En la escuela de hechicería de Hogwarts no solo se impartieron lecciones de pociones mágicas, herbología, quidditch, adivinación y defensa contra las artes oscuras. Los aprendizajes tampoco fueron exclusivos de quienes recibieron la tan anhelada carta de aceptación. Durante década y media millones de ‘muggles’ se formaron junto a Harry, Ron y Hermione. Y, según la investigación de cuatro universidades europeas, sus lectores también desarrollaron un escudo contra los prejuicios. El estudio, titulado ‘La maravillosa magia de Harry Potter’, reveló que la saga despierta en sus lectores mayor tolerancia y empatía hacia las minorías históricamente estigmatizadas como inmigrantes, refugiados y homosexuales. “La historia permite sentir empatía hacia personas que llevan vidas diferentes a las nuestras”, señala el documento publicado en la revista Journal of Applied Social Psychology. Más si se tiene en cuenta lo difícil que fue la infancia del joven mago, bajo las escaleras de sus odiosos tíos. Loris Vezzali (Universidad de Módena y Reggio Emilia), Sofia Stathi (Universidad de Greenwich), Dino Giovannini (Universidad de Padua) y Elena Trifiletti (Universidad de Verona) fueron los investigadores detrás de este trabajo. Su estudio se desarrolló a partir de actividades con tres grupos: niños de primaria y secundaria en Italia y jóvenes universitarios en Gran Bretaña. En todos los casos se pudo constatar que las páginas de Harry Potter aumentaron la habilidad en los lectores de asumir la perspectiva de los grupos marginados. En otras palabras: se pusieron en sus zapatos. “Los libros fantásticos como Harry Potter pueden ser una gran ayudar para los educadores y padres a la hora de enseñar el valor de la tolerancia”, afirmaron los investigadores en un comunicado de prensa. Justamente, la saga cuenta con personajes que pertenecen a categorías estigmatizadas y rechazadas (los ‘sangre sucia’ y los elfos que deben servir a sus amos) con los que Harry entabla una relación cercana. Este contacto, aseguran los investigadores, permite apreciar sus dificultades, la discriminación que sufren y su lucha por sobreponerse a la inequidad. De tal manera que el comportamiento comprensivo del joven mago permite que sus seguidores se identifiquen con él y aprendan a abrazar la diferencia. La experiencia de injusticia que padecen estas minorías ficticias es lo que fortalece la tolerancia y empatía en los lectores. De ahí que Vezzali haya considerado la ficción como una manera muy efectiva de combatir los prejuicios contra los grupos marginados actualmente. El estudio también detalla que cuando algún personaje utiliza el término ‘sangre sucia’ (mudblood) en los libros, protagonistas suelen desaprobar esta conducta. Lo que podría estar transmitiendo el mensaje de que usar palabras de odio está mal y hiere a los demás. No en vano la investigación empieza con esta frase de Dumbledore: “Las diferencias de costumbre y lengua no significan nada si nuestros objetivos son idénticos y nuestros corazones están abiertos”. PARA EL DEBATE ¿Usted leyó Harry Potter? ¿Cree que esta saga le sirvió para ser menos prejuicios? Deje su opinión en nuestro Twitter @SemanaEd y @simongrma.