"Mami, ¿por qué no me dejan entrar al parque?", le preguntaba Antonio, de solo 5 años, a su madre Sandra, el pasado viernes, cuando al pequeño le impidieron ingresar a una de las atracciones que tiene un parque infantil en el centro comercial Metrópolis, en Bogotá.
Según cuenta Sandra Correa, la situación ocurrió durante el cumpleaños del mejor amigo de su hijo, que se realizó en este lugar, "todo estaba perfecto hasta que los niños decidieron entrar al parque Congo, que es de toboganes, todos ingresaron sin ningún problema, con excepción de Antonio, a quien los trabajadores le impidieron la entrada (...) le cerraron la puerta en la cara". Cuenta que al preguntar qué pasaba, le dijeron que era porque Antonio no tenía una mano, "me dicen al oído para que Antonio no escuche que es que porque no tiene una mano no puede entrar por políticas del parque. Le dije que si era por seguridad yo autorizaba, no había problema, él siempre ha hecho todas sus actividades como un niño normal, es algo que he trabajado mucho con él".
Desde que nació, Antonio fue diagnosticado con agenesia, que es la ausencia parcial de un tejido, en este caso de su mano derecho. No obstante, él siempre ha jugado y compartido con normalidad con todos sus amigos, "ha ido a otros parques y el trato ha sido muy distinto, destacan que la idea de estos espacios es la inclusión, a diferencia del episodio que tuvimos que vivir". Voceros del parque, explicaron que su prioridad es la seguridad de los niños, razón por la que él trabajador preguntó a susupervisor si era seguro que Antonio participara del juego, "en dos minutos se autorizó su ingreso e incluso la administradora ingresó con el niño, que estuvo muy feliz. No fue una experiencia traumática para él". Por su parte, Sandra dice que después de pelear y casi llorar de la rabia, lo dejaron entrar despues de algunos minutos; sin embargo, Sandra reitera que le duele que su hijo tuviera que vivir esa situación, "no es justo que vivamos en un mundo así, que hagan pasar a los niños por situaciones tan tristes, tan molestas". Aunque al final, después de discutir, casi llorar y que no le dieran una razón lógica de lo sucedido, Antonio pudo ingresa. Sandra puso una PQR en el centro comercial y habló con administrativos del parque, quienes le pidieron disculpas por lo ocurrido y le ofrecieron una tarjeta para que volvieran en otra ocasión, "aunque inicialmente la recibí, después de pensarlo preferí devolverla porque evidentemente no quiero regresar con mi hijo a un lugar donde vivimos un episodio así". El parque emitió un comunicado en el que no se refieren a lo relatado por Sandra, pero enfatizan en que Antonio tuvo una buena experiencia en el parque: "El visitante sí ingresó a la atracción Congo y se divirtió aproximadamente una hora en todas las zonas que esta atracción incluye (...) Rechazamos cualquier forma de discriminación y cualquier acto de exclusión hacia cualquier persona en este y todos los espacios. Nuestro objetivo corno opción de entretenimiento familiar es hacer que todos nuestros visitantes vivan una experiencia divertida con total seguridad. ", dice el comunicado. No obstante, Sandra asegura que le sorprendió el comunicado emitido, dado que solo dicen que el niño jugó sin ningún inconveniente, cuando sus propios trabajadores le pidieron disculpas por la amarga experiencia que tuvo que vivir, "a mí no me han dicho nada, sé que llamaron a la mamá que organizó la fiesta para que mediara para que yo despublicara lo que me sucedió porque les afecta la reputación (...) No dejar entrar a alguien con agenesia es como impedir que alguien bajito, o moreno no entre, es inconcebible".