¿Cómo hacer a un niño parte activa de una charla sobre corrupción o sobre elecciones? ¿Cómo ayudar a vencer la pena, el miedo y la frustración frente al desafío de aprender inglés? ¿Cómo hacer de la historia algo cautivante? Niños, adultos, no hay un límite claro sobre qué enseñarle a quién en un país tan lleno de potencial, pero tan desigual como Colombia. Y por esa razón, no debería ser descabellado instruir en estos temas hasta normalizarlos, sin edades límite. Después de todo, alimentan a un ser humano abierto al mundo, curioso y capaz de analizar la manera en que vive y los intereses que juegan al tomar decisiones. Le recomendamos: Los libros más vendidos en la Feria del Libro de Bogotá Precisamente por esa razón, Semana Educación pone el foco en tres propuestas que participaron en la pasada Feria Internacional del Libro de Bogotá, que abordan temáticas separadas. Por un lado, la ética y la vida en sociedad; por el otro, el aprendizaje de idiomas, y por último, la historia de la independencia. Pero las tres parecen partir de la misma observación: nunca es demasiado temprano ni tarde para aprender de ciertos temas. La pregunta es ¿cómo conseguirlo?, ¿cómo enseñarlos de otra forma? La metáfora que cautiva La primera propuesta se llama La aldea, y busca unir a padres e hijos para entender asuntos esenciales de la vida en Colombia como la desigualdad y la corrupción. Para lograr su cometido, sus creadores debieron darle la vuelta a la percepción de que se trata de un tema aburrido que no puede generar interés en los niños. Apuntan a lograrlo mediante una serie de historias protagonizadas por personajes inspirados en la fauna local, con el fin de visibilizar la biodiversidad nacional y hacer de estos animales una parte del imaginario de los pequeños. No se trata de jirafas o leones, pues la zarigüeya, el tapir, la osa de anteojos y la jaiba, entre otros, también tienen derecho a brillar en su tierra. El mundo adulto sabe que, en Colombia, la corrupción mina las posibilidades de una mejor educación, de mayor calidad y cobertura, de infraestructura y desarrollo. Y el libro trata de enseñar esa realidad a los niños, desde muy temprana edad, de forma inteligente. Si los más jóvenes entienden y hacen suya la problemática y sus efectos devastadores, podrán hacer una mayor diferencia a la hora de cambiar una realidad a la que parecemos habernos acostumbrado. Le sugerimos: Semana en vivo: ¿Cuál es el futuro de los libros impresos? La aldea es una creación de la agencia de pedagogía colombo-francesa Click Arte, que dirigen Lisa y Emmanuel Neisa. Ellos la describen como una estrategia pedagógica inspirada en Animal Farm, la obra alegórica del escritor y periodista inglés George Orwell, que busca formar en ciudadanía y valores a niños entre los 7 y los 12 años. Esto, por medio de las historias de un grupo de animales que convive y se enfrenta a situaciones que sirven de metáforas de la vida real.

Las narraciones tienen una meta: encender una reflexión en los niños sobre temas como bienes públicos, corrupción, elecciones, migración, integración social, sistema de salud y de educación, y más. También, como situación esencial, debe llevar a los pequeños a establecer el paralelo entre lo que sucede en La aldea y lo que pasa en su vida cotidiana, en la de su comunidad y la de su país. En términos más fríos, La aldea propone a los padres de familia perder el miedo a hablar de estas cuestiones en sus casas. A los docentes les permite lo mismo desde el salón, como herramienta innovadora en el desarrollo de sus clases. En su marco teórico, el proyecto parte de una sintonía con los derechos básicos de aprendizaje y las competencias de lenguaje, ciencias sociales y ciudadanas, establecidas por el Ministerio de Educación Nacional (MEN) para estudiantes entre cuarto y octavo grado. La aldea narra ocho historias de ficción y las acompaña de actividades, para reflexionar sobre valores y temas del país, pero también abre la puerta a nuevos escenarios. Al traer figuras de los animales en tela, el libro permite recrear las situaciones de la historia y también imaginar nuevas. Se trata, además, de un proyecto que ya impacta a los jóvenes. Ha formado parte del currículo académico para 1.000 estudiantes de varias zonas urbanas y rurales de Colombia, y lo ha utilizado la Acnur (Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados) en actividades de integración con niños migrantes venezolanos. Según los Neisa, el Gobierno de México ha expresado su interés en adoptarlo como estrategia de cultura ciudadana en el sistema educativo público. Inglés con dibujos, para adultos “Hay dos tipos de personas: las que aprenden idiomas con facilidad y las que andan peleándose siempre con cualquier lengua que no sea la suya. Yo soy del segundo tipo. No quiero ni pensar en la cantidad de horas (¡y dinero!) que he dedicado a aprender inglés, cuando en realidad lo odiaba. Pero, como la gente parece tan inteligente cuando lo habla, no he cejado en el empeño”. Así introduce la ilustradora española Luci Gutiérrez su propuesta English Is Not Easy. Su libro tiene algo especial: busca, desde la ilustración, el humor y elementos como la franqueza del insulto, acercar ese idioma que tantas puertas puede abrir. Se trata, sí, de un curso de inglés de 17 lecciones, pero se aleja de una estructura tradicional. Gutiérrez asumió aprender inglés como una cuestión de vida o muerte y anotó el proceso en su particular registro de dibujos. Visualmente es una invitación, una reinterpretación de lo que es aprender inglés, y sirve como código y colegaje; como método y compañía. Tiene la estrategia de llegar con risas y con impresiones. En entrevista con un portal web, la ilustradora aclara que el texto no pretende ser ningún método de aprendizaje. Es una recopilación de las reglas lingüísticas que enseñan desde el nivel básico al nivel intermedio en cualquier curso de inglés, junto con un vocabulario elemental o útil. Puede leer: Seis consejos para leer más en 2019 “Podría decirse que son los apuntes bien organizados de un estudiante aplicado. Luego, el libro ha pasado por manos de diferentes correctores y expertos en el idioma. Puede servir para aprender, como guía de consulta o simplemente para pasar el rato. Yo, de hecho, lo utilizo como guía de consulta”, asegura su autora. Y ¿qué mejor consulta que esa que hace reír y se vuelve inolvidable? Eso parecen enfatizar varias de las reseñas que este trabajo ha suscitado en el mundo. Entre ellas, esta encapsula lo importante: “Luci Gutiérrez cambiará la manera en que ve a su profesor de Inglés. Un libro de aprendizaje, juguetón y poco ortodoxo, lleno de tips aplicables e ilustraciones siniestras, con la audacia oscura que la hizo exitosa en las páginas de The New Yorker y The New York Times”. Las anécdotas que hacen la diferencia Por último, vale la pena mencionar un texto que aborda la historia patria, un tema que tanto adultos y niños deben tener presente y no recibe la atención que merece, ni siquiera en su hábitat más natural: las aulas. Es de perogrullo decir que la historia emociona a aquellos a quienes les apasiona. Pero se suele reducir a eso, a una pasión de pocos, aunque en realidad resulta esencial para toda la población. Y ahí yace la importancia de saber contarla bien. Gonzalo España, quien ya había publicado Relatos de la conquista de América, presentó en esta FILBo 2019 su libro Del grito a la victoria. Independencia de Colombia 1810-1819, el recuento que, a su estilo, hace de esa época inicial de la nacionalidad. España arma esta historia sumando “muchas pequeñas historias, retazos y golpes de vista”. Así, humaniza un evento que todos solemos ver como un hito, como algo que supera en escala a sus protagonistas. El autor le da la vuelta a esta percepción y se enfoca en las personas de carne y hueso que gestaron la lucha. Se esmera en explicar e ilustrar cómo vivieron en su era, y cómo sus pasiones dictaron, en gran medida, sus comportamientos. Así pues, para el niño apasionado por la historia, este libro puede –y debe ser– un gran material de consulta. Pero más aún para aquellos adultos que, por su profesión –pedagogía, docencia, interés humano–, quieran llenarse de anécdotas que enriquezcan su manera de contar el cuento de los padres de la patria. Le recomendamos: Los mejores libros infantiles y juveniles del momento, según Fundalectura El escritor bumangués estudió Economía en la Universidad de Antioquia y se ha especializado en temas relacionados con la historia, una de sus principales pasiones junto con la literatura. Ha publicado principalmente novela histórica, ha sido finalista del premio Colcultura y ha formado parte de una de las academias históricas encargadas de celebrar el Bicentenario de Colombia. En 2007 llegó a ser finalista del Premio de Novela Breve Juan de Castellanos y ha publicado varias antologías de relatos. Además, España ha realizado diversas incursiones en la literatura infantil y juvenil, con especial atención en el aspecto histórico, científico y divulgativo de grandes personajes. Algo sabe de historia, algo sabe de escribirla, y sigue innovando en sus ángulos y maneras.