Mientras la tecnología avanza, diversas voces en el mundo expresan su preocupación por los alcances que esta puede tener en el campo laboral, en las investigaciones y en todas las áreas de la vida, incluso en la educación.
Este dilema es, precisamente, uno de los puntos tratados por la representante de Astra Nova, la escuela fundada por Elon Musk, con el propósito de romper los paradigmas en la enseñanza y trazar un nuevo camino. Rosemary Rohde, cofundadora de la escuela, planteó el cuidado en estos límites éticos.
“La idea es que los alumnos sientan emoción con lo que hacen y con los problemas que resuelven. En mi caso, enseño bioética, que es una de mis áreas de interés. Y analizamos con los estudiantes aspectos como el estudio de genética de células madre hasta la posible modificación genética para hacer un bebé a su gusto. Esta discusión es importante porque enseña lo que se debe y lo que no se debe hacer. Así, los estudiantes se muestran muy emocionados en aprender”, afirma.
Y agrega que “la tecnología nos da herramientas de mucho alcance para el individuo y en este contexto la bioética nos plantea el interrogante sobre el dilema ético del uso de herramientas como la inteligencia artificial”.
Partiendo de este dilema, se generan las pautas que la escuela creada por Elon Musk, propone para crear las escuelas del futuro:
1. Toma de decisiones
Según Rosemary Rhode, “el ejercicio de aprendizaje inicia con una pregunta sobre cualquier tema, así ellos interactúan y toman decisiones. Esto les ayuda a comprender la importancia de sus opiniones, su peso y, a la vez, generan vínculos en su entorno”.
Por eso no incursionan en un sistema tradicional, sino que toman las materias que les interesa realmente. Uno de los métodos de análisis es el planteamiento de unos dilemas, para escoger opciones y con eso abrir debate entre los alumnos; este ejercicio permite el relacionamiento, la toma de decisiones, el análisis compartido y el entendimiento de las ideas de los demás.
2. Un equipo diverso de aprendizaje
“Trabajar con niños de todo el mundo enriquece las aulas, ayuda a tener unas ideas más globalizadas de las problemáticas y necesidades, y permite puntos de discusión más nutridos, teniendo en cuenta las experiencias”, afirma Rohde. Destaca que resolver problemas globales implica trabajar en equipo.
3. Buscar lo innovador
Las clases deben ser relevantes y en contexto con lo que sucede en el mundo. “Es el caso de la clase de bioética y biotecnología que dirijo, sopesando entre investigar sobre el hallazgo de soluciones para las enfermedades o, incluso, el estudio de mejoramiento genético para hacer un bebé a su gusto”, señala Rohde.
“Los estudiantes han entendido que se puede hacer todo esto, pero el logro es que aprenden a evaluar qué cosas se deben hacer y cuáles no, estableciendo límites éticos que contribuyen a su formación y toma de decisiones en la vida”, concluye.
4. Nada reemplazará el vínculo humano
La creatividad humana es irremplazable, así como el vínculo que podemos establecer entre todos nosotros, señala la cofundadora de la escuela Astra Nova. “Trabajamos con nuestros alumnos para que nunca pierdan esa chispa del ser humano. Los alumnos del futuro tendrán el mismo corazón y mente que nosotros”, destaca.
5. ¿Cuáles son sus experimentos?
“Dentro de Astra Nova buscamos innovar todo el tiempo. La experimentación es nuestra norma. No nos da miedo reiniciar algo o retomarlo desde el principio. Con los experimentos buscamos hacer las cosas de nuevo y transformarlas”, afirma Rhode.
Para finalizar, Rosmary Rhode señala que el objetivo no es predecir lo que vendrá, sino evaluar cómo construir una escuela hacia el futuro con herramientas diarias y los elementos de curiosidad, creatividad e innovación permanentes. “Para esto es importante aprender a trabajar en equipo, pero esto se construye teniendo en cuenta que no hay nada escrito y hay que inspirar a los estudiantes”, sentencia la científica.