Desde que Carlos Prasca se posicionó como rector de la Universidad de Atlántico en junio de 2017, ya era evidente el inconformismo por parte de algunos estudiantes y profesores que veían en él a un político y no un académico. Pese a ocupar cargos como el de secretario de Educación del Atlántico y de haber sido rector de algunos colegios públicos de esta región, durante su campaña por la rectoría de esta universidad fue señalado de ser un aliado de los Char, la casa política más poderosa del Caribe. Una relación que, según algunos profesores de la institución, se habría materializado en los 83 OPS (Órdenes de Prestación de Servicio) que firmó en 2018 por casi 18.000 millones de pesos. Pese a que estas denuncias no han tenido ningún alcance jurídico, los estudiantes empezaron a sentir que no podían confíar en él. Esto se hizo más evidente durante el paro nacional de 2018, cuando todas las universidades públicas estuvieron más de dos meses en cese de actividades para exigirle al Gobierno el incremento del presupusto de la educación superior y en Barranquilla las consignas contra Prasca comenzaron. Incluso varios líderes estudiantiles lo señalaron de que había ordenado el ingreso de personas externas a la institución para dispersar un campamento que la comunidad universitaria había organizado en medio del paro. La Procuraduría lo investiga por acoso sexual Pero lo que terminó de dañar las relaciones entre el rector y el estudiantado fue el escándalo de acoso sexual, un delito que al parecer habría cometido contra algunas de sus estudiantes. La polémica estalló cuando a prinicipios de año varios medios regionales revelaron pantallazos de supuestas conversaciones del directivo en redes sociales, fotos suyas desnudo en lo que parece un motel y presuntas conversaciones subidas de tono con estudiantes. Ante la gravedad de las acusaciones, Prasca se defendió y dijo que su cuenta había sido hackeada y que, además, las conversaciones se sostuvieron con un perfil falso que presuntamente correspondería a una estudiante de la universidad. “El perfil falso de Daniella Gonzales no existe y no es estudiante de la Universidad del Atlántico, de ninguna de sus facultades”, dijo Prasca a medios locales. En dicha conversación el rector habría ofrecido a su interlocutora ayudarle una vez termine con sus estudios superiores, según publicó el portal Hora 7-24. Sobre los audios, el académico manifestó que esa no es su voz, que imitan su voz y que todo se trata de un “montaje”. Más tarde se conocería que otras dos estudiantes habrían denunciado al rector por acoso sexual. Laura Romero, estudiante de noveno semestre del programa de Derecho, acudió a la fundación Fudemocracia para denunciar al rector, según contó el director de la fundación y abogado, Juan David Ortega. Sin embargo, días después, se retractó. También hacen parte de las pruebas, los audios que Laura Rendón, también estudiante de la Universidad Atlántico, entregó a la Procuraduría en los que se evidencia que Prasca habría hecho lo mismo con una amiga, estudiante de la universidad. Le puede interesar: Presuntos casos de acoso sexual develan lucha intestina en Uniatlántico Aunque para algunos, estos audios representan pruebas irrefutables de su responsabilidad, para Prasca solo hacen parte de un montaje de la izquierda para sacarlo de la institución."Mire, la voz que suena en los audios es muy parecida a la mía, pero nosotros hemos advertido que esas pruebas se tomaron sin ninguna orden de carácter judicial”, señaló Prasca hace unos meses a Semana Educación. Ante la gravedad de las acusasiones, en marzo de este año la Procuraduría lo suspundió de su cargo por tres mes e inició un proceso de investigación para establecer su responsabilidad, aún no hay ningún resultado de este órgano de control. De ahí que los estudiantes convocaran a distintas manifestaciones en Barranquilla, pues aseguraban que el Consejo Superior de la universidad tenía todas las pruebas para retirar al rector de su cargo y no lo hizo. ¡Pilas, una bomba! Pero esa tensión empezó a ser preocupante cuando en julio de este año, la comunidad estudiantil fue víctima de un acto terrorista del que aún se desconocen responsables. Según las autoridades, se trató de una bomba casera que fue dejada en uno de los baños de hombres de la institución. “¡Pilas! estalla a las 11:35 a.m.. ¡Desalojen el bloque ya! BOMBA” fueron los letreros que alertaron a los estudiantes. Aunque la situación no pasó a mayores, pues la Policía de Antiexplosivos de Barranquilla acudió a tiempo y fue desactivada de manera controlada, el hecho sí generó terror entre la comunidad, pues se encontraron panfletos en contra de grupos estudiantiles de izquierda. Prasca sostuvo que fueron los mismos encapuchados que habían lanzado bombas molotov contra el edificio de la rectoría. Sin embargo, para el docente Roberto Figueroa, representante de los maestros ante el Consejo Superior de la Universidad de Atlántico, el artefacto se usó para intimidar a los estudiantes que buscaban la renuncia del rector. "Es claro que este artefacto se usó con el propósito intimidar a estudiantes y profesores que vienen denunciando al rector y que estaban recogiendo más de 10.000 firmas para retirar al rector de su cargo”, explicó Figueroa. La gota de derramó el vaso En medio de las manifestaciones estudiantiles que se han llevado acabo en todo el país en las últimas semanas, la Universidad de Atlántico como la mayoría de instituciones públicas, se sumaron a la protesta para apoyar a quienes aseguran que fueron víctimas del abuso de fuerza por parte del Esmad. Sin embargo, la semana pasada, en medio de los desmanes provocados por personas encapuchadas dentro de la universidad, Prasca dio la orden para que la Policía y agentes del Esmad ingresaran a controlar la situación. Esto provocó un profundo rechazo de toda la comunidad académica, quienes aseguraron que el rector violó el derecho a la autonomía universitaria. Relacionado: Ministerio de Educación no participó en la decisión del ingreso del Esmad a la UniAtlántico Y es que, pese a que tienen la autoridad para pedir ayuda a la Fuerza Pública, para los rectores es una decisión que no se puede tomar a la ligera, pues los resultados nunca son buenos. En efecto, en medio del operativo, algunos estudiantes denunciaron que los uniformados golpearon y capturaron a jóvenes que no hicieron parte de los desmanes. "El ingreso del Esmad dejó varios compañeros heridos, entre ellos, Daniel Ariza, quien recibió el impacto de un gas lacrimógeno en su ojo derecho, y que por fortuna no lo perdió. Pese a que ocurrió dentro de la universidad, esta se desentendió y no asumió las gastos en los que incurrió. Eso sumó para que los estudiantes se indignaran y salieran a marchar ayer", explicó Andrés Chaparro, líder estudiantil de esta institución. La masiva protesta contra Prasca
Mientras en Bogotá se registraron desmanes durante la protesta de los estudiantes, en Barranquilla la movilización fue masiva y pacífica. En redes sociales quedaron los registros de los cientos de estudiantes que se tomaron la ciudad para presionar al gobernador Eduardo Verano a remover a Prasca de su cargo. Si bien, para muchos la presión de los estudiantes ayudó a que Prasca presentara su carta de renuncia, lo cual será oficial después del 16 de diciembre, cuando regrese de sus vacaciones, él asegura que se va por amenazas que ha recibido contra su vida y para evitar que se pierda el semestre.
Sin embargo, para Chaparro, líder estudiantil, esto es solo un truco del rector para que el movimiento estudiantil se calme. "Él no debería estar de vaciones, él tiene que renunciar o deben revocarlo ya, y para eso seguiremos insistiendo ante la Gobernación". Por ahora se conocen algunos nombres de quienes podrían asumir este cargo. De acuerdo con El Heraldo, la lista de candidatos la conforma Luis Carlos Gutiérrez, vicerrector de Docencia de la Uniatlántico; Jorge Restrepo, director de Posgrados; Danilo Hernández, vicerrector Financiero; Marcela Cuellar, decana de la Facultad de Arquitectura; Álvaro Lastra, docente y Vera Blanco, docente. Se espera que al final de este viernes se conozca el nombre de la persona que ocupará el cargo como rector, al menos por los siguientes seis meses.