Hugo Pardo Kuklinski es una voz reconocida en temas como redes sociales, tecnología y educación digital. Este doctor en Comunicación de la Universidad Autónoma de Barcelona nació en Argentina pero hace más de una década que está radicado en España. Es director ejecutivo y fundador de Outliers School, un proyecto de design thinking (pensamiento diseñado) que ayuda a grupos y empresas a resolver problemas concretos y avanzar en sus planes. En 2007, mientras trabajaba en Stanford, Hugo Pardo Kuklinski desarrolló una aplicación para dispositivos móviles que se llamó Campusmovil.net. “Y ahí empecé a meditar sobre el tema educativo, que finalmente es muy parecido al tema de la comunicación”, afirma. Cree que la desintermediación y masificación de la información a través de internet han desbancado al Estado y a las instituciones como únicas dueñas del conocimiento, permitiendo así que el mundo entero sea un aula. Kukliknski es uno de los más destacados conferencistas que estarán presentes en la Cumbre Líderes por la Educación que se llevará a cabo el 29 y 30 de abril en el Gimnasio Moderno en Bogotá. Si quiere saber más sobre este evento educativo sin precedentes en el país siga este enlace. SEMANA EDUCACIÓN: ¿La educación está en deuda de una transformación? Hugo Pardo Kuklisnski: Sí, en la escuela tradicional se castigan los comportamientos que se salen de la norma, bien sea para responder al Estado o a las industrias, y es contradictorio que en una sociedad en la que casi todo ha cambiado totalmente, la escuela siga siendo lo mismo. No digo que no haya habido cambios, hay muchas ideas innovadoras que intentan cambiar la pedagogía docente-céntrica. S.E: ¿Entonces debería desaparecer la educación tradicional? H.P.K: No tanto como desaparecer. Aunque en varios aspectos sea analógica y obsoleta, cumple dos funciones muy importantes en la educación primaria y secundaria. Es un ascensor social porque permite que los niños se conecten con la sociedad y puedan crecer, y segundo, tiene una función de socializarlos, enseñarles límites y normas de convivencia. El problema viene en la universidad donde ya no es tan necesario este modelo y entonces todo lo pedagógico entra en crisis. S.E: ¿Cómo es eso de que cualquier espacio es un aula? H.P.K: El concepto de que para aprender hay que ir a un lugar físico donde el profesor es el más inteligente y el que sabe todo enfoca la experiencia pedagógica hacia la figura del maestro. La educación debería estar concentrada en el aula, en el espacio y las oportunidades. Cuando se forma clusters innovadores cualquier persona va a un entorno en el que aprende, y allí el que más sabe no es el profesor, sino el entorno que se construye entre todos. Eso cambia todo: si no tienes la obligación de ir todos los días a tomar 45 minutos de clase se dibuja una nueva arquitectura del aprendizaje donde el espacio es analógico. No vale si asistes o no, vale lo que haces. Pero la burocracia requiere que atiendas a las lecciones y eso hace que todo esté mal planteado y que se muera la motivación. Hay que preguntarse, ¿por qué un niño no se concentra en 45 minutos de clase y sí lo hace durante tres horas en un videojuego? Pues porque no está motivado, hay problemas de usabilidad, problemas en los procesos, todo está basado en la oralidad y en el texto y no se juega. S.E: ¿Hay enemigos del cambio de la educación? H.P.K: Sí, son la burocracia y los propios actores, tanto los profesores como los alumnos. Me pasa que a veces descubro que los más conservadores de la experiencia educativa son los alumnos. Por ejemplo, cuando el tipo de evaluación es diferente a lo que están acostumbrados se quejan, no se sienten cómodos y entonces se convierten en enemigos. También pasa al contrario, hay docentes conservadores y alumnos con ganas de cambio, pero ni toda la culpa la tiene el docente ni el alumno es víctima de esto. S.E: ¿Qué papel juega la tecnología en todo esto? H.P.K: La tecnología no es relevante, no soluciona los problemas del aula, ese es el error. Tenemos computadores y teléfonos móviles súper potentes pero seguimos haciendo lo mismo y en vez de utilizarla y empoderarla, la prohibimos. La tecnología nunca es la solución, la solución está en los procesos. Por eso para nosotros en Outliers School lo importante es el design thinking, saber resolver problemas y adquirir habilidades. Obviamente el desarrollo tecnológico ha ayudado mucho, si pensamos en la educación antes y después de internet la diferencia es abismal, pero creer que la transformación que requiere la educación se alcanza con eso es un grave error. S.E: ¿Cómo ve el tema en Latinoamérica? ¿Lograremos dar un salto hacia la educación que se centre en el estudiante? H.P.K: Se hace difícil generalizar. Hay capas. Hay gente muy interesante que está haciendo cosas diferentes, aulas inteligentes como en la Fundación Pies Descalzos, pero no es la norma. En el caso de las instituciones tradicionales, docente-céntricas, al maestro le ha costado perder el poder, siguen siendo instituciones muy del siglo XX y continúan bajo el panóptico de vigilar y castigar, y ahí está el problema. Normal 0 21 false false false ES-CO X-NONE X-NONE