En las últimas semanas hemos presenciado el debate frente a la necesidad de que las instituciones educativas del país analicen críticamente sus manuales de convivencia y verifiquen que sus disposiciones garantizan el derecho a la igualdad y a la no discriminación de todos sus integrantes, particularmente el de sus estudiantes. Ante esta situación, como miembros de la comunidad académica queremos contribuir a la generación de espacios de diálogo, convivencia y resolución pacífica de conflictos compartiendo nuestras reflexiones al respecto.A nivel global, lograr la equidad de género es el objetivo 5 de la Agenda de Desarrollo Sostenible 2030. El logro de este objetivo exige que todos los agentes sociales nos comprometamos con acciones concretas que contribuyan a cerrar las brechas de inequidad que existen en todos los indicadores de bienestar que evalúan anualmente los organismos nacionales e internacionales que se encargan de hacer seguimiento al cumplimiento de estos objetivos.Como grupos de investigación interesados en temas de educación, justicia, salud física, psicológica y social, nuestro aporte al logro de estos objetivos consiste en examinar las condiciones que en la familia, las instituciones educativas, los grupos, las organizaciones, las comunidades o el Estado, establecen desigualdades injustas e innecesarias que afectan el bienestar individual y la calidad de vida de la población.Las investigaciones realizadas indican que el trato inequitativo comienza en el nacimiento, cuando la familia establece diferencias en las oportunidades que da a sus miembros con base en la apariencia de sus genitales y en la categoría sexual que se les asigna al nacer a partir de esa condición biológica. Ese trato desigual se mantiene en las instituciones educativas y se prolonga a lo largo de toda la vida. Hoy sabemos que ese trato desigual se fundamenta en las normas y expectativas que cada contexto sociocultural define sobre cómo deben ser y comportarse las personas según el sexo que se les asigna al nacer. A estas normas y expectativas que varían según el contexto sociocultural es lo que se incluye en la categoría de género. Se ha encontrado que el género explica que en ningún país del mundo las mujeres reciban el mismo trato que los hombres. También sabemos que esas normas de género sustentan el prejuicio, el estigma y la discriminación hacia personas que expresan identidades sexuales, identidades de género y orientaciones sexuales diversas.En el campo de las ciencias de la salud y las ciencias sociales, se ha encontrado que aunque factores biológicos como el sexo contribuyen a las diferencias que se observan entre los seres humanos, la categoría de género permite comprender fenómenos que van desde la desnutrición infantil, el desempeño en matemáticas hasta el desarrollo humano y social, pasando por el consumo de sustancias psicoactivas, el embarazo en la adolescencia, la mortalidad materna, la violencia sexual, la intimidación en el contexto escolar, las enfermedades cardiovasculares, los homicidios, los accidentes de tránsito, los suicidios, entre muchos otros. Pero las inequidades no solamente tienen un efecto negativo para quienes sufren a consecuencia de la exclusión, también afectan las sociedades en la medida que no se aprovecha la riqueza de aportes que hacen los diversos grupos que la conforman.La comunidad científica ha logrado establecer que para promover el bienestar físico, psicológico y social es necesario examinar las condiciones del contexto que obstaculizan el ejercicio real y efectivo del derecho a la igualdad y a la no discriminación. En ese orden de ideas, la reflexión que se propone a la comunidad educativa frente a los manuales de convivencia también debemos realizarla en las familias, las instituciones y organizaciones sociales, los entes gubernamentales, los espacios legislativos. Esta reflexión nos debe permitir preguntarnos ¿En mi familia, mi trabajo, mi organización, mi vecindario, mi país, existen condiciones que generan un trato desigual que ubica a unas personas en desventaja con respecto a las otras? ¿Qué características tienen las personas que están en desventaja? ¿Todas las personas, sin ningún tipo de distinción, reciben el trato digno que se merecen? ¿Cómo puedo contribuir para garantizar que todas las personas tengan las mismas oportunidades, privilegios y condiciones?
Firmado porDepartamento de PsicologíaDiana María Agudelo, William Jimenez Leal, Juan Pablo Aranguren, Sonia Carrillo, Luis Fernando Cárdenas, Leonidas Castro, Enrique Chaux, Julio Eduardo Cruz, Yvonne Gómez Maquet, Viviola Gómez Ortiz, Ana Lucía Jaramillo, Karen Ripoll Nuñez, Gordon Ingram, Martin Packer, Mónica Pérez Trujillo, Elvia Vargas TrujilloFacultad de DerechoIsabel Cristina JaramilloEscuela de GobiernoDiego Iván LucumiGrupo de Investigación Familia y SexualidadMarta Carolina Ibarra, Ángela María Rojas, Carlos Alberto Hermosa