Por segunda vez en este mes, los estudiantes universitarios marcharon en las principales ciudades de Colombia para exigir que la educación pública sea una prioridad para el Gobierno y que se salde el déficit en su presupuesto que ha ido creciendo en los últimos 25 años. Tal como ocurrió el pasado 10 de octubre, los estudiantes se movilizaron por miles, con alegría, con cánticos, con saltos y con propuestas. De nuevo, hicieron presencia los vándalos, pero también esta vez, los mismos participantes en las marchas se pararon frente a ellos para oponerse a que mancharan -no solo las paredes- sino los objetivos válidos de la protesta. Otra vez estuvieron todos juntos, los estudiantes de universidades privadas y los de las públicas, los de la Nacional, los de la Pedagógica, los de la Javeriana, La Salle, Externado y Uniminuto, entre muchas otras, y también los rectores y los profesores. De nuevo hicieron presencia los políticos y también los estudiantes que recordaron que los protagonistas no son ellos sino las universidades públicas. Pero, ¿qué ha cambiado desde el pasado 10 de octubre? ¿Está más cerca o más lejos una posibilidad de solución, que ponga fin a las protestas?
Foto: Esteban Vega. La puja entre los universitarios y el presidente Iván Duque sigue y también la distancia. Aunque el gobierno ofreció primero 500 mil millones más para el presupuesto de la educación del próximo año y luego se comprometió a buscar un billón más en los recursos de las regalías, eso no satisfizo a los manifestantes, que creen que es necesario mucho más. Esperan alrededor de 18 billones en total. Este miércoles en la tarde, mientras los estudiantes se hacían escuchar en frente del Capitolio, en donde los congresistas daban los últimos pasos en la aprobación del Presupuesto, el presidente y la ministra de Educación, María Victoria Angulo, estaban en Medellín en la inauguración del Centro de Innovación al Maestro (Mova). Para ver la intervención de Duque: En inauguración del Mova, presidente Duque se compromete con la educación superior En el evento, Duque reiteró que estaba haciendo todo lo posible por asignar más recursos a la educación pública porque fortalecer este sector debe mirarse como un compromiso moral de todos. “Hay que recomponer el presupuesto para tener más para inversión. Antes, en el Presupuesto General de la Nación, la educación contaba con 1,9 billones de pesos para inversión. Hoy ha aumentado a más de cuatro billones de pesos. Tenemos un reto enorme, el reto de la educación superior. Quisimos ampliar la base de los recursos con 500.000 millones más. Los queremos enfocar, sobre todo, al fortalecimiento de la educación superior pública a través de programas de gratuidad, excelencia y dotación”, aseguró en su discurso frente a profesores, empresarios y mandatarios paisas. También reiteró que por medio del Presupuesto Bienal de Regalías intentarían liberar un billón de pesos más para solucionar el déficit de las universidades públicas. Sin embargo, mientras él pronunciaba estas palabras, los representantes estudiantiles y senadores como Jorge Robledo (quien en ese momento esperaba su turno para subir a la tarima y mostrar su apoyo), expresaban sus reparos ante la propuesta. “Es una coartada para no resolver el problema. Son cuentos. Mientras esto [la crisis de los claustros oficiales] es una urgencia, el Gobierno dice que ‘va a ver, que de pronto, que va a hablar con los gobernadores a ver si es posible transferir esa plata de las regalías’. No, ese es un proceso legal bien complicado porque lo cierto es que esa plata tiene unas destinaciones específicas de acuerdo con las leyes colombianas. Los estudiantes lo que están pidiendo son soluciones ya. No para algún día. Y en el presupuesto que ahorita se está votando, el Gobierno está negando las necesidades del movimiento estudiantil y profesoral”. El senador también comentó que en caso de que fuera posible transferir el dinero de las regalías, era algo discutible: ¿debe la plata salir de los territorios o de otro lado? fue la pregunta que le dejó a los asistentes. Sin embargo, en horas de la mañana, la ministra manifestó a los medios de comunicación que esa era una discusión que debía darse de forma clara. Por ello, explicó las cifras y dijo que era justamente la inversión la naturaleza de los recursos de las regalías. Entonces, si en ese momento el foco era invertir en educación, así intentarían que fuera. “El presidente, Colciencias, DNP y el ministerio de Minas están trabajando en una misma línea por esos recursos. El billón de pesos sigue en conversaciones y la idea es escuchar también a las regiones. En las próximas dos semanas se dará esa discusión”. Pese a este esfuerzo del gobierno, la distancia sigue todavía siendo grande. ¿Es posible superar esa brecha? Para complementar: Fecode gana pulso: gobierno retira proyecto que afectaba presupuesto para educación Las exigencias de los estudiantes son las mismas que el 10 de octubre. Piden encauzar 18.2 billones a las arcas de las universidades públicas, entregar 1.3 billones a entidades técnicas y tecnológicas, no disminuir los recursos del Sena, sumar 700.000 millones al presupuesto de Colciencias y la eliminación de los intereses de los créditos del Icetex (tanto los actuales como los venideros). Pero sus peticiones no se limitan a las universidades públicas. Hay uno que toca a las universidades privadas, que ya estuvo en discusión en 2017: congelar las matrículas de los claustros privados. “En este momento lo que pasa es que cada una de las instituciones educativas privadas puede aumentar sus matrículas simplemente si presenta una justificación de sus gastos ante el Ministerio de Educación y explica a qué se debe ese incremento. Sin embargo, no hay criterios unificados que limiten esas decisiones, entonces argumentan sus razones y suben el porcentaje de su matrícula casi que de una forma indiscriminada”, explica Valentina Ávila, estudiante de la universidad Javeriana y una de las representantes de la Unees que ha liderado las movilizaciones de este año. La queja de los estudiantes es que los altos costos de las matrículas en las universidades privadas también afectan a la universidad pública porque ponen una carga más alta sobre los estudiantes que solo pueden acceder a ellas gracias a los créditos del Icetex. “Quienes se encuentran con créditos educativos como el Icetex, deben atenerse al alza de matrículas, pero adicionalmente estarán condenados a pagar una deuda interminable. Además, con las leyes actuales es más fácil que un estudiante solicite un crédito. Ahora ni siquiera es obligatorio contar con un codeudor. Mientras esto pasa, más van a creer las diferentes entidades del Gobierno que el endeudamiento es una medida para acceder a la educación superior”, expresó Ávila. Por eso, el problema de fondo no es solo la falta de recursos, sino la forma como se concibe el acceso a la educación superior. Para los estudiantes, el Estado se debe centrar no en la demanda, sino en la oferta. Es decir, no en darles créditos o becas (Ser Pilo Paga) a los estudiantes que quieren entrar a la universidad, sino en garantizar cupos suficientes en la educación superior para que muchos otros más puedan entrar, en especial en las regiones más apartadas del país. “No puede ser que las vías para estudiar sean la meritocracia y el endeudamiento. La educación es un derecho y un bien común”, señaló Ávila. Ante este panorama, la marcha de este 17 de octubre fue un nuevo pulso entre el movimiento estudiantil y el Gobierno, pero evidentemente, no será el último. El plan de los participantes en las marchas es continuar con sus manifestaciones y para ello, este 18 de octubre siguen llegando estudiantes de todas las regiones a Bogotá para unirse a un campamento en la Plaza de Bolívar. El Gobierno, por su parte, aunque propuso a los estudiantes que se sentaran a negociar (propuesta que rechazaron porque no habían sido convocados los representantes de todos los sectores que apoyan la marcha) por el momento ha preferido recurrir a los anuncios unilaterales que abrir un espacio de diálogo para buscar una solución a la protesta. Por ahora, el pulso continúa. Para profundizar sobre el Presupuesto General de la Nación: Aprobado el Presupuesto de 2019, se viene la tributaria