Estados Unidos se consolidó como una de las opciones preferidas para quienes buscan estudiar fuera de su país de origen. La calidad de sus programas de posgrado y el prestigio de sus universidades son algunos de los motivos que lo convirtieron en uno de los destinos predilectos entre los colombianos. Según la Fundación para el Futuro de Colombia (Colfuturo), es el segundo país más elegido por los beneficiarios de su programa Crédito Beca. Solo en 2023, de 1.835 seleccionados, 311 escogieron este país.
Los beneficiarios de este tipo de apoyos económicos son principalmente del centro de Colombia. Jerónimo Castro, director de Colfuturo, explicó que el 45 por ciento de las postulaciones a centros educativos de Estados Unidos son de estudiantes de Bogotá y el 55 por ciento restante de personas de otras regiones de Colombia. Esto se debe, en parte, a las brechas económicas y educativas que aún existen entre los diferentes territorios.
“El apoyo que da Colfuturo junto con el Ministerio de Ciencia puede ir hasta los 50.000 dólares, una cifra que representa entre el 35 y 40 por ciento de lo que cuesta estudiar en Estados Unidos. El estudiante debe gestionar el otro 60 por ciento a través de alternativas como Fulbright, becas de la universidad de destino o recursos propios, lo que solo unos pocos pueden hacer”, señaló Castro.
Para el ejecutivo ese es el mayor reto, pues debido al alto costo de las instituciones estadounidenses, la mayoría de los jóvenes se ven obligados a competir por becas y apoyos financieros en los que deben ser muy buenos académicamente para conseguir el total de los recursos requeridos.
Profesionales más competitivos
Estudiar en Estados Unidos abre una serie de oportunidades en términos no solo académicos y culturales, sino también laborales. Según Castro, son muchos los jóvenes que gracias a su experiencia académica en este país logran insertarse con éxito en el mercado laboral.
Mauricio Toro, presidente del Icetex, destacó que los beneficiarios de créditos del instituto, además de considerar la calidad educativa, eligen a Estados Unidos por las facilidades de empleabilidad que generan sus instituciones. “La demanda no solamente es por un tema cultural y de proximidad, sino también por la acreditación que tienen esos programas que impactan directamente en la vida económica y profesional de las personas que hoy deciden viajar a esas universidades”, afirmó Toro.
El directivo explicó que muchos de esos profesionales retornan al país para desempeñarse como académicos en las universidades colombianas, ya que “el esfuerzo que está exigiendo el Ministerio de Educación para que los programas se acrediten ha generado una alta demanda de doctores en las instituciones de educación superior”.
Aunque las oportunidades son amplias, el presidente de la entidad también advirtió que el mercado laboral en Colombia aún tiene grandes barreras para la contratación de profesionales con doctorado, pues “hay una brecha entre el salario que está dispuesto a pagar el sector privado y la inversión que hace la persona para conseguir un posgrado de ese tipo en Estados Unidos”.
La meta para los próximos años, de acuerdo con Toro, es que desde el Icetex se brinde un producto que garantice condiciones financieramente favorables para que los profesionales graduados de posgrados en países como Estados Unidos regresen a fortalecer el sector productivo colombiano.
Manejar una segunda lengua es otro de los aspectos esenciales al hablar de estudios en el exterior. María Claudia Lacouture, presidenta de AmCham Colombia, manifiestó que en el país es necesario promover el bilingüismo como una política pública que les permita a los jóvenes “aportar al crecimiento nacional y generar acciones que mejoren su calidad de vida y desempeño profesional”.
Lacouture señaló que una de las iniciativas que ha aportado a este propósito es el programa de bilingüismo de la Cámara junto con la Fundación Howard G. Buffet. “La meta es lograr tener 4.000 jóvenes bilingües, con un nivel de inglés C2, que les permita hablar de forma fluida en cualquier ámbito y trabajo, que genere un beneficio no solamente económico, sino también de crecimiento personal para estos jóvenes”.
Sueños hechos realidad
Andrea Yulieth Lloreda Flórez
Oriunda de Quibdó, Chocó, fue beneficiaria de Colfuturo en 2020 para cursar la Maestría en Leyes de la Universidad de Georgetown en Washington D.C. Actualmente se desempeña como sustanciadora en la Sala de Amnistías e Indultos de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP).
“Fui la primera chocoana en llegar a una universidad como Georgetown y a una de las mejores facultades de derecho del mundo. Si yo le hubiera dicho eso a alguien antes se hubiera muerto de la risa, pero soñar alto y creer en mí, me llevó a conseguir el paquete financiero que necesitaba”, aseguró Lloreda.
Sergio Andrés Rincón Rosales
Es bumangués y fue beneficiario de Colfuturo en 2018. Estudió la Maestría en Animación y Efectos Visuales en la Academy of Art University en San Francisco y gracias a su talento, hoy trabaja en efectos visuales para películas de Hollywood como Oppenheimer.
“Cuando salí del país pensé que tenía una diferencia muy grande con personas de otras partes del mundo. Pero me di cuenta que las bases que tenía y todo lo que aprendí en Colombia, tanto en mi pregrado como en mi experiencia laboral, me iba a permitir estar al nivel de los demás. No tengan miedo a arriesgarse y no se sientan inferiores por creer que la educación de Colombia no es buena, porque sí lo es”.