La educación superior en Colombia y en el mundo vive una era de transformaciones que atentan contra el ADN de las universidades y les impone importantes retos. La transición demográfica, caracterizada por una disminución de las tasas de natalidad y el envejecimiento de la población, ha reducido el número de jóvenes en instituciones. Además, impulsados por la revolución tecnológica y el cambio en las expectativas de vida, los jóvenes consideran innecesario estudiar por largos periodos de tiempo.
Las nuevas generaciones quieren adquirir conocimientos rápidamente, una educación más personalizada, que les permita transitar entre lo educativo y el mercado laboral, y viceversa. En un contexto en donde el mundo camina hacia la Cuarta Revolución Industrial y la IA, hay una mayor preocupación por el emprendimiento y la innovación. Su sueño no es tener carro, casa y una familia, o establecerse casi de por vida en un lugar. Anhelan liderar sus propias empresas y romper con las cadenas que les impiden moverse con libertad por el mundo.
Para responder a esos retos y mantener el liderazgo en la producción de conocimiento, las instituciones requieren audacia, creatividad e innovación para crear un equilibrio entre la integralidad filosófica de la universidad y los cambios que tienen que hacer de acuerdo con las realidades y expectativas de la juventud. “Las universidaes no pueden convertirse en un Jurassic Park, lugares de enorme interés, pero crecientemente irrelevantes para el mundo”, explicó José Manuel Restrepo, rector de la Universidad EIA, que desde hace ya varios años ha venido preparándose para este momento.
Cerca a sus 50 años de fundación, que se cumplen en 2028, la EIA puso en marcha un plan para ofrecer programas flexibles enfocados en innovación tecnológica, sostenibilidad y emprendimiento. Desde el primer día, la EIA entrega herramientas de base tecnológica para que el estudiante construya emprendimientos al tiempo que estudia. “Tenemos que dar educación personalizada, flexible y a la medida de cada uno de los jóvenes para que puedan descubrir su proyecto de vida”, precisó Restrepo.
Pese a todos estos cambios, los jóvenes necesitan de la universidad, pues, según explicó Restrepo, “el mundo laboral, el mundo científico y el mundo de la innovación van a requerir personas formadas, con pensamiento crítico, que actúen éticamente y se hagan las preguntas que son y que sean empáticas, elementos en los que las universidades aún mantienen el liderazgo”, concluyó Restrepo.
*Contenido elaborado con apoyo de Universidad EIA