Ingeniería Agrícola, Universidad Nacional
Su gusto por las matemáticas motivó a Jaime Oviedo Chacón a intentar estudiar una ingeniería en la Universidad Nacional. Su primera opción fue Ingeniería de Sistemas, pero al no pasar decidió inscribirse en Ingeniería Agrícola, con la aspiración de poder cambiarse a Sistemas tan pronto le fuera posible.
Sus planes, sin embargo, no se concretaron porque un profesor le hizo ver las ventajas de la carrera que estaba empezando, la cual no solo se centra en las habilidades técnicas de cualquier ingeniería, sino que tiene un claro enfoque social, al transferir tecnología al campo. “Es que en el campo está el potencial del país, podríamos explotar 20 por ciento del área de Colombia para producir, pero solo usamos el 5 por ciento”, asegura convencido de que con su profesión no solo puede ayudar a mejorar un cultivo, sino impulsar a toda una comunidad y respaldarla para que pueda usar todas sus potencialidades.
Explica que, a diferencia de los agrónomos, quienes en su concepto son los médicos de las plantas, los ingenieros agrícolas se encargan de la tecnificación del campo.
Jaime recuerda que para las pruebas Saber Pro presentó, junto con sus compañeros, unas pruebas de ciencias básicas que les sirvieron como preparación. Su buen resultado lo sorprendió y aunque cree que no le dará mayores beneficios en su desarrollo profesional, sí piensa que le sirvió para medir sus falencias.
Actualmente, cursa el último semestre y prepara una maestría en biosistemas, un área del conocimiento que busca cómo automatizar el sector agrícola. Con respecto al mercado laboral de la ingeniería agrícola, cree que es un poco mejor que en otras profesiones, dada las grandes potencialidades de la Colombia rural. “De mis compañeros ya graduados, el que más se demoró en conseguir trabajo tardó tres meses”, comenta.
En el futuro se ve en la parte académica, ya no transfiriendo tecnología, sino conocimiento. “La gobernanza sobre la alimentación es importante y es clave formar profesionales y mejorar procesos. Por ejemplo, en centrales como Corabastos, donde se pierde el 50 por ciento de la comida por mal manejo del producto, nosotros podemos ayudar”, subraya.