Los resultados en deserción, cobertura y calidad de la educación pública de Bogotá son hoy, cuando menos, aceptables. Según datos de la Secretaría de Educación del Distrito, la ciudad tiene la tasa de deserción más baja de los últimos 18 años, con 2,3% frente al 3,1% del promedio nacional, y su tasa de cobertura bruta es del 97%. En cuanto a resultados de calidad, dentro de las 95 entidades territoriales del país que participan en la medición del Índice Sintético de Calidad Educativa (ISCE), en 2016 Bogotá ocupó el lugar número 10 con promedios que superan las metas propuestas por el Gobierno Nacional: 6,32 en educación básica, 6,03 en secundaria y 6,89 en media.Los resultados son aceptables,decíamos, pero el gobierno de Peñalosa quiere más. Y aunque‘aumentar’, ‘crear’, ‘mejorar’ son verbos que se leen a lo largo de las 6 líneas estratégicas que conforman la política educativa de la capital para este cuatrienio, su apuestano es solo por las mediciones.Lo que busca es “convertir a Bogotá en una ciudad educadora: una ciudad que trabaja unida por la felicidad y el desarrollo pleno de los estudiantes de la capital”, como lo explica la secretaria de Educación del Distrito, María Victoria Angulo.Según la Secretaria, esta es una perspectiva más amplia de la ciudad y de la educación, dondela escuela, los entornos, los actores de la comunidad educativa y de la ciudad en general ofrecen las condiciones propicias para que los niños aprendan más y mejor.¿Cómo lo van a lograr?Según la Secretaria, la ciudad ya tomó dos grandes decisiones. Convertir a la educación en una prioridad política y social, destinándole una inversión para el cuatrienio de 15,09 billones de pesos. Esto quiere decir que 26 de cada 100 pesos de la inversión de Peñalosa serán destinados a la educación.La segunda es trabajar en equipo con otras entidades nacionales y locales, comunidades educativas, sociedad civil y sector productivo para que los aprendizajes con sentido, los entornos escolares seguros y los ambientes de aprendizaje para la vida, entre otros,se construyan bajo el principio de corresponsabilidad. “Ya tenemos en marcha alianzas, pactos de voluntades, donaciones en especie, voluntariados e intercambio de conocimiento con actores muy diversos, con los que buscamos convocar a toda la sociedad bogotana a ser parte de esta transformación”, cuenta la Secretaria.La política educativa de la capital tiene5 líneas enfocadas en la calidad y la pedagogía y1 másen la gestión y la transparencia transversal a todas, las cuales se construyeron de manera participativa en canales virtuales y 58 encuentros presenciales con las comunidadesy actores.La primerabusca atender a 231 mil niñas y niños de 0 a 5 años, en el marco de la Ruta Integral de Atenciones (RIA). Un instrumento que articula el trabajo de las secretarías de Educación, Integración Social, Salud, Cultura y el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF)para ofrecer 28 atenciones priorizadas intersectorialmente y hacer seguimiento detallado niño a niño.La segunda, denominada‘Calidad educativa para todos’, para la que se destinará el 60,2% de los recursos, busca fortalecer los diferentes aprendizajes y competencias básicas, ciudadanas y socioemocionales de los estudiantes; así como emprender acciones en torno a la evaluación, la formación de maestros, el fortalecimiento de los currículos y el aumento del tiempo escolar.Sus metas, entre otras, son aumentar el número de colegios públicos en los niveles más altos de las Pruebas Saber 11y en el Índice Sintético de Calidad Educativa. Asimismo, aumentar la matrícula oficialen jornada única al 30% y la de jornada extendida al 35%, apostando por el deporte, arte, cultura, ciencia y bilingüismo; crear la Red de Innovación al Maestro y llevar el Plan Distrital de Lectura ‘Leer es Volar’ a todos los colegios del Distrito.La tercera línea tiene como metas construir30 colegiosnuevos, restituir o ampliar 32 más, mejorar 300 sedes y dotar 474. Además, reducir las tasas de analfabetismo (pasando de 2% al 1,6%) y la deserción escolar(pasando de 2,3% al 1,5%) para reducir brechas de acceso y permanencia a espacios de aprendizaje en los que todos los niños desarrollen en igualdad de condiciones su proyecto de vida.Crear el Subsistema de Educación Superior es la cuarta línea del plan. Se trata de una alianza entre actores públicos y privados que, de manera articulada, le permitirán a Bogotá promover 35.000 cupos en educación superior y ampliar las opciones presenciales y virtuales de acceso y permanencia para jóvenes, maestros del Distrito y funcionarios administrativos con un portafolio de becas crédito por 250.000 millones de pesos.Además, la ciudad se propone poner en funcionamiento sedes de la Universidad Distrital en Bosa y Ciudad Bolívar y abrir4 centros de formación en Antonio Nariño, Usme, Kennedy, y Engativá en alianza con el SENA.Por último, Bogotá se plantea convertir sus escuelas en escenarios de reencuentro, reconciliación y paz. Para esto, intervendrá30 entornos escolares de colegios distritales,fortalecerá el Sistema Distrital de Convivencia Escolare implementará la Cátedra de la Paz en todos los colegios con un enfoque en cultura ciudadana.Para María Victoria Angulo, Bogotá debe tener como centro el conocimiento, inspirar el aprendizaje y posibilitar la investigación y la innovación para vivir mejor y reinventarla ciudad. Por eso, en este plan todos son“agentes educadores y los escenarios de la ciudad son espacios pedagógicosdonde se disfruta, se aprende y se viven nuevas realidades. Una ciudad educadora, donde los más pequeños y los jóvenes, que representan la esperanza, puedan ser auténticamente felices”.