A Martín Santos es común verlo en los actos oficiales que preside su padre o de periplo por el mundo cuando este cumple su agenda diplomática. La simbiosis entre los dos es tal, que hoy el joven Santos llevaba la misma corbata roja que el presidente de la República en un evento organizado por la Fundación Buen Gobierno, de la que Martín es director ejecutivo. En la chaqueta de ambos, el pin de la paloma de la paz.Le puede interesar: ‘Así se incluye la educación en el acuerdo que pone fin a la guerra‘Semana Educación habló con el hijo del presidente para conocer su postura frente a los acuerdos, a la inclusión de la educación como un punto importante de los mismos y a aquellos que hablan de la “pedagogía para el no”. Semana Educación: Usted que ha vivido la negociación entre el Gobierno y las FARC de cerca por ser hijo de quién es, ¿cómo vivió el proceso?Martín Santos: Ha sido un proceso de paz extremadamente difícil pues 52 años de guerra no se pueden solucionar en unos meses. Han sido casi cinco años de negociaciones con el grupo guerrillero en el que se han surgido dificultades: la matanza de soldados, el secuestro de un general... Pero todo eso ha servido para terminar un proceso de paz completo, responsable, a cargo de un equipo negociador de lujo. Ahora estamos viendo la luz al final del túnel que espero que se concrete el 2 de octubre con una masiva votación de los colombianos a favor de dejar atrás la guerra en Colombia. S. E.: ¿Se ha leído las 297 páginas del acuerdo?S.M: Estoy leyéndolo. Voy por la página 190. Empecé la semana pasada y trato de leer 10 páginas diarias. Pero lo importante no es tanto fijarse en los detalles ni en la letra menuda del acuerdo, sino centrarse en qué pasará al día siguiente de que se apruebe o rechace el proceso de paz, porque os beneficios que traerá este proceso de paz son inmensos.S.M.: ¿Cree que los colombianos están preparados para entender el acuerdo? ¿Cree que se requiere mayor pedagogía para dar a conocer sus puntos?S.M: El gobierno nacional, junto con otras instituciones, ha hecho un esfuerzo por tratar de explicar este acuerdo a la población. Es un acuerdo muy técnico, complejo, que tiene un lenguaje difícil para muchos y es muy extenso. Y lo es porque un proceso de paz no se puede firmar en dos o tres páginas. El esfuerzo para hacer pedagogía a lo largo y ancho del territorio es inmenso. Pero existe mucha desinformación y por eso hay gente muy temerosa de lo que se viene.S.E.: La educación está muy presente en los acuerdos, no sólo como un derecho fundamental de los colombianos, también en términos de crear competencias ciudadanas...M.S.: Por primera vez en la historia el presupuesto de educación supera el de la guerra, y eso que aún no hemos aprobado el proceso de paz. En el momento en el que dejemos de invertir en tanques, balas, munición para combatir estos grupos subversivos, y esos recursos vayan a la innovación, a las nuevas tecnologías de la información, a la educación, Colombia despegará. Con la guerra hemos tenido una especie de freno de mano que no nos ha dejado despegar al potencial máximo. S.E.: La oposición al proceso de paz habla de una ‘pedagogía para el no’ que, además, está calando en algunos sectores de la opinión pública. ¿Qué opinión le merece esa posición?M.S.:Estamos en una democracia y las personas pueden opinar lo que quieran. A pesar de que el presidente de la República no tenía obligación para convocar un plebiscito, el quiso oír al pueblo y someter el acuerdo a refrendación popular. Las personas que están promoviendo el ‘no’ se aferran a la desinformación y crean todo tipo de mitos y de miedos que calan en la gente: una mentira repetida se puede convertir en verdad. Los que piensan diferente son bienvenidos, pero que lo hagan con argumentos, responsabilidad y seriedad. S.E.: ¿Qué le dijo a su padre el día de la firma del acuerdo final?M.S.: Papá, puedes sentirte muy orgulloso no por haber sacado este proceso adelante, sino porque por tus acciones vas a salvar muchas vidas, vas a evitar muchos secuestros, vas a disminuir la violencia en este país que tanto lo necesita. S.E.: ¿Qué le falta al acuerdo, tanto que se habla de que no es perfecto?M.S.: Creo que es un acuerdo bastante completo. Pero la implementación es muy difícil porque la firma es la parte fácil del acuerdo. Esto no es el fin del proceso sino apenas el principio.Le puede interesar: ‘Tutina rompe su silencio‘