En América Latina, solo el 60 por ciento de quienes comienzan el bachillerato se gradúan, de acuerdo a un reciente reporte del Banco Inter-Americano de Desarrollo, Is the Glass Half Empty or Half Full? School Enrollment, Graduation and Dropout Rates in Latin America. Muchos dejan la escuela en primaria y los primeros años de secundaria. Esto es una tragedia para la región, y existe muy poco debate sobre este problema que de continuar impactará las próximas décadas en la región. La región ha estado creciendo económicamente a altas tasas, lanzando una necesaria discusión sobre la necesidad de aumentar la productividad, y de generar más innovación para seguir avanzando en el desarrollo económico de los últimos años. Pero es poco realista, si aproximadamente la mitad de la fuerza laboral de la región no cuenta con estudios secundarios. En países desarrollados el debate sobre los planes de estudio busca incorporar lo que se llaman habilidades del siglo XXI, como pensamiento crítico, trabajo en equipo, curiosidad y capacidad de adaptarse al cambio. En la región tenemos que resolver un problema más importante: el de expandir la terminación de los estudios secundarios. Además, los alumnos que sí terminan, según lo señala PISA, están entre los peores en comprensión de lectura y matemáticas. Sobre los 65 países contenidos en el estudio, los países latinos se encuentran en el 20 por ciento inferior del ranking, estando primero Chile en el puesto 51 y último Perú en el puesto 65. Esta realidad debería preocupar tanto al sector público como al privado. Por un lado, la estructura de la escuela secundaria actual pareciera ser una gran parte del problema. El 35 por ciento de los alumnos latinoamericanos encuestados por SITEAL en su encuesta de 2014, ¿Por qué los adolescentes dejan la escuela? dicen que dejan la escuela por desinterés, lo que se suma a la baja calidad de enseñanza, el ausentismo y los paros de maestros. Los problemas económicos también cobran su parte: el 25 por ciento de los encuestados han dejado la escuela por problemas económicos y el 15 por ciento por la imposibilidad de cumplir con sus obligaciones laborales. Por último, entre las principales causas se citan también los problemas de acceso a la oferta educativa, en un 10 por ciento de los casos. Por otro lado, hay pocas alternativas para los adultos que quieren regresar para terminar sus estudios. No hay muchos programas gubernamentales que lo promuevan, ni demasiadas iniciativas privadas. Acreditaciones como Ceneval, Icfes o Adultos 2000 en Buenos Aires son muy buenos avances en alternativas para que los estudiantes puedan recibir su diploma y mejorar su posicionamiento profesional. Pero se necesita más innovación. La tecnología tiene un importante rol que jugar. Empresas como K12.com o Graduation Alliance están ofreciendo educación en línea a miles de estudiantes mayores de edad en Estados Unidos que quieran terminar sus estudios. Los adultos, ya fuera del sistema escolar, generalmente trabajan a tiempo completo y tienen familias. La tecnología puede ayudarles a acortar tiempos y distancias, pudiendo estudiar desde donde viven, o donde trabajan. Hay un intenso debate sobre si la tecnología está generando mayor calidad educativa, en particular cuando se refiere a los estudiantes de menor edad. Pero pareciera no quedar ninguna duda que la tecnología contribuye a adaptar la enseñanza al ritmo de aprendizaje de los estudiantes, y a sus disponibilidades de tiempo y espacio, en particular en estudiantes de mayor edad. En la región también están surgiendo nuevas iniciativas y tecnologías, más capital privado apoyando proyectos enfocados en este espacio de educación remedial. Por un lado hay universidades, como la Del Valle, Regiomontana y Tec de Monterrey en México, Universidad Abierta y Distancia en Colombia y Universidad Siglo XIX en Argentina pero también instituciones como Gente Estrategica y Milton Ochoa en Colombia, Cedumec en México y IED en Argentina. Empresarios latinoamericanos argumentan que existe una profunda desconexión entre lo enseñado por las escuelas y las habilidades que realmente se requieren en una economía globalizada y definida por la innovación y la competitividad. Como lo señala un trabajo del think tank Brookings Institute “un creciente grupo de políticos, líderes de negocios, educacionales y filántropos está promoviendo el desarrollo de caminos adicionales para educarse…incorporando el aprendizaje en el trabajo como una regla más que una excepción en el sistema educativo”. Si se trata de prevenir la deserción escolar y generar alternativas para quienes quieren remediar su educación, eso es exactamente lo que se necesita. ¿Quiere saber más? Infórmese sobre los principales factores de deserción estudiantil con estas gráficas divididas por rangos de edad.

* Gabriel Sánchez Zinny es presidente de Kuepa y Jorge García es director de Kuepa