Francia estaba en crisis. En 1789, los comerciantes y los burgueses estaban molestos por la poca representación política, y porque tenían que pagar con impuestos los problemas financieros de la corona. Mientras tanto, los más pobres de las ciudades y del campo pagaban con hambre las malas cosechas. El malestar era general. Pero fueron los libros prohibidos y los periódicos clandestinos los que le dieron forma, con exageraciones morbosas, a los supuestos culpables. La corte, y en especial María Antonieta, se convirtieron en sinónimos de corrupción y lujuria, según lo afirma el historiador Robert Darnton.En un ambiente de odios y resentimiento, los burgueses exigían una mayor representación, pero el rey no estaba dispuesto a ceder. Entonces, las tensiones aumentaron con los días, hasta que el pueblo de París se levantó en armas y marchó hacia la Bastilla, el 14 de julio de 1789. La Bastilla era un objetivo natural, simbolizaba el poder monárquico y albergaba el armamento para empezar una revolución. Y desde ese día, ocurrido hace 227 años, se conmemora el principio de la Revolución Francesa. La Revolución Francesa cambió al mundo, no porque hubiese sido la única revuelta liberal, ni porque haya ocurrido en el segundo país más poblado de Europa, con la monarquía absoluta más poderosa del continente; sino porque la Revolución Francesa acabó con el orden monárquico en Francia, y porque luego Napoleón la exportó a Europa y al mundo. Así lo sostiene el historiador inglés Eric Hobsbawn. Las ideas de la Revolución transformaron las ideologías de los Estados modernos, cambiaron las relaciones con la iglesia, le dieron forma a los tres poderes, a las elecciones democráticas, y además, fueron el principio de los códigos legales. Dentro de las transformaciones alcanzadas por la burguesía francesa estaba la consigna de la Revolución Francesa, de que todos los hombres eran iguales bajo la ley. Antes, la sociedad se dividía en estamentos, con diferentes derechos y privilegios, que podían incluso impedir la residencia en ciertos lugares y hasta el acceso a la universidad. Eso se acabó con la Revolución. Entonces, puede que hoy, algunos historiadores afirmen que la igualdad no se alcanzó, porque se mantuvieron las diferencias sociales, sin embargo, el clero y la nobleza dejaron de tener ventajas explícitas bajo la ley, y en principio, todos los ciudadanos empezaron a tener los mismos derechos y deberes. Además, empezó una racionalización del Estado moderno, en el que se estableció una burocracia racional. Las relaciones sociales se enmarcaron en un sin fin de leyes reguladoras. Las tierras de la iglesia y las propiedades comunales fueron confiscadas y repartidas. Parecía que el mundo empezaba a derrumbarse: los privilegios de los nobles y del clero, eliminados, los reyes, juzgados, y después, rasurados por la guillotinada. Pero los monarcas europeos no estaban dispuestos a mirar desde afuera al centro de Europa, tomado por los burgueses. Entonces, organizaron una invasión. En 1793, los príncipados alemanes atacaban a Francia por el Oriente, los ingleses por el Sur y el Oeste. Nadie habría pensado que la Revolución podría sobrevivir. Pero catorce meses después, los invasores habían sido expulsados y Francia estaba firmemente gobernada; ocupaban Bélgica y ostentaba un ejército tres veces más grande que antes de la guerra. La invasión extranjera formó un sentimiento nacional que unió a los franceses y los llevó años después, con Napoleón, a llevar la Revolución Francesa por toda Europa. Luego, los ecos de la Revolución fueron adaptados y reinterpretados de acuerdo a las necesidades. El historiador Christopher Bayly afirma que los jóvenes en la India leían traducciones de los derechos del Hombre, las discutían, las transformaban y las usaban para mofarse del sistema de castas, y para criticar al imperio inglés. Toussaint levantó a los esclavos en Haití con el discurso de la Revolución y derrotó a las tropas francesas que invadieron la isla en un intento militar por limitar las igualdades civiles racialmente. En América, las independencias se fundamentaron todas en la Revolución, el surgimiento del Estado – Nación y el sistema de poderes de cada república fueron la copia de los que en Francia se definió y hasta en el siglo XX la descolonización en África y Asia se inspiraron en el mismo modelo.