Aunque las cifras no son nada alentadoras en cuanto al saludable hábito de la lectura en Colombia, los bogotanos han buscado la manera de fortalecer esta práctica que beneficia a niños, jóvenes y adultos. Según datos de la administración distrital, los capitalinos han ido mejorando, pasando de leer 2,7 libros al año por persona en 2019, a 4,6 libros en 2021, lo que se traduce en un incremento de casi el doble en el índice.
Estas cifras han ido aumentando debido a las diferentes alternativas que hay para acceder a un libro, pero también a la cuarentena derivada por la covid-19 en 2020, la cual contribuyó a que tanto niños como jóvenes fomentaran el hábito de leer de manera más constante.
“Fomentar el hábito lector permite que los seres humanos desarrollen y potencien la habilidad de comunicarse con los demás; analizar, comprender y resignificar lo que le rodea y, en consecuencia, tomar las decisiones pertinentes para avanzar, puesto que se adquiere vocabulario que permite nombrar aquello que se siente y se vive, además de fortalecer las habilidades de ortografía”, aseguró Myriam Luz Buitrago, docente de la biblioteca de Compensar.
Así mismo, con las tecnologías de la información y las telecomunicaciones, también variaron las formas de leer en el país. Según el mismo sondeo realizado por la Alcaldía Mayor, el 53 % de la ciudadanía realiza esta práctica con herramientas digitales, siendo el celular el más utilizado. A pesar de ello, el 65 % de los encuestados tienen libros físicos en su casa, destacando así que el 39 % de los bogotanos lee todos los días. Aun así, el 17 % de los encuestados no leyó en el último año.
Con la llegada de las nuevas herramientas cada vez es más común que las personas decidan hacer uso de celulares, tabletas o computadores para fomentar el hábito de la lectura y, aunque leer en cualquier formato es beneficioso, las herramientas digitales pueden dificultar un poco la comprensión lectora.
“No todas las personas logran conectar con el texto si lo abordan a través de una pantalla, lo extenso de la lectura termina cansando los ojos y dificultando avanzar en ella; además, la posibilidad de interactuar con otros temas por medio de la red genera que no haya una conexión definitiva para el lector, siendo un serio obstáculo para ahondar en una idea”, manifestó Myriam.
¿Cómo iniciar una lectura y no divagar en el intento?
Algo bastante usual a la hora de comenzar una lectura es avanzar en el texto, pero no comprender la idea que el escritor quiere transmitir; incluso los expertos en literatura aseguran que en varias ocasiones los ojos se mantienen en el texto, pero la mente comienza a divagar en recuerdos e ideas que nada tienen que ver con el tema a tratar.
“Para evitar esto se debe tener práctica. En lo posible, es importante hallar un lugar que tenga las menores distracciones posibles, darse tiempo para procesar lo que quiere decir el texto y hacer pausas cuando algo parezca demasiado complejo. No se trata de una competencia y cada persona tiene un ritmo particular que hay que ir descubriendo a medida que se acerca a una lectura”, concluyó Myriam.
Otra de las alternativas es buscar espacios en los que se cuente con profesionales que apoyen y construyan una manera de leer.