El Congreso se encuentra en su recta final y varios proyectos están a punto de naufragar si no son debatidos en los próximos días. Uno de ellos es el conocido con el nombre de ‘ley de comida chatarra’ o etiquetado frontal, con el que se busca que los alimentos altos en azúcares, sodio o grasas tengan esta advertencia en sus empaques.
Organizaciones de la sociedad civil y la academia expresaron su preocupación este lunes, puesto que a pocos días del final del periodo legislativo en el Congreso de la República, el proyecto de ley comida chatarra no fue agendado para debate en el Senado este martes 15 de junio.
La preocupación de organizaciones como Red PaPaz era que de no darse el cuarto debate de este proyecto de ley, nuevamente la iniciativa se hundiría y se perdería todo lo avanzado en los tres debates anteriores.
Este miércoles, el congresista Mauricio Toro, de la Alianza Verde y coautor de la iniciativa, dio a conocer que finalmente fue agendado el debate para la ley de comida chatarra, “está de sexto en el orden del día, y esperamos sea discutido de primero con la proposición que enviamos junto a diferentes Senadores (...) Necesitamos un etiquetado frontal claro y sencillo en ultraprocesados”.
“Luego de tres intentos en los cuales el proyecto había sido archivado por el lobby de la industria antes de su primer debate, en esta oportunidad hemos logrado con el apoyo de casi todos los partidos políticos sacar adelante una propuesta que es urgente y necesaria para promover mejores hábitos de alimentación”, aseguró Toro.
Sobre la medida, varios países en el mundo y en Latinoamérica, como México y Chile, ya lo han implementado. Además de los etiquetados en los empaques que estipula el proyecto, el parlamentario hizo una proposición que también fue aprobada, en la que pide que esta advertencia se haga en toda la publicidad que se realice del producto, con el fin de advertir a través de todos los canales que puede tener altos índices de grasa, sodio o azúcares.
Los que se oponen al proyecto han argumentado que no apoyan la iniciativa porque podría terminar afectando gravemente las ventas de la industria comestible y de bebidas azucaradas, pero él aclara que no será así. “Hemos insistido de todas las formas posibles, en aclarar que este proyecto no prohíbe la venta, comercialización y publicidad de absolutamente ningún producto”, comentó Toro.
El congresista explicó que lo único que se exige es que se informe a los consumidores de una forma clara y concreta cuando el producto tiene exceso de estos componentes. “Es el consumidor quien tomará la decisión de comprar o no comprar, usando información clara y suficiente. La experiencia chilena ha demostrado que la industria no se afectará, y por el contrario, se beneficiará mucho la salud de los ciudadanos”, aclara Toro.
Varios congresistas celebraron el hecho de que por fin se de este último debate, más teniendo en cuenta la evidencia científica sobre el riesgo de estos alimentos. Cifras de la Organización Mundial de la Salud indican que los colombianos tienen altas tasas de sobrepeso (55,8 %), obesidad (20,7 %) y diabetes (8 %).
Adicionalmente, la Encuesta de Salud Nutricional 2015 establece que 1 de cada 4 escolares entre 5 y 12 años tiene exceso de peso y más de la mitad de los adultos afrontan esta situación. Por esta razón, buscan que quien consuma estos productos lo haga de una manera informada.