturaleza mejora el humor, reduce el estrés y puede aumentar los niveles de vitamina D en los días soleados. Si los niños ya son mayores, los expertos recomiendan crear un workout con carreras más estructurado. Para ello, se puede diseñar una carrera de relevos a lo largo de un circuito. La opción ‘carrera libre‘ de la app puede ayudar a controlar los tiempos y distancias. 5. De ejemplo: Según Cristina Barvo, los niños siempre querrán imitar al líder de la casa. Por eso, "si quieres que se laven las manos, di en voz alta: ¡Me voy a lavar las manos! ¿Tú te vas a lavar las manos en la cocina o en el baño? Enseña con el ejemplo. Los niños ponen más atención a lo que hacemos que a lo que decimos. Sus neuronas espejo en el cerebro son responsables de que copien constantemente nuestras acciones". Por ejemplo, logrará que los niños lean y dejen de estar pegados a las pantallas, si usted también lo hace. Y hay buenas razones para tomar ese camino. “Es común en estos días decir que la principal virtud de la lectura es comprender a los demás, pero el atractivo de la lectura privada en su apogeo es entendernos a nosotros mismos”, asegura The Washington Post. Comparta ese placer con sus hijos. 6. Encuentre el placer de disfrutar lo sencillo, pero esté siempre atento: Barvo lo explica así. "Hay que divertirse y usar la creatividad. Trata de ver el mundo desde la perspectiva de tus hijos. Aprende de su capacidad de valorar los momentos simples. Aprovecha estos años cuando lo que más desean es pasar tiempo contigo. Observa y escucha sus ideas sin importar cuán pequeños sean. Usa tu creatividad y la de tus hijos para inventar juegos, reír y llenarte de recuerdos de este tiempo juntos en casa.
Pero esté atento a percibir siempre señales de alerta. "En Colombia los adultos llevamos cuatro meses invisibilizando e ignorando el dolor de los niños”, dijo el neurólogo infantil Jorge Eslava, director del Instituto Colombiano de Neurociencias. Lo hizo al revelar los resultados de la primera encuesta hecha en el país sobre los efectos del confinamiento en la salud mental de los niños. Lo afirmó con evidente preocupación porque el estudio arrojó una cifra demoledora: el 88 por ciento de los niños y niñas tiene algún signo de efecto en su salud mental.
7. Duerma bien: Hay que conciliar un buen sueño y descansar las horas adecuadas a pesar de que “Debemos mantener expectativas realistas acerca de la cantidad y calidad de sueño que podemos alcanzar durante el confinamiento. No hay que hacer una catástrofe de una mala noche”, detalla para el portal La Vanguardia, la psicóloga Gabriela Paoli. Los expertos afirman que las personas necesitan entre siete y ocho horas diarias de sueño para reparar todos sus sistemas y recargar energías. Solo así podrán funcionar en óptimas condiciones al día siguiente. Pero este lapso debería ser continuo, pues si es inferior al tiempo recomendado o hay interrupciones de por medio los beneficios no se verán y el organismo se deteriorará poco a poco.
El ciclo del sueño se divide en cinco etapas, de 90 minutos cada una. Las dos primeras denominadas de sueño lento, que comienza cuando cada individuo se mete entre las cobijas, cierra los ojos y trata de relajarse para quedarse dormido. Esta parte ocupa alrededor del 50 por ciento del tiempo del sueño en un adulto. Y en la tercera y la cuarta etapa se presenta el llamado sueño delta, o más profundo, que resulta clave para que el organismo y todos sus sistemas se recuperen. Por eso quienes tienen déficits de esta fase de sueño profundo sufren de somnolencia diurna. Finalmente está la fase REM (movimiento ocular rápido), donde el cerebro está muy activo y se producen los sueños y las pesadillas. Lea el análisis de SEMANA sobre dormir bien 8. Cree buenos recuerdos: Lo que viven los niños en sus primeros años es fundamental para el resto de la vida. En estos meses de cuarentena, es clave que intente que sus hijos tengan buenos momentos para que esta pandemia no sea un episodio traumático en sus vidas, sino por el contrario algo que llevarán por siempre.
La psicóloga Lupi Herrera señala que de ignorar los síntomas de que algo anda mal, además de la tristeza y la ansiedad desproporcionadas, puede generar traumas. Entre estos, recuerdos invasivos, insomnio, irritabilidad, bloqueos emocionales y conductas en las que eviten momentos, lugares u objetos que les recuerden estos meses de encierro en los que pudieron haber vivido situaciones de toda índole, como la enfermedad o pérdida de un familiar a la distancia. Por eso, aunque suene obvio, dice que el primer paso es hablar las cosas en casa. “Todos esos son temas que deben hablarse y entenderse. El solo diálogo ya es terapéutico”, advierte.