La opinión pública le ha declarado la guerra a la educación sexual. Más que el desarme de la guerrilla, más que su entrada en política, más que el plebiscito, más que el Sí y el No, si hay un debate que polariza la sociedad colombiana desde hace dos meses ese es el de la pertinencia de que los menores accedan a conocimientos sobre sexualidad, orientación y género en las instituciones educativas. Pasó con las cartillas del Ministerio de Educación (MEN). Ahora con la encuesta de comportamiento sexual que el Dane realiza desde 2006 a menores de 13 años y que en su última edición ha molestado a los profesores y padres de familia. Según ellos, por el tono directo y explícito de las preguntas. Luis Prada es médico forense desde hace 25 años. Graduado por la Universidad Nacional, es profesor de la Cátedra de Medicina Forense en la Facultad de Medicina de Los Andes. ‘Cuando los niños juegan a ser adultos‘.Por sus manos han pasado más de 10.000 casos de niños maltratados y abusados sexualmente. Una cifra que se dice pronto, pero “es una vergüenza”, afirma.Y eso es sólo “la punta del iceberg”, asegura. Los datos oficiales le avalan: Defensoría del Pueblo denunció en su último informe que en Colombia se producen 43 casos de violencia sexual contra niños al día. Solo entre enero y febrero de 2016 se reportaron 2.594 denuncias de abusos sexuales contra menores. “Y estamos lejos de conocer las verdaderas dimensiones del problema”, alerta Prada. Semana Educación habló con él para conocer la pertinencia de las encuestas que realiza el Dane. Semana Educación: ¿Cuál es la importancia de hacer este tipo de encuestas de comportamiento sexual a la población infantil?Luis Prada: Si uno quiere conocer la realidad de los niños debe preguntar a los niños, porque muchas veces estas realidades de abuso o violencia ocurren a puerta cerrada y sólo se conocen si pregunta. La cuestión es cómo preguntar, en qué contexto y con qué preguntas.S.E.: Una de las críticas es que las preguntas son muy explícitas. L.P.: Una de mis funciones es la de entrevistar a niños que han sufrido maltrato o abuso sexual y, por mi experiencia laboral, con los niños no hay que darse tantos rodeos. S.E.: Aunque se incluyan preguntas como “¿se ha metido el pene en la boca?”. L.P.: En la perspectiva de la sociedad adulta, esta pregunta no es pertinente para un niño. Pero si se lo preguntas a un niño, para él puede que sí lo sea. En ocasiones, si tú no lo preguntas de esa manera, el menor no te cuenta lo que le ha ocurrido. Tenemos que romper esa barrera de que no se puede preguntar directamente. Esa actitud no ayuda a visibilizar la realidad. S.E.: ¿Qué conclusiones se pueden extraer de estos sondeos?L.P.: Son muy importantes y, por lo que yo alcancé a revisar de las preguntas, me parecen pertinentes. En Estados Unidos hacen ese mismo tipo de encuestas, y de la última concluyeron que un 8 % de los menores de 14 años tienen relaciones sexuales, y eso es muchísima gente. Es mejor tener conocimiento de la realidad, cifras, y saber qué pasa para poder tomar decisiones sobre política pública, sobre intervenciones que tienen que ver con la protección de los menores. S.E.: Otra de las críticas apunta a que es anónima, por lo que no se puede saber a ciencia cierta los sujetos que pueden estar sufriendo de abuso o maltrato. L.P.: Es cierto que si es anónima no se podría reportar los casos concretos. Pero la información recabada puede servir para conocer cuáles son las tendencias de relaciones sexuales de los niños, tanto voluntarias como abusivas. Es importante tener cifras para poder actuar. S.E.: ¿Puede este tipo de encuestas ayudar a disminuir los índices de violencia sexual contra los niños?L.P.: Sí, tener información permite hacer cosas, no tenerla permite no hacer nada. Tener conocimiento del comportamiento sexual, la violencia sexual, el maltrato infantil, el abandono, el matoneo permite tomar acciones concretas dirigidas a corregir eso. S.E.: ¿Es pertinente realizarlas en los colegios a niños de 11 años? ¿Por qué no a niños mayores?L.P.: Sí, porque a esa edad les suceden muchísimas cosas que la sociedad adulta y la institucionalidad no conoce. Y los niños no suelen hablar de ello con los padres ni los padres con ellos. El ejemplo de Estados Unidos es muy válido: nunca he visto que haya habido tanto rechazo en la opinión pública, y la utilidad de los datos ha sido fundamental a nivel académico, científico y para iniciar acciones desde la institucionalidad. S.E.: ¿Por qué cree que se ha suscitado tanta polémica?L.P.: Porque la sociedad prefiere no saber a saber. La sociedad nos enseña que la ropa sucia se lava en casa, pero desafortunadamente en la casa jamás lavan la ropa sucia. Lo que hacen es ocultar, y eso solo sirve para destruir a los que están siendo victimizados. Las encuestas ayudan a visibilizar esos problemas y a intervenir. S.E.: ¿Cómo está el país en términos de violencia sexual contra los niños?L.P.: El estado, la sociedad, la institucionalidad está en deuda con ellos. A los niños les cuesta mucho contar estas historias y a la sociedad adulta le cuesta escucharlas. Y así, juntas el hambre con las ganas de comer. Tenemos que vencer esas barreras que nos impiden escuchar y encontrar herramientas para que los niños quieran contar.S.E.: ¿Qué repercusión tiene en un niño sufrir de abusos sexuales una vez llega a su edad adulta?L.P.: El abuso sexual es una experiencia que parte la vida en dos, hay un antes y un después porque el niño está construyendo su identidad y ese pasaje afecta a su concepción del “¿quién soy yo?”. Más cuando el agresor es una persona cercana y ocurrió de manera muy crónica, que es lo que sucede en la mayoría de los casos. También afecta a la construcción de la personalidad. El carácter con el que nos vamos a relacionar el resto de la vida con los demás. El abuso sexual es un factor de riesgo para muchísimos problemas posteriores.S.E.: ¿Como por ejemplo el embarazo adolescente?L.P.: Sí, es un condicionante de las relaciones sexuales tempranas que, en muchos casos, están ligadas al abuso infantil o la violencia sexual. También es un factor de riesgo para quedar embarazada en la adolescencia, para tener mayor número de compañeros sexuales, enfermedades mentales y el consumo de sustancias psicotrópicas. S.E.: Entonces, para concluir: ¿es importante hacer estas encuestas y hablarles a los niños de educación sexual y violencia sexual desde una edad temprana?L.P.: Sí, entre más sepamos más va a ser mejor la vida para todos, especialmente para los niños. Nelson Madela, lástima que esté pasado de moda, dijo que la riqueza de una sociedad se mide no por lo que tienen los más ricos, sino por lo que carecen los más débiles. Mirando la realidad de muchos niños del país, digo que todavía tenemos un corazón vergonzoso.PARA EL DEBATE¿Está de acuerdo con Luis Prada? ¿Cree que es pertinente la encuesta del Dane? Deje sus comentarios en nuestro twitter @JuliaAlegre1 y @SemanaEd.